19. 14 de febrero, miércoles: Toffees y Trufa

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La Sala de Menesteres no había sido decorada con flores rosas, corazones rojos ni nada por el estilo, pero eso no impidió que algunos miembros del ED celebraran San Valentín.

"Tenemos que echar a los Slytherin", murmuró Ernie, con los brazos cruzados sobre el pecho. El resto del grupo que se había congregado en un lado de la sala y no dejaba de mirar al resto compartió asentimientos.

"¿Por qué?", preguntó Goyle confundido. Él y Crabbe también estaban junto al grupo, aunque Harry estaba bastante seguro de que no sabían por qué estaban allí de pie.

"De acuerdo, tal vez a todos los Slytherin no", concedió Dean, y luego señaló con un dedo el centro de la habitación, "Pero definitivamente a ése". A su lado, Ron asintió con la cabeza, y su ceño se frunció aún más cuando otro grupo de risitas llegó del otro lado de la habitación.

"Oh, ¿esto es para mí?" preguntó Zabini, aceptando otra caja de bombones, esta vez de una sonrojada Parvati. "Muchas gracias, cariño", dijo con una sonrisa encantadora que provocó otra tanda de risitas. Parvati suspiró y volvió junto a Lavender para compartir un chillido silencioso mientras una decidida Ravenclaw de cuarto año se acercaba a Zabini para entregarle su regalo. Su amiga Slytherin, que había sido traída después de Navidad, sacudió la cabeza con resignación.

"¿Crees que compartirá?" preguntó Crabbe, rascándose la barbilla profundamente pensativo. "Veo algunos Sapos de Menta y esos me gustan mucho".

Neville suspiró abatido. "Hannah también le dio algunos".

Harry tenía claro que la clase no volvería a calmarse, no cuando había otras cinco chicas y tres chicos con cajas de bombones esperando a que Zabini les echara un vistazo, así que se volvió para intercambiar una mirada exasperada con Hermione. "¿Cómo vamos con el horario?".

"Avanzamos bastante bien, así que no te preocupes". Hermione miró el reloj y tarareó. "De todas formas no queda mucho tiempo".

Harry asintió y volvió a mirar la habitación, resoplando cuando descubrió a los chicos enviando dagas a Zabini cuando una nerviosa Katie le dio una caja de dulces. Ignorando al resto, Cho y Cedric hablaban entre ellos junto a un rincón, compartiendo alegremente una caja de bombones que el chico había traído pareciendo la imagen perfecta de una pareja ñoña.

La amiga de Cho, que se llamaba algo así como Mariella, había optado sabiamente por no estar cerca de ellos y en su lugar fruncía el ceño mirando a todos los demás desde otra esquina. No parecía nada contenta.

"¿Qué vas a hacer hoy?" preguntó Hermione, atrayendo de nuevo la atención de Harry hacia ella. Le dedicó una sonrisa socarrona. "El primer San Valentín y todo eso".

Harry se frotó el cuello. "Bueno, en realidad sólo vamos a practicar Defensa, creo", dijo, con los ojos desviados hacia donde estaba su bolso, el pequeño paquete de toffees que había comprado bien escondido dentro.

Hermione enarcó una ceja. "¿Vas a batirte en duelo con él por San Valentín?".

"No, pero es una gran sugerencia".

"¿Entonces Reducto?". Hermione miró los montoncitos de polvo que había por la habitación, los únicos restos de los muñecos mecánicos que los socios habían destruido aquel día. Por supuesto, Harry no había utilizado esos maniquíes cuando practicaba Reducto con Draco, nunca los maniquíes, y la Sala había proporcionado un juego de jarrones, por alguna razón.

Harry se lamió los labios. "Patronus, en realidad".

"¿QUÉ?" Toda la Sala se volvió a mirarlos ante el exabrupto de Hermione y la chica se limitó a hacerles un educado gesto con la cabeza que hizo resoplar a Harry. Ella lo fulminó con la mirada y se aclaró la garganta. "Quiero decir, ¿por qué no sigues el horario?", dijo, lo que significaba "¿Por qué no sigues mi horario?".

Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta UmbridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora