Dark Side [Anakin Skywalker]

❪19❫ Amor y rabia

Paseé mi mirada por las mesas sintiendo un gran nudo en mi garganta. Estar otra vez en la misma situación que el día anterior era realmente frustrante, pero había un diferencia considerable. Al parecer había corrido la voz de lo que había pasado el día anterior, de como había derrotado a una Padawan experimentada y como había perdido el control. Todas las miradas estaban posadas en mí, expectantes de donde iba a sentarme. Había intentado sentarme en una, pero las personas de esa mesa se habían levantado y se habían ido. Nunca en mi vida esperé sentirme tan fuera de lugar como en ese instante; era horroroso.

Alguien se posicionó a mi lado y salté por la sorpresa. Mi vaso se dirigió al suelo pero levitó antes de caer completamente, y el líquido que había en él también levitó. Me giré hacia la persona de pie a mi lado y me encontré con la morena del día anterior; la Padawan del Maestro Windu.

—Oye, ¿quieres que nos sentemos juntas? —La morena señaló la mesa que se había quedado vacía por mi culpa y me sonrió con amabilidad.

Me daba algo de pena sentarme con ella después de casi matarla el día anterior, pero no tenía una opción mejor así que aceptaría su amabilidad.

—¡Sí! Me encantaría.

Ella se sentó en la banca y yo rodeé la mesa para sentarme en la banca de enfrente. Agarré un trozo de zanahoria y pensé en algún tema de conversación que usar para aminorar la tensión.

—Kaia, ¿verdad? —Me señaló y asentí a su pregunta—. Me dejaste impresionada ayer, no esperaba que fueras tan fuerte.

Me tensé en mi asiento y agarré más zanahorias para tratar de reducir el estrés que sentía con esa conversación.

—Bueno... Yoda me enseñó un poco de niña —murmuré. Aclaré mi garganta ante su ceño fruncido—. Sé que no suena muy creíble, pero es la verdad. No sé cómo hice eso, pero... lamento lo que pasó después.

Ella rió negando con la cabeza, y comenzó a comer; estaba más relajada, ambas empezábamos a estar más cómodas.

—Oh, no, no; no te preocupes. Es normal perder el control al principio, no es la primera vez que alguien casi me mata por perder el control. A mi hermano le pasa constantemente —comentó risueña. Sonreía mucho y parecía una persona muy extrovertida; tal vez podríamos ser amigas.