LA NOCHE DE LOS TIEMPOS

El llamado de la fuerza

Nada asegura que los hechos recordados son lo vividos, confiamos en nuestras memorias o en las crónicas escritas por alguien más, al anochecer se desvanecen entre nuestros sueños y al amanecer recordamos solo fragmentos de la realidad. El olvido es a donde queda lo trascendente. La historia la cuentan los vencedores enalteciendo sus logros omitiendo la versión del vencido.

"El recuerdo se pierde en la noche de los tiempos"

CAPITULO 1

La fuerza le ha mostrado este paisaje, en sueños, en visiones, en sus meditaciones. Y en cada uno de ellos ha visto el cementerio de naves de Jakku. La frecuencia de estas visiones incrementó en los últimos días y desde ayer se hicieron poco menos que insoportables. Fue como sueños lucidos donde caminaba entre los escombros de duracero y metal.

Entendió que la fuerza lo estaba llamando hacia Jakku ¿es importante para él? Tal vez.

Este es el planeta donde ella creció. Parece que fue en otro tiempo cuando se conocieron, otra vida, y en realidad no ha pasado tanto.

Frente tiene al Ejecutor, la ruina de lo que alguna vez fue el impresionante destructor estelar de su abuelo. ¿Por qué la fuerza lo trajo a Jakku? Se hace esa pregunta sin cesar cuando descubre que no hay nada ahí, salvo los vestigios de una guerra antigua, una que su bando perdió hace mucho, antes de su nacimiento.

En la profundidad de la noche no encuentra las respuestas a los incesantes llamados de la fuerza y ahora que está aquí solo hay nada. Se queda inmóvil sintiéndose pequeño en la vastedad del desierto, a la vista hay ruinas y arena, oscuridad y viento helado. Esta noche hace mucho frío tanto que su grueso abrigo no es suficiente.

—¿Qué quieres mostrarme? — susurra al viento. La noche anterior sintió una perturbación en la fuerza, una conmoción tan fuerte que las visiones de Jakku no dejaron de anunciarse. Lo que sea que necesite ver o saber se encuentra en Jakku.

El viento sopla en ráfagas veloces que llevan arena que golpea sobre el metal creando chispas que iluminan por fracciones de segundos cada uno de sus golpes, así en ese letargo eterno la abrasiva arena se lleva poco a poco el metal hasta que en siglos las ruinas se hayan desvanecido.

El silbido del viento le responde con el susurro de un eco lejano. El zumbido del caminar de los antiguos artefactos, por un instante es como si tomaran vida y de repente el sonido del andar de un AT- AT llega a sus oídos.

—¡Rey! — nadie puede escucharlo en ese tono tan bajo. Mira en otra dirección, no es demasiado lejos.

Nuevamente hay nada. Los ruidos cesaron al llegar. La chatarra se encuentra abandonada con arena que llega hasta la mitad del viejo caminante. Al entrar sus pies se entierran, pero reconoce que es importante. Observa alrededor sin encontrar nada, solo ruinas dentro y fuera hasta que un reflejo llama su atención, es el brillo del metal como si recién raspado estuviese. Camina hasta ese muro que el tiempo ha cubierto con una capa de polvo, con su mano despeja un poco para poder ver lo que contiene, cientos de líneas formadas una atrás de otra, el conteo de una larga espera.

Suspira al mirarlos, esa es una imagen tan triste de ver. Cuando invadió la mente de Rey vio ese muro y el llanto de ella frente a él, en esas noches cuando la desesperación de su abandono no la dejaba dormir.

Y así como escucho el sonido metálico del caminante, escucha un llanto lejano. Como una memoria retenida en el espacio y tiempo dentro de ese AT-AT. Antes de tocar retira uno de sus guantes y tan solo al primer toque de sus dedos sobre el metal, las imágenes de la violencia, la brutalidad y los eventos posteriores llegan a su cabeza. Puede ver como una reproducción de la holonet la masacre que ordeno en Tuanul.