REYLO AU posterior a TROS.
Nada asegura que los hechos recordados son lo vividos, confiamos en nuestras memorias o en las crónicas escritas por alguien más, al anochecer se desvanecen entre nuestros sueños y al amanecer recordamos solo fragmentos de...
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El primer día de descanso después de muchos, pero muchos años... y no sabe qué hacer con eso.
La noche anterior termino en fracaso su intento de un acercamiento con ella. Estuvo a nada de un beso, un abrazo... y posiblemente cumplir esa fantasía que lo despertó esa noche, pero lo arruino al tomar su mano. Rey miró su muñeca y el brazalete, después de eso, el desenlace fue inevitable.
Ella lo aborrece. Una realidad a la que se enfrenta con cada persona que se supone tiene afectos por él. Su madre, su padre, su tío; todos dijeron amarlo, sin embargo, demostraron su rechazo claro. Rey en un plano general, es una más a su lista.
Tiene un deber superior el cual cumplir en nombre de la fuerza y ¡maldita sea!, lo cumplirá hasta el fin. Abby y las ruinas de la primera orden son su misión impuesta por la fuerza, la causa de no morir.
Hoy no tiene la intención de confrontarla para mirar en su rostro la reprobación que lo juzga desde siempre. Pasa al frente de su puerta reprimiendo el deseo de ver dentro, es suficiente con posar su palma para sentirlas dormir. La rutina en esta nueva casa difiere en gran medida a la acostumbrada en el destructor estelar. Hoy no tiene que despertar a Rey para iniciar el día, ni puede ver a Abby hasta que ella lo autorice, es en pocas palabras frustrante no compartir el mismo dormitorio, a veces entre sueños despertaba para mirarlas dormir sabiendo que están seguras bajo su protección. Sin pasar hambre y miseria, sin el miedo a ser capturadas por la causa desconocida que la hizo ocultarse en Jakku.
Deambula un poco por los pasillos de la casa en un aspecto de vago que nadie puede ser capaz de reconocerlo, salvo Rey, quien antes lo ha visto con el cabello desordenado y pijama, únicamente la parte baja, del resto, parece que jamás gusta portarlo, menos en este clima tropical de brisa salada y calor agradable al amanecer.
Desayuna en el mismo asiento de la noche anterior, su nuevo lugar en la cocina. Mientras bebe una gran taza de café mira al frente, a través de las puertas de cristal, a las estancias formales donde asegura que jamás se usaran para lo que fueron planeadas. No prevé cenas con amigos, ni visitas sociales; en su caso es todo negocio. Ni siquiera tiene en mente que el comedor familiar se usara algún día, son tres y uno de ellos aún no toma su lugar sobre un asiento. La cocina está bien mientras funcione.
El silencio, un viejo aliado, es todo lo que tiene esta mañana. Unos meses y extraña la presencia de Rey, aunque también sin palabras, rompe toda la monotonía a la que estuvo acostumbrado a vivir desde su llegada a la orden.
Ha transcurrido dos horas desde que despertó y la lista de sus actividades del día se termina. Es difícil tener un descanso cuando se está acostumbrado a no detenerse. Mastica y entonces obliga su memoria a recordar el ultimo descanso que tuvo, si, fue después de Starkiller. El tiempo de recuperación después de que ella lo venciera en el bosque, su maestro le dio un par de días para sanar, fue su vergüenza y deshonra lo peor de no tener nada que hacer. Hace muecas por los recuerdos, después de Exegol, donde no recuerda del todo lo sucedido después de revivir a Rey y ese beso, por días estuvo inconsciente y al despertar no tuvo tiempo para descansos cuando se establecían los planes de escape y evasión de las patrullas de la república.
