10. 7 de Octubre, sábado: Reunión desastrosa

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Harry tamborileó con los dedos sobre el pequeño muro de piedra junto a la entrada de Hogsmeade mientras esperaba. Los pasos en la nieve llegaron a sus oídos, lo que le hizo mirar hacia arriba para ver a un grupo familiar de Slytherins que pasaban, lanzándole miradas divertidas.

"¿Te dejaron plantado, Harry?" preguntó Zabini sin detenerse. Caminó al lado de un Theodore Nott de aspecto serio, quien no le dedicó a Harry ni una sola mirada.

"Yo esperaría sentado si fuera tú", dijo Goyle, con un toque de diversión en su voz profunda.

Crabbe lo siguió. “Estaba frente al espejo cuando nos fuimos”.

Parkinson parecía encantada. "Si ese es el caso, Potter va a morir congelado esperando".

"Oh, pobre Harry", dijo una voz aireada familiar. Luna hizo una pausa en sus pasos para mirar a Harry con cuidado. Estaba vestida para el frío y se veía perfectamente cómoda entre los Slytherin. "Buena suerte, Harry".

Harry parpadeó. "¿Con que?"

“Con lo que te tenga nervioso, por supuesto,” respondió Luna simplemente. "Te veré luego, Harry".

"Espero que no", Harry la observó mientras se alejaba, alcanzando a Parkinson, quien se había detenido a esperarla con expresión curiosa. Luna parecía tan tranquila como siempre cuando Parkinson comenzó a hablar, por lo que Harry estaba más intrigado que preocupado por la extraña combinación.

"Pansy dice que Lovegood es una revoltosa, pero yo creo que ella es solo una loca", dijo una voz elegante que hizo que Harry esbozara una sonrisa y se diera la vuelta. Draco tenía puesta su bufanda azul, el color resaltaba perfectamente sus ojos mientras le dedicó a Harry una sonrisa blanca. "Hola."

"Hola", dijo Harry, apartándose de la pared. "Pensé que no estabas autorizado a decir eso".

"Ella no está escuchando, ¿verdad?" dijo Draco. Levantó la mano para pasar sus dedos por el cabello de Harry, tarareando con aprecio, "Te ves elegante hoy".

"No más que tú", señaló Harry, sosteniendo su otra mano. "Escuché que pasaste bastante tiempo frente al espejo el día de hoy".

Draco detuvo sus movimientos y frunció el ceño. "Así que solo estoy guapo después de mucho trabajo, ¿es eso lo que estás diciendo?"

Harry entró en pánico. "No claro que no. Siempre eres-." Detuvo su explicación cuando Draco comenzó a reír y le dio un pequeño empujón. "Eres un imbécil".

Draco levantó un dedo. "Un imbécil siempre apuesto".

“Un imbécil siempre apuesto” concedió Harry, luego tirando de su mano. "Vamos, llegamos tarde".

Draco levantó una ceja interrogante. "¿Tarde para qué?"

"Para una reunión con un criminal fugitivo", pensó Harry. "Es una sorpresa."

El rubio tarareó, inclinándose más cerca de Harry. "Está bien, no preguntaré", dijo mientras comenzaban a caminar hacia el pueblo.

El silencio duró exactamente 1 minuto.

"No es Madame Puddifoot, ¿verdad?" preguntó Draco, con la nariz arrugada por el disgusto. "Porque ese lugar es de mal gusto". respondió Harry.

Harry solo había visto el exterior de esa tienda de té, lo cual era suficiente para estar de acuerdo con Draco. La tienda de Madame Puddifoot se veía tan cursi como sonaba y, lo más importante, se parecía demasiado a Umbridge para él.

"Quiero decir, escuché que ahí es donde suelen ir las parejas", continuó Draco, probablemente sin gustarle el silencio de Harry. "Pero creo que preferiría tener un picnic contigo en la Casa de los Gritos que poner un pie en ese horrible lugar".

Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta UmbridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora