PROFUNDA VENGANZA [EN PROCESO]

Capitulo 23

Alex

El sol que entra por mi ventana me despierta y hace que me pare de la cama para ir a la cocina por algo de comer.

Mi tía salió ayer y no ha regresado, no me sorprende, saco nutella y pan, desayuno y escucho unos pasos los cuales son de Ismael; tiene ojeras y tiene un aspecto terrible.

–¿Todo bien bro? – le pregunto mientras le doy un mordisco a mi pan con crema.

–Por supuesto, estoy de maravilla. – espeta con sarcasmo.

–Alguien amaneció de mal humor.

–¿Cómo quieres que este? El ambiente tenso se respira hasta en la nuca, la relación que tienen tus tías es un asco, un día están unidas y al otro se quieren matar, mi cabeza tiene precio, todo se basa en una venganza de tu familia hacia otra y descubren no sé cuántas cosas. ¿Qué no se cansan de tanta acción?

–Compadre, estoy totalmente de acuerdo contigo exceptuando la parte de querer matar a las personas que mataron a mi madre y padre.

Suspira y saca jugo de la nevera.

–¿Hacia dónde se fue génesis?

–¿Por qué no le preguntas tú mismo? No tengo cara de buscador online.

–¿Al menos está bien? – pregunto dudoso

Veo como las comisuras de sus labios se elevan mostrando una sonrisa divertida la cual hace que me irrite.

–Supongo que está bien, con ella nunca se sabe, pero para que salgas de duda llámala y pregúntale tú mismo.

Gruño y termino mi desayuno, regreso a mi habitación para darme una ducha y al salir veo a mi tía con maletas listas y esperándome. ¿De qué me perdí?

–Menos mal ya estás listo, nos regresamos hacia Los Ángeles, al parecer Némesis se regresó sin avisarnos, me llamo Daniela, dice que Némesis no ha salido de su habitación desde que llegó y le preocupa, mi instinto me dice que está planeando algo grande.

Asiento y vamos a la pista en donde un avión ya nos espera.

Llegamos a la mansión y Daniela nos recibe. Nos da regalos y un postre de mango el cual me hace chupar los dedos.

–¿Paso algo en el viaje?

–Nada de lo normal. – asegura Abigaíl retirándose

–Algo paso. – confirma Daniela mirándome fijamente

–Daniela, no soy el indicado para decírtelo, si ninguna de mis tías te ha dicho algo, ellas sabrán por qué.

Asiente y se retira dejándome solo en la cocina. ¿Estará bien?

Luego de pensarlo decido ir a la habitación de mi tía.

Al llegar dudo, ¿toco o me voy? No le doy más vueltas al asunto y decido tocar la puerta.

Espero paciente y escucho un ligero adelante

Entro y encuentro la silueta de mi tía sentada en el balcón con una copa en la mano, me dirijo hacia ella y veo como da un sorbo a su copa.

–¿Qué tal el viaje de regreso? – me pregunta mientras se gira para verme.

–Bien.

Asiente y mira hacia la nada.

–¿Todo... todo está bien?

Sonríe suavemente y asiente con la mirada perdida.

–Bueno entonces... ya me voy.