❪32❫ Viejos sueños

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—No me puedo creer que te vayas

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—No me puedo creer que te vayas.

Solté una risilla y dejé que mi amiga me abrazara por quinta vez esa mañana. Había llegado la hora, ya tenía todas mis cosas preparadas y dentro de la nave que me esperaba para llevarme a mi destino: Naboo. De niña solo había deseado irme de mi planeta para ver otros lugares, pero después del tiempo que había pasado fuera me había dado cuenta de que mi lugar estaba allí y mi gente también. Cumpliría el deseo de mi madre y cuidaría de nuestro planeta tal y como ella lo hizo. Por fin sentía que estaba siguiendo el camino correcto, y además ahora también era el que me hacía feliz. No había tenido que renunciar a Anakin, ninguno podríamos, por lo que cumpliría el sueño de mi madre en Naboo y el mío de estar con el amor de mi vida. Todo estaba justo donde debía estar y no podía evitar sentirme eufórica por ello.

—No me voy para siempre, Sabana —la tranquilicé, risueña—. Solo tengo que arreglar un par de asuntos en Naboo, pero vendré a Coruscant de nuevo pronto, te lo prometo.

Mi amiga fingió que se secaba una lágrima y rodeé los ojos con diversión. La morena podía ser realmente dramática cuando se lo proponía, pero no podía decir que no me divirtiera también ese hecho.

—Creo que no he conocido a nadie tan dramático como tú —Lía puso los ojos en blanco y apartó levemente a la morena para abrazarme esta vez ella, con más suavidad—. Va a ser raro que no estés por aquí, las comidas ya no serán lo mismo. —Se separó para sonreírme con nostalgia y suspiró mirándome—. Espero que encuentres la felicidad que buscas en tu nuevo camino, amiga.

Sus palabras estaban cargadas de sinceridad con algo de tristeza y volví a abrazarla, agradecida por sus deseos. Iba a echarlas demasiado de menos, habíamos sido casi como hermanas desde que había llegado al templo y no podía estarles más agradecida por el apoyo que me dieron cuando llegué.

—Os voy a echar de menos.

Agarré una de las manos de cada una y las apreté en una última despedida. Iba a darme la vuelta para entrar a la nave cuando algo captó mi atención desde el interior del templo.

—Chicas, debo ir a hablar con alguien antes de irme.

Ambas asintieron y me dieron un último abrazo antes de marcharse. Comencé a trotar hacia el interior del templo y una figura encapuchada apareció de las sombras y se acercó a mí rápidamente.

Nada más tenerlo cerca, rodeé su cuello con mis brazos y suspiré aliviada cuando su olor inundó mis fosas nasales. Mi sonrisa se ensanchó y sentí como sus brazos me rodeaban con fuerza. Ese simple contacto se sentía como la mejor sensación del mundo.

—Ten cuidado —suspiró junto a mi oído.

Me separé levemente para mirarlo y juntamos nuestras frentes, sin despegar la mirada del otro casi como si estás se comunicaran por sí solas.

Dark Side [Anakin Skywalker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora