Me acerqué al lugar del copiloto, el cual estaba vacío, y me senté junto a Anakin para observar el hermoso paisaje frente a mí.
—Esto es una pasada... —Murmuré.
Vi que Anakin me miraba de reojo pero no dijo nada. Coruscant era una auténtica preciosidad, llena de edificios y de toda clase de especies. Era un ambiente tan distinto al que había en Naboo, que me cuestionaba si podría adaptarme bien. Había toda clase de naves en el aire, y el aire estaba bastante limpio sorprendentemente. Estaba segura de que por la noche sería un sitio aún más bonito de lo que ya lo era por el día.
A lo lejos se comenzó a ver el templo Jedi. Si creía que la ciudad era bonita, sin duda ese templo era una maravilla. Debía tener muchos años de antigüedad, y aún así se mantenía con todo su esplendor, dándole un detalle perfecto a la ciudad.
—¿Qué es lo primero que haremos al llegar, Maestro? —Me giré hacia Anakin y le miré expectante con una sonrisa emocionada.
Él parecía descolocado con que yo lo llamara Maestro, suponía que tendría que acostumbrarse a tener una Padawan. A mí, por el contrario, no se me hacía nada raro. Me fascinaba poder llamarle Maestro, y en mi interior no paraba de dar saltos de alegría, pues empezando a verle el lado bueno a todo eso, aprender del mejor sería la mayor experiencia de todas. La gente comenzaría a tomarme enserio por ser la Padawan del elegido, y me acabarían respetando.
Tenía tantas ganas de llegar que se me pasaba por la cabeza pedirle a Anakin que acelerase.
—Te presentaré ante el consejo como mi Padawan y después te mostraré las instalaciones —su rostro se mantuvo serio e inexpresivo. Traté de acceder a algún pensamiento suyo o a alguna emoción, pero él parecía haber sellado nuestro vínculo para que no pudiera hacerlo.
Apreté los labios con fuerza por las ganas y asentí.
—Suena genial, Maestro.
Me giré hacia el frente y observé cómo aterrizábamos en el hangar del templo.
Al fin...
Salí corriendo a por mis cosas y cogí también las de Anakin. Él se acercó y al verme con sus maletas frunció el ceño.
—No se preocupe, Maestro, yo las llevaré —y tras mis palabras salí disparada de la nave.
Narra la escritora
Anakin se quedó en shock tras ver a su Padawan salir corriendo con todas sus cosas, impresionado de que hubiera podido cargar con tantas cosas.
El Maestro Yoda se posicionó a su lado mientras ambos veían a la joven y emocionada Padawan ayudando a los clones a bajar las cosas de la nave. Se la veía tan despreocupada y feliz que Anakin sintió un gran vértigo de repente. No se sentía capaz de tener un Padawan, y mucho menos a ella. Se preguntaba con temor que pasaría si en una misión no lograba salvarla, si la herían, o si la mataban. Nunca creyó estar a la altura de ella, pero las cosas estaban aún más complicadas.
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Dark Side [Anakin Skywalker]
FanficLa línea entre el odio y el amor, entre la oscuridad y la luz, es muy fina. El mundo se ve como blanco o negro sin saber que en realidad hay gris; un balance sostenido entre el bien y el mal. «Una vez fui tu aprendiza, Maestro, el único que me alejó...