Ella

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Kylo camina empuñando el sable de Rey, a la espera de un ataque defensivo de quien sea que se oculta bajo las mantas de lana. No perdonara la vida de quien sea si es una amenaza. La fuerza lo envió aquí y ahora conoce el motivo: Rey otra vez sola en el desierto.

¿Qué hace en Jakku? No tiene todavía las respuestas, pero las tendrá. Eso pensaba instantes antes de ver el movimiento en la cama, con pasos veloces llega. La presencia que se encuentra ahí, es inocencia, es pureza. Por un instante piensa que puede ser una mascota puesto que no percibe una gran conciencia. Usando la fuerza las mantas se elevan para revelar la sorpresiva compañía de Rey, por ese motivo se rindió para evitar que un disparo llegue a la cama donde ella dormía acunando a su bebé.

No tiene forma de comprender lo que mira. Es pequeño no adivina la edad, ¿Qué sabe él de bebés? Desde su altura observa al pequeño que manotea y busca con la boca a su madre. Sus ruidos son de inconformidad y de pronta desesperación al sentirse frio y hambriento.

No tiene forma de explicarse a sí mismo lo que este descubrimiento provoca en él, surgen todavía más preguntas que no tienen respuesta por ahora. Debe saber. Se retira un guante para tocarlo sin barreras. Acerca su gran mano a la cabeza, tan solo el bebé por completo cabe en su palma, es diminuto. Con miedo la punta de sus dedos toca la frente, no quiere dañarlo si no mide su fuerza pues nunca antes estuvo cerca de uno, para él son un bicho extraño y curioso. Cierra sus ojos para saber lo que la fuerza tiene para decirle, no duda que es la causa del llamado hasta Jakku. Cuando la fuerza responde abre los ojos con incredulidad, no puede ser verdad así que ya tiene otras preguntas por formular a Rey. La fuerza le dice que debe protegerlos, pues son importantes para el balance en la galaxia. Puesto que ella se encuentra en un estado vulnerable donde su hijo es una debilidad para hacerla blanco fácil, pero ¿de quién?

De él no, puesto que la fuerza lo ha asignado protector. Todavía no sale de su asombro sintiendo todas las respuestas que la fuerza le da a través del bebé, es entonces cuando un tacto suave, delicado, algo jamás sentido pues para él todo era rudeza, violencia y castigo. Si recuerda esas caricias suaves y delicadas son las de su madre en la infancia y el toque de Rey en Exegol, pero nada se iguala a sentir la presión de un pequeño puño tomando su pulgar.

La presencia del niño se ha manifestado y exige su lugar en la galaxia con un fuerte llanto. No ha dejado que lo abandone y sepulte bajo escombros de adobe. Con una delicadeza desconocida en él, se separa del agarre del bebé. —capitán — regresa a la salida un tanto avergonzado puesto que los soldados dentro de la choza vieron la escena. —asigne un custodio para el niño hasta que su madre esté dispuesta... responde con su vida el bienestar del niño — advierte al salir.

—¡T-1122! — llama el capitán al elemento que cree idóneo.

—¡capitán!

—está a cargo del niño. Ya escucho al supremo líder, responde con su vida.

Pero T-1122 no es cosa fácil, es un buen soldado, capaz y eficiente, mas esta encomienda provoca protestas.

—¡claro! Tengo vagina, ya soy experta en niños — reclama retirándose el casco.

—puedes negociar con el líder supremo si no estás de acuerdo — replica el capitán. —¡¿Por qué estas quitándote la armadura?! — el soldado se ha retirado casco, pechera, protectores, todo ha quedado en el piso.

La morocha joven mujer recoge su rizado cabello que el casco ha desordenado —¡es un bebé! No quieres provocarle un susto, además de que necesita calor. Hace frio aquí y en la nave hará más; necesita que lo arropen. — ya busca entre los objetos de la choza ropa y mantas para cubrirlo. No hay demasiado y todo lo preparado para el bebé son pañales que guarda en el bolso de lona que Rey tiene siempre cerca. No hay ropa adecuada todo está hecho para el desierto además de que es poca. Negando con la cabeza la mujer murmura inconforme, ser la única mujer del escuadrón le ha dado este honor que le desagrada.

LA NOCHE DE LOS TIEMPOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora