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- AY dios mío, perdón, perdón- Yo- Rápidamente tiré el mosquete a un lado. - Creí que eras un oso, no quería asustarte, lo siento tanto- He tenido un día terrible- Em...Perdón.
La chica lentamente bajó los brazos. El conejo que estaba en su cabeza, reposando entre sus grandes orejas, se fue saltando alegremente. Finalmente, ella suspiró aliviada.
- Aish, ¡casi me matas del susto! O sea, qué mala primera impresión. - Soltó una risita. - Jaja, o sea, te veías totalmente como un loco, we.
- Je, sí... Yo también me hubiera asustado... - Respondí. Feliz de que hayamos resuelto el malentendido. - Es...¿Es este tu campamento?
- ¡Sí! O sea, te cuento. - Ella salió de los arbustos y se acercó a mí. Entonces comenzó a explicar, moviendo las manos y haciendo mímicas. - O sea, yo estaba aquí, ¿no? Estaba tomando notas sobre animales nocturnos en este cuaderno, ¿sí? Y- we, te juro que vi al conejo más esponjoso que he visto- O sea, ¡parecía un peluche! Y, claro, quiero acariciarlo porque está pachoncito- Y cuando finalmente lo alcanzo, ¡tú estás aquí! Y yo tipo: Ay no, ya valí- ¡Pero no eras malo! ¡Y aquí estamos! - Dijo, con una gran sonrisa.
- Ya veo... ¿Te gustan mucho los animales? - Pregunté.
- ¡Obvioo! - Dijo, asintiendo con alegría - O sea, soy una zoóloga. ¡Tengo un diplomaaa! Pero, ¿Qué tal tú? ¿Eres nuevo aquí? Porque, como que, no soy la mejor para recordar cosas, pero... Totalmente no me olvidaría de alguien como tú, o sea... Caminando solo por ahí y eso.
- Ah, es una historia divertida. ¿Puedo sentarme?
- Jeje, claro. Mi casa, tú casa, we. - Me senté en el suelo. - Ouh, espera. Déjame poner la atmósfera. - Ella se agachó un momento para volver a encender la fogata. - Aish, que tonta que soy... Mi hermano siempre me decía que primero tengo que presentarme y luego hacer amigos. Mi nombre es María, soy una zoóloga. ¡Hola! - Sonrió adorablemente mientras su... cola se agitaba en felicidad.
- Ah, mucho gusto, María. - Estrechamos las manos. - ¿Sabes? Es gracioso porque eso es parte de mi historia, verás...
Le expliqué a María sobre mi amnesia, sobre cómo no tengo idea de dónde estoy, sobre Dylan, los zombies, la cueva, el mosquete... Y cómo terminé aquí.
- ¡Ouh, pobrecito! - Dijo ella, bajando las orejas. - O sea, ¿no has comido desde ayer? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¡Te debes estar muriendo de hambre!
- Bueno, la verdad es que sí, pero... Me iba a sentir muy mal si te pidiera comida luego de apuntarte con un arma, ¿sabes?
- Ay, eso déjalo, como si no hubiera pasado... - Ella comenzó a buscar algo en sus bolsillos - Jeje, si le hubieras hecho lo mismo a mi hermano, él te hubiera pegado con su palo de golf, pero conmigo, no hay problemaaaa~ - Aquí están. - Sacó una bolsita pequeña de granola y frutos secos. - Para que comas algo mientras vamos a mi cabaña, ¿sí?
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Terraria Girls: La Aventura
AventuraDespertando en una tierra nueva y extraña, un joven tratará de hacer una nueva vida mientras intenta descubrir quién es y por qué está aquí, al mismo tiempo si hay una forma de volver a donde sea que haya venido. Pero lo más importante, descubrir p...