El Ojo de Cthulhu

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Pensé en lo que me dijo María, todo el día. Acerca de Selene. Realmente me pareció muy diferente el tipo de chica que María describió, en comparación a cuando la encontré en la cueva intentando matarme.

Esa noche, antes de acostarme a dormir, pasé un momento viendo las estrellas.

Y entonces sentí que algo o alguien me clavaba la mirada como un cuchillo frío en mi espalda. Al darme la vuelta, el cabello blanco de Selene desaparecía detrás de la ventana. Por un momento pensé en sacar la espada para defenderme, pero me di cuenta de que si ella quería hacerme daño, podría haberlo hecho ya y yo no habría podido evitarlo.

Salí de la casa, dejando a María durmiendo. Selene se encontraba dándome la espalda, mirando a la luna. No tenía puesta su armadura.

- Debes ser tan afortunado. – Me dijo sin voltearse – Estar con ella, digo.

- ¿Cómo?

- Ven, párate a mi lado.

Lo hice caso. Ambos observamos la luna. Ella no se dignó a mirarme. Traía una expresión indescifrable en el rostro, pero pude sentir un aura amarga saliendo de ella.

Selene me golpeó el hombro, con la misma fuerza como si estuviera vistiendo guanteletes de platino.

- ¡Au! ¿Y eso por qué?

- Cretino, solo porque me fui, todo lo que... Ella puede decidir, es verdad, pero nadie respeta nada y te escoge a ti que a ti no te conoce de nada, al menos tres ciclos en los que no has existido, y ahora que vienes vas tras ella... - Ella comenzó a murmurar para sí misma muy rápidamente.

- ¿Qué, en el nombre de lo que más ames, estás diciendo? ¿Estás hablando de...? – Ahí es cuando me di cuenta – Oh... O-Oh, te gustaba María. ¿No es verdad?

Selene parpadeó un par de veces, sacada de onda porque entendí lo que estaba diciendo. Perdió su expresión indiferente, a una más resignada. Asintió con poca energía, y alzó la cabeza para perder sus ojos en las estrellas. - ... Te hacen sentir pequeño, ¿no es verdad?

El firmamento estaba lleno de hermosas luces. Algunas parpadeaban, como enviando un mensaje en un idioma indescifrable. – Sí. No recuerdo mucho de donde vengo, pero... Recuerdo no haber tenido una vista tan clara del cielo. Es la sensación que tengo.

Selene asintió, y se fijó en la estrella parpadeante que estaba mirando. – Es el lenguaje del cosmos. Solía leerlo, hace tiempo... Leer las estrellas.

- Eso parece más astrología que astronomía. – Le dije. Quizás haya sonado ignorante, siendo que ella es la que estudió sobre esto.

- Están mucho más unidos de lo que parece, una vez añades magia al asunto. – Selene miró hacia la luna, juntó sus manos y las enseñó, como si estuviera pidiendo algo con las palmas. Una pequeña chispa se formó entre sus manos. Luego, una ascua diminuta. Finalmente, un bello copo de nieve arrastrado por el viento. – Plasma, fuego, agua. Lo suficiente para hacer una estrella. Ellas... no hablan, claro. Pero aun así, si prestas atención y escuchas, la puedes oír: La melodía del todo. Y cada estrella, cada planeta, es parte del coro. – Selene tenía una sonrisa nostálgica mientras me contaba esto. – El universo toca la música, las estrellas dejan caer las notas... Nosotros usamos las notas para descubrir qué melodía está tocando, para cada uno de nosotros.

- ¿Sabes qué toca para mí? – Le pregunté, genuinamente curioso y atrapado por sus palabras.

Ella tragó saliva, como si le costara decir la respuesta - ... Ya no... No es tan simple. Las melodías son complicadas. No es solo una partitura, es toda una orquesta. – Selene intentó actuar normal y rascarse los ojos, pero pequeñísimas lágrimas se esfumaron en la punta de sus dedos – Ya no quiero escuchar. Desde hace bastante escucho la misma canción, una y otra vez...

Terraria Girls: La AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora