Epílogo

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Génesis

Me levanto y lo primero que veo es la hermosa torre Eiffel quien me ha estado dando la bienvenida estos meses, me levanto de la cama y voy a la cocina a preparar el desayuno para mí y Alec.

Hago huevos revueltos junto a tajadas de pan con mermelada y jugo de naranja, voy a la habitación de Alec quien sigue durmiendo, abro las cortinas provocando un gruñido por parte de mi sobrino.

—Arriba grandullón, el desayuno ya está listo, además tenemos una reunión a las nueve.

—Tía por favor unos minutos más, solo cinco.

—No mi amor, arriba anda, te espero en el comedor

Salgo de su habitación y dejo que se espabile, estar en París estos meses nos ha ayudado mucho, tanto a mí como para él. Luego de lo que paso en Los Ángeles, decidimos abandonar esa ciudad y ahora vivimos aquí en París, solo los dos, como una familia, debes en cuando nos visita mi primo en donde los res hacemos una noche de películas y tratamos de olvidar todo lo que paso, aunque yo no quiero olvidar eso, luego de matar a White llego Alec con ayuda, estoy bien claramente con una cicatriz la cual porto con mucho orgullo, luego de que ya podía caminar decidí darle una vuelta al lago que frecuentaba con Dalton, me di cuenta de muchas cosas, Dalton "intento protegerme" puede que no de la mejor manera pero lo hizo.

¿Me arrepiento de haber jalado ese gatillo? No, porque a pesar de todo, no me gustaba que tuviera ese poder absoluto en mí, necesitaba paz y verlo, tenerlo cerca, me recordaba a la pasada génesis rota, sé que me amo hasta el último momento, supe que él no mato a mi hermana sino la gente de White, Dalton ni siquiera tenía balas en su pistola, supe todas las cosas que Dalton hizo pensando en mí y sobre todo que el idiota nunca me olvido, yo también lo amo y creo que no voy a volver a amar a alguien como lo amo a él. No se nada de Hades, supongo que debe estar vivo por ahí en las calles, disfrutando su vida o en depresión, la verdad no me interesa mucho. Tengo la calma de que donde sea que este mi hermana está a salvo y descansando, está en paz y es lo más importante, ya no tiene que vivir en ese mundo de mierda.

Para mi sobrino fue un poco difícil asimilarlo, aún lo es, pero está yendo a terapia igual que yo, poco a poco va avanzando, Alec sigue siendo mi mano derecha, mis negocios cada vez crecen más mis negocios, a la final si fue verdad lo que me dijo White, pero gracias a mí ya no compartimos sangre ni respiramos el mismo aire. Al buscar en las cosas de Daniela encontré una carta la cual todavía no leo, no estoy lista para leerla, aún me duele mucho su traición, la consideré mi segunda madre y me traiciono con mi enemigo, no sé que tenían ellos, tanto como para dar su vida por él, pero no la culpo, todos por amor hacemos locuras, en algún momento la leeré.

—Huevos revueltos mis favoritos

Alex se sienta y empieza a desayunar junto a mí, cada uno se mete a su habitación para arreglarse y una vez listos salimos en el auto rumbo al edificio ODFM (organización de la familia Morguera)

Entro a mi oficina y son dos horas de charlas en donde todos hablan al finalizar la reunión, me entra una llamada de un número privado, contesto, pero me quedo en silencio esperando a que la otra línea hable.

—¿Cómo estás, princesa? —dice una voz muy familiar.

—¿Cómo conseguiste mi número Ismael?

—Yo también se me oís trucos cariño.

—Me alegra escucharte.

—Iré a pasar las navidades con ustedes en París.

—No sé si sea una buena idea...

—Ya no hay peligro, Génesis, tranquila.

La puerta de mi oficina se abre para darle paso a Thomas, quien entra con dos cafés y una caja de chocolates.

—Está bien, pronto te enviaré la ubicación, muero por verte.

—Yo igual, te quiero.

—También te quiero y me alegro de escucharte después de tanto tiempo.

Corto la llamada y los cálidos brazos de Thomas me reciben, le doy un beso en la mejilla y una sonrisa.

—Gracias por los chocolates, son mis favoritos.

—Lo sé. ¿Quién era?

—¿Celoso?

—¿Yo? Ni en tus sueños.

—Era Ismael, vendrá para navidad.

—Me alegra que esté bien y vaya a venir, pronto todos estaremos juntos.

—Sí, ¿Cómo están nuestros socios?

—Bien, la mujer de Nick ya dio a luz.

—Por Dios tenemos que ir a conocer a esa bebe.

—Hablaré con él, ¿Lista para irnos?

—Claro que sí.

Salimos de la oficina y cierro con llave, nos subimos en el auto y mi sobrino ya nos está esperado junto a Aisha quienes están conversando.

—Las manos lejos de mi sobrino Aisha, no te ganes fama de asalta cunas

—¡Génesis!

Río y me subo al auto, nos vamos a toda velocidad y llegamos a donde nos está esperando mi primo, empezamos a andar hacia las afueras de París, la música llena nuestros oídos, reímos y hablamos de anécdotas, en eso se nos va la tarde.

Luego de casi cuatro años por fin soy libre, me siento en paz, vengué a mis padres, a mis hermanas y a mi hijo, pero lo más importante me vengué a mí misma.

Y comprendí que, perdí al amor de mi vida, pero elimine una debilidad más y todo quedo en eso en una profunda venganza.

Que el amor no te ciegue ni te nuble el razonamiento, primero tú y luego las jodidas personas, no rebajes tus sentimientos ni tu sufrimiento, si quieres lograr algo, has todo lo imposible para lograrlo.

Pero busquen su paz. 

PROFUNDA VENGANZA  [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora