❪5❫ Nada cambia del todo

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Habían pasado ya 12 años desde aquel día, y la guerra comenzaba a tornarse más seria

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Habían pasado ya 12 años desde aquel día, y la guerra comenzaba a tornarse más seria. Pero a pesar del tiempo las cosas no llegaron a cambiar del todo, al menos no en Naboo.

Padmé seguía siendo una figura importante, era Senadora, y representaba a Naboo en todo lo relacionado a la política.

Kaia, por el contrario, seguía siendo la misma chica dulce y educada, solo que con unos años más. La hermosa peliblanca, de ahora 16 años, seguía encerrada y escondida en Naboo, oculta de cualquier persona que pudiera tratar de hacerla daño. Sus rutinas eran las mismas siempre, se despertaba muy temprano y se iba a las praderas a ver el amanecer; luego recogía flores y frutos y se los llevaba a su pueblo, decorando Naboo en el proceso; y luego recibía algunas clases, aunque ya no eran tantas como antes, pues ella solía pasarse la mayor parte del tiempo leyendo libros e imaginándose la vida que le habría gustado tener.

Era duro para ella. Después de que Padmé se uniera al Senado, Kaia se había quedado sola en Naboo; por ello sus clases no eran constantes. El castillo era un lugar solitario para ella, a pesar de que ahora había una nueva reina, ella no se sentía del todo aceptada. La reina había prometido darle su protección, pero nunca le dio nada más que su firma en un contrato que lo aseguraba.

A menudo paseaba por los pasillos del castillo sola, cuando la oscuridad se abría paso y entonces ella observaba las estrellas y se imaginaba que cada una era un guerrero Jedi caído. Todos sabían que el trabajo de los Jedi era la protección, por eso ella creía que estaban ahí arriba protegiéndola. Soñaba con que un día esos Jedi le enviarían a alguien que la sacaría de ese lugar, que la cuidaría y la haría sentir la persona más maravillosa del universo.

Amor...

Ella había podido experimentar el apego, pero nunca el verdadero amor; el amor incondicional.

Ese era uno de esos días en los que se encontraba en un balcón, con los ojos cerrados y con la respiración serena, mientras esperaba alguna señal de que sus súplicas habían sido escuchadas.

El sonido de un bastón contra el suelo hizo que Kaia se desconcentrara. Sabía quién era, y eso la desanimaba mucho más.

Suspiro con tristeza y bajó la cabeza.

—Sé que prometí dormir, pero no puedo hacerlo, Maestro Yoda. No mientras aún tenga esperanza.

—La esperanza procesar de muchas formas puedes, en tu mano está que malas o buenas sean.

La peliblanca suspiró de nuevo y dirigió su vista al cielo estrellado, que parecía brillar con más fuerza.

Se preguntaba qué era lo que tendría que hacer para que los antepasados Jedi la ayudaran.

—A los muertos añorar no podemos, pero esperar tanto de ellos tampoco. El control sobre la vida y la muerte en manos de la fuerza está —señaló con una garra a la joven y entrecerró los ojos—. Algún día, encontrar tu lugar deberás. La fuerza te guiará.

Dark Side [Anakin Skywalker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora