Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta Umbridge

4. 31 de Agosto, jueves: Última Cena

Al final he decidido continuar la traducción de este fic ya que nadie está dispuesto a seguirlo en mi lugar y tampoco quiero dejarlo a medias, pero puede que tenga más errores a partir de ahora y cuando acabe este no voy a hacer el siguiente fic de la serie "La Lechuzería".

EDICIÓN: Poco después de publicar este capítulo me contactó una persona, y ¡traducirá el resto del fic! Yo simplemente me dedicaré a pegar du traducción aquí en Wattpad ya que me ha dicho que no le gusta la plataforma. ¡Tratad bien a Hasunochinori!
De: Aster (reigens_spouse)
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El día anterior al comienzo del curso, Harry recibió dos sobres, ambos entregados por un entretenido Ron. Uno tenía el sello de lacre rojo de Hogwarts y probablemente era la lista de libros retrasada. El segundo tenía una letra pulcra y familiar que hizo que Harry desechara el primero de inmediato.

Su correspondencia con Draco había conservado su frecuencia, a pesar de los arrullos de los gemelos y la cara de amargura de Sirius. Harry y su padrino se habían negado a hablarse desde la Audición de Harry, incluso después de que Lupin y Hermione les dijeran que estaban siendo infantiles.

"Ustedes dos son ridículos", dijo Ron cuando Harry le arrebató la carta.

"¿No tenéis una lista de libros que leer?" contraatacó Harry, abriendo ya la carta. Era más corta de lo habitual, y empezaba con un "Cara Rajada" en lugar de "Harry". Después del saludo habitual, Draco se había quejado de la tardanza de la carta del colegio.

El callejón Diagon estará hoy absolutamente abarrotado, te lo aseguro, pero inesperadamente eso no supone ningún problema para mí. Mi padre compró ayer los libros nuevos. Me los ha dado esta mañana temprano.

Harry parpadeó y se acercó más la carta a la cara.

Todavía no he terminado de leerlos, pero te hago saber que el libro de Defensa es una auténtica basura. El nuevo docente debe ser otro chiflado o tan idiota como Lockhart, diga lo que diga Padre.

Pero eso no importa ahora, no es apropiado escribir una carta sólo para quejarse, así que lo dejaré para el tren. No olvides revisar bien la carta de Hogwarts. Si estoy en lo cierto, como suelo estarlo, este año será prometedor para los dos.

Hasta mañana,

Draco.

Había varias cosas de las que preocuparse en la carta, pero la atención de Harry estaba totalmente dirigida al final.

Mañana. Por fin vería a Draco mañana. Sin borrar la sonrisa de su rostro, Harry dobló la carta, la colocó sobre la cama a su lado y fue a por la otra. Como Draco había dicho, sólo había dos libros nuevos. 'El Libro Estándar de Hechizos, Curso 5' y 'Teoría Mágica Defensiva'. Tal vez fuera por la opinión de Draco, pero a Harry el título de este último no le pareció muy atractivo.

"Oye, Ron", dijo Harry, enrollando el pergamino. "¿Has oído hablar de este autor? ¿Wilbert Slinkhard?"

Dos cracks marcaron la aparición de Fred y George justo delante de él. "Justo nos preguntábamos quién se quedó con Slinkhard", dijo Fred. "Nuestros padres fueron... ¿Es lo que creo que es?".

George fue a por la carta de Draco pero Harry fue más rápido. La sostuvo cerca y frunció el ceño hacia los gemelos, recibiendo dos sonrisas divertidas como respuesta. "¿No es un encanto, Fred?" preguntó George, pellizcando una de las mejillas de Harry. "Se van a ver mañana y su conejito le manda una carta de todos modos".