PROFUNDA VENGANZA [EN PROCESO]

Capitulo 30

Abigail

El cielo cada vez se pone más claro, yo estoy parada en el balcón con mi pijama, mirando el horizonte, detengo mi vista en las cuatro camionetas que llegan, obtienen toda mi atención, pero el rugido de un motor en especial me hace rodear los ojos, es Génesis en su moto. Por fin decidió regresar de sus vacaciones.

Al quitarse el casco eleva su mirada hacia mí sin ninguna expresión en el rostro, me duele ver como mi hermana cambio tanto por el odio, me dirijo hacia las escaleras, al bajar nos encontramos, no musitamos palabras, yo decido ir al despacho y esperar a qué venga detrás de mí, a los cinco minutos llega y cierra la puerta con seguro.

Decido servirme una copa de vodka mientras me siento y bebo.

—Van a entrenar en la sala de tiro estos días, mientras organizamos el siguiente paso.

—Como tú digas, aunque no entiendo por qué me lo dices, total siempre es lo que tú digas, ¿no?

—Vamos Abigaíl, ya es hora que dejes tu berrinche, se supone que no debemos sentir y mírate, Elena estaría decepcionada de ti.

—No tienes ningún tipo de derecho para suponer como estaría Elena por mí, así que cállate y vete como siempre lo haces.

—No me hables así Abigaíl.

—Y tú deja de herir a tu propia sangre, porque aunque te cueste tú y yo llevamos la misma sangre, tú no sabes nada Némesis, me canse de ti, de tu venganza, de tus malditos tratos, me tienes harta con tú "las hermanas Morguera no sienten, no temen, no lloran, no sufren" me cansé Némesis, ese asqueroso entrenamiento de mierda que tuvimos hace años no sirvió conmigo, ¿sabes por qué? Porque yo soy humana, dudo que lo sepas, pero sufro depresión y ansiedad, he estado yendo a terapia y ahora mismo estoy teniendo una guerra interna conmigo misma y créeme que estoy haciendo todo lo posible por ganar, ¿sabes cuantas veces necesite un abrazo tuyo? Ay, como lo vas a saber si te largaste tres putos años y me dejaste sola, solo me llamaste cuando ya estabas bien.

—Abigaíl, en estos momentos no estoy para sentimentalismos ni niñerías, así que por favor deja de...

—¡Deja de minimizar mi dolor y déjame en paz de una buena vez Némesis! No sabes cuánto necesite un "Tranquila todo va a estar bien, aquí estoy para ti" Pero tú nunca has estado para mí, cosa que yo si he hecho, ¿sabes que nos hace diferente? —bebo todo el líquido que queda de un tirón— Que yo si siento y tú tienes podrido el puto corazón así que haz lo que siempre has hecho, lárgate y déjame sola.

Giro mi rostro para no verla, no soporto su presencia.

—Hablamos cuando se quite el berrinche, así nadie te aguanta.

Mi corazón se oprime más al escuchar eso, una lágrima cae por todo mi cachete izquierdo, me lo limpio rápidamente y decido servirme otro trago.

Mi celular empieza a vibrar y contesto de inmediato al ver el nombre.

—¿Ya me extrañabas pequeña? —dice con su carismática voz

—No tanto como tú.

—¿Paso por ti a la misma hora o estás ocupada?

—Ni se te ocurra poner un pie en la mansión Morguera mi hermana te mata.

—¡Carajo! Llego el cubo de hielo.

El único que me saca una sonrisa, además de mi sobrino—Veámonos en el lugar de siempre, yo llego.

—Nos vemos pequeña.

Cuelgo y salgo del despacho, al abrir la puerta me tropiezo con Alec quien se disculpa, yo solo me limito a dar un asentimiento con la cabeza y me voy hacia mi habitación.