Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta Umbridge

20. 17 de Febrero, sábado: Una cita repleta de acontecimientos

Harry esperaba junto a la entrada de Hogsmeade, tamborileando con los dedos contra el corto muro de piedra que recorría todo el camino hacia el castillo. Era un día muy frío y no podía esperar a entrar en ninguna tienda. Levantó la vista y sonrió cuando vio acercarse a Draco, vestido de negro desde los zapatos hasta las manos enguantadas, en profundo contraste con la palidez de su pelo, sus ojos y su rostro. El único toque de color en él era su bufanda azul, que pareció iluminar sus ojos cuando le devolvió la sonrisa a Harry, y también cuando parpadeó al darse cuenta de otra cosa.

Draco enarcó una ceja. "Dime que no viene con nosotros".

"No querría interrumpir vuestra tonta cita", pinchó Ron, separándose de la pared con un gemido. Se estiró y miró a Draco con seriedad. "Y con eso quiero decir que prefiero morir antes que verme atrapado entre vuestros coqueteos otra vez".

Harry sonrió ante eso. "Habrá mucho de eso".

"Eso es lo que espero, sí", dijo Draco, aceptando la mano que Harry le ofrecía con una sonrisa complacida. " Nada menos que mucho".

A Ron le entraron arcadas. "Ya has empezado. Merlín." Levantó las manos en señal de derrota. "Lo que sea, me voy entonces. Nos vemos... ¡Ah!" Su retirada fue detenida por la llegada de otro grupo de gente, uno de ellos echando un brazo sobre los hombros de Ron de una forma brusca que Harry había aprendido que no siempre era maliciosa, sino juguetona.

"Ven con nosotros, Weasley", dijo Goyle enérgicamente, sacudiendo un poco más al pelirrojo. Aun haciéndolo con ligereza, conseguía que Ron temblara como una hoja en medio de una tormenta. "Nosotros tampoco tenemos citas".

"¿Qué?", se quedó boquiabierto Ron.

Crabbe asintió. "Estamos pensando en ir a Honeydukes", levantó una mano rechoncha para rascarse la barbilla de forma pensativa, "pero también está esa tienda de té que vende pasteles".

Mientras Goyle le decía a Crabbe lo que pensaba de los planes y Ron no dejaba de balbucear sorprendido, por el rabillo del ojo Harry divisó a Theodore Nott dirigiendo a su grupito una mirada sombría que pasó desapercibida para ellos, y luego se alejó con un Zabini neutro como siempre. Blaise divisó a Harry y alzó ligeramente las cejas, algo que bien podía interpretarse como un saludo o como un "¿Qué le pasa a este tío?".

Harry no tenía ni idea. Había empezado a fijarse más en Nott, del mismo modo que había estado pendiente de Snape durante su primer año, pero no se le ocurría nada importante. Lo único que sabía de Nott era que era el único miembro del grupo de Draco que nunca se acercaba a Harry cuando Draco lo hacía, ni siquiera le hablaba de ninguna manera. También era el único que no se había unido al ED, y Harry no estaba seguro de si era porque había rechazado la oferta o porque no se la habían ofrecido en primer lugar.

 Pero de lo que sí estaba seguro era de que a Nott no le hacían ninguna gracia ni Harry, ni Ron ni Hermione, mientras que el resto de los Slytherin parecían haberlos aceptado. Por supuesto, Parkinson era reacia y se mofaba de ellos cada vez que podía y Zabini parecía haberlos aceptado como una broma interna consigo mismo, pero lo intentaban. Nott, en cambio, parecía tan deseoso de respirar en su misma dirección como de saltar desde la Torre de Astronomía.

A pesar de eso, Nott nunca se quedaba solo. Incluso cuando se alejaba como ahora, o cuando se mantenía en su sitio durante la clase, siempre había alguien con él. Siempre. Y nadie parecía enfadado por su disgusto. Ni siquiera Draco se había quejado de su actitud.