Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta Umbridge

28. 20 de Junio, jueves: Puñalada por la espalda

Los TIMOS se repartían en dos semanas, y la mayoría de las clases tenían una parte teórica y otra práctica. Harry nunca había visto al alumnado tan tenso, ni siquiera cuando Sirius había sido visto en el colegio durante su tercer año. Y hablando de su tercer año, todos los estudiantes parecían haber estado demasiado tiempo cerca de un Dementor.

"¿Sabes qué?" dijo Dean mientras almorzaban. "Quizá no tenga que seguir estudiando, podría dejarlo como tus hermanos, Ron".

Ron soltó una risita. "Claro, y tu madre también te matará".

"Sólo queda un examen, Dean. No tiene sentido dejarlo ahora", dijo Seamus. Era el último día de exámenes, sólo faltaba Historia de la Magia. Sería el único examen del día para ellos, a diferencia de Hermione, que acababa de regresar de su prueba de Aritmancia.

Harry examinó a su amiga, que parecía haberse pasado mucho las manos por el pelo. "¿Qué tal ha ido?", preguntó mientras echaba un vistazo a la mesa de Slytherin. Draco también parecía cansado, esquivando las preguntas de Blaise mientras se pellizcaba el puente de la nariz.

"Definitivamente el más difícil hasta ahora, pero estoy segura de que lo logré", la sonrisa de Hermione se convirtió en una mueca. "Y estoy segura de que él también lo logró, pero voy a ganarle de todos modos".

Harry sonrió. "Cuidado, podría quitarte el puesto como la persona más inteligente de mi vida".

"Harry Potter, retira eso ahora mismo", siseó ella, llamando la atención del resto. "O te..."

"¿No me ayudarás a estudiar? Eso ya lo tengo cubierto".

"Te estás volviendo insufrible", murmuró Hermione contra el borde de su taza. Sacudió la cabeza y suspiró. "Ron tenía razón".

"No estoy seguro de lo que dices, pero gracias", dijo Ron. Entonces vio a Hermione asentir hacia la mesa de Slytherin y sonrió. "Ah, sí. Completamente insufrible".

Harry resopló. "Bueno, acostúmbrate". Dio unos golpecitos con los dedos en su taza y volvió a mirar hacia la mesa Slytherin, donde Draco estaba leyendo un libro en lugar de almorzar a pesar de las molestias de Parkinson. "Sí, será mejor que se acostumbren".

Se oyó una arcada y Harry se volvió para fulminar con la mirada a Ron, que tuvo el descaro de sonreírle mientras Hermione se reía entre dientes. Seamus y Dean compartieron una mirada, sin entender en absoluto la conversación.

Una vez terminado el almuerzo, todos los alumnos de su curso volvieron a sus salas comunes o a la biblioteca e hicieron sesiones de estudio de última hora hasta que llegó la hora de volver al Gran Comedor. Como había ocurrido con los otros exámenes, las cuatro largas mesas habían desaparecido y habían sido sustituidas por multitud de pupitres individuales con papeles volcados encima.

Mientras esperaba a que comenzara el examen, Harry golpeó el escritorio con los dedos y miró a su alrededor. Draco estaba sentado cerca de la pared, jugueteando con su pluma, y se dio la vuelta justo cuando Harry lo miraba. El rubio parpadeó y enarcó una ceja. ¿Qué?

Harry negó con la cabeza y sonrió, teniendo que contenerse de reír cuando Draco puso teatralmente los ojos en blanco antes de dedicarle una breve sonrisa. Su intercambio llegó a su fin cuando el profesor Tofty, uno de los examinadores enviados con el único propósito de vigilar a los TIMOS, se aclaró la garganta.

"Entreguen sus documentos". Su voz había sido definitivamente sometida a un Sonoro para llegar a toda la Sala, ya que el hombre era bastante pequeño. "Pueden comenzar ahora". Justo cuando terminó de decir eso, hubo un revuelo masivo de papeles mientras todos lo hacían.

Un vistazo a la primera pregunta bastó para saber que el examen sería tan aburrido como la clase misma. Harry empezó a sentir sueño, se frotó los ojos y volvió a leer la pregunta. A pesar de los apuntes de Hermione y de las horas que había estudiado junto con Draco, era un poco difícil recordar tantas fechas y nombres. "Bueno, de todas formas no es que pensara seguir con esta clase", pensó Harry mientras se saltaba la segunda pregunta. Y Draco tampoco pensaba continuarla, a diferencia de Hermione, que, como de costumbre, estaba dispuesta a tomar todas las clases que pudiera.