Un juego de dos

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Hoy se cumple un año desde aquel llamado, cuando un murmullo del viento lo hizo girar hacia atrás, con prudencia, con curiosidad y extrañeza. Escuchó palabras que arrastro el viento... era la fuerza.

Era Abby.

Ella lo busco en la fuerza, le pide auxilio y acude para encontrarlas en Jakku, en el mugriento planeta que no pisó desde hace tiempo.

De pie, junto a la cama mira dormir a Rey, preciosa con su cabello revuelto sobre la almohada y medio cuerpo descubierto. Verla así le trae ese recuerdo de cuando la llevo en brazos hasta su lanzadera; ha pasado mucho desde entonces. Claro, que, en aquel día, ella estaba en el final de su adolescencia, mas flaca y sucia. Una carroñera cual debe ser.

Hoy ha cambiado, es una mujer; su cuerpo se torna carnoso, la maternidad le ayudo de alguna forma a dejar el cuerpo parco de la miseria, el rubor de su rostro le hace ver radiante a pesar de no esforzarse en embellecerse. Rey es y siempre será una grata distracción.

Por esa causa quedo fascinado al tenerla en la silla de interrogatorios. Quiso saciarse de mirarla y para sí mismo puede aceptar que en ese preciso instante nació el deseo y curiosidad por ella. Saber que es su igual en la fuerza solo potencia lo existente.

Es suficiente por ahora. En medio de ellos hay mucho que los separa, principalmente los ideales políticos y morales. Quiere rendirse, olvidar la tonta idea de que pueden ser capaces de encontrarse en un punto medio donde coexistir. La noticia sobre el canciller solo hace mas complejo lo que existe entre ellos, se conforma con su rechazo y poder mirarla al dormir. Tal parece que es todo lo que va a obtener de ella porque esa insinuación de la noche anterior sabe que no es sincera.

Unas manos extendidas lo apartan de ver a Rey. Pide silencio con una señal antes de tomar a Abby para llevarla en brazos hacia una nave que ya espera en la plataforma cercana al complejo de casas. Sutil y sigiloso arranca a la bebé de su lado.

***

No escucha el llanto habitual a esa hora, es el momento en que Abby pide la primera toma del día que con precisión no deja pasar ni un minuto extra. El silencio despierta a Rey, ha dejado de amamantarla, por lo que el ritual de las mañanas es ir hasta la cocina para preparar una botella con leche azul y regresar a la cama para dormir una hora extra. Pero hoy se rompe la rutina, Abby no está.

Evita caer en pánico, está en casa; Kylo no dejaría la base y todo el trabajo que ha hecho en Kriss.

Quiere confiar en que no la arrancara de su lado como castigo. Él no es capaz de hacerlo ¿oh sí?, Rey lo duda.

Busca en la habitación de Kylo, nada queda fuera de lugar, tampoco en las pertenencias de Abby. Salvo su juguete favorito, ese muñeco en forma de wokiie que siempre arrastra consigo y el droide de servicio, nada falta en casa.

Anuda la bata mullida y rosada mientras camina a la cocina, necesita despejarse y pensar en positivo. Tomará un café y será paciente. Pero antes de sentarse en la barra, una presencia llama su atención, en el salón adjunto reconoce a Tara.

Llego muy temprano para organizar las múltiples tareas en la lista del día. Además, algo tiene toda su atención; Rey mira como lee y hace anotaciones, ella estudia algo, lo sabe por la pila de datapads y las anotaciones que la tiene concentrada, claro, hasta que ella interrumpe.

—¿Dónde está Kylo? Se llevo a Abby.

A Tara no le entusiasma la presencia de Rey, pero guarda las apariencias y respeta los rangos. —¿quieres ir a Lira San? Lady Ren.

—¿Qué?

—el líder supremo dejo instrucciones para que dejes Kriss. Si tú lo quieres tengo una nave esperando.

LA NOCHE DE LOS TIEMPOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora