La última Druida y los secretos de la vida eterna

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Y mi mundo se sumió en una oscuridad absoluta.

Pero no fue como la oscuridad de la noche, sino como...

La Nada.

Cuando cierras ambos ojos, ¿qué ves? Ves todo de color negro, ¿verdad?

Pero intenta cerrar un ojo. Solo uno. Describe lo que estás viendo con el ojo cerrado.

¿No estás viendo nada, verdad?

Esa es la diferencia entre la oscuridad y la Nada.

El cese de existencia. Mi consciencia desapareció por ese periodo de tiempo. No sentí nada, no vi nada. Como si nunca hubiera existido en primer lugar.

Es un estado similar al que estamos antes de nacer. No existimos. No sentimos.

...

Tómate un momento para sentarte si es una idea aterradora. Lo es también para mí.

...

¿Mejor? Si no lo estás, repite la anterior oración.

...

Recobré la consciencia poco a poco. No sentí dolor, pero sí que me sentí roto. Como si faltaran piezas de mí mismo.

Eventualmente, sentí como regresaban hacia mí. Y un rato después... Me sentí como una mierda, envuelto casi totalmente en vendas. Mis extremidades, columna, torso... Seguramente me rompí todo en esa caída. Me sentí como una tortuga cuando le das la vuelta en su caparazón, incapaz de volver a levantarse por sí sola, las patas en el aire, indefensa.

Cuando abrí los ojos, la cabeza me bombeaba como me estuvieran dando con una silla cada cierto tiempo. Me encontraba en una habitación hecha completamente de raíces de árboles y tierra. La nariz me picaba con cierto olor a hierba fresca y menta. Al lado de la cama en la que me encontraba, había una pequeña mesa junto a una silla vacía. Las vendas en mi cuerpo se sentían suaves, frescas. Tuve suerte de estar vivo después de una terrible caída como esa, pero ahora quizás tendré que vivir como una momia por un tiempo.

Más allá, al final de la pequeña habitación, había una puerta de madera. Pasé varios minutos pensando en quién podría haberme sacado de ese desastre. ¿Dylan? No, ese tipo estaría mirándome mientras duermo hasta que despierte. ¿María? Es probable, pero se quedaría durmiendo a mi lado... ¿Selene? Sí, si ella fue la que me tiró por el acantilado en primer lugar.

Entonces, la puerta se abrió.

- Ah, estás despierto ya

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- Ah, estás despierto ya. Bien. Tu regeneración no es muy impresionante.

Una chica de pelo verde cuyo cuerpo estaba cubierto de lianas y plantas entró a la habitación, una expresión curiosa en su rostro.

- Llevas muerto unas horas ya. Déjame traerte algo, debes estar sediento.

Sin decir más, desapareció por un par de minutos, y regresó con una bandeja con una taza de té y galletas recién horneadas. Olían muy bien, y mi estómago rugió a pesar de que mi cuerpo seguía en un estado lamentable.

Terraria Girls: La AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora