—¿Puedo abrirlos ya?
—Nop.
—¿Y ahora?
—Anakin Skywalker, te avisaré cuando puedas abrir los ojos, ¿de acuerdo?
El castaño resopló pero no volvió a hablar mientras le llevaba a través del bosque.
Tras pasar la tarde bañandonos en el lago, habíamos decidido ir a ducharnos para reencontrarnos después. Había pensado en darle una sorpresa, una especie de detalle por haber pasado todo el día conmigo, porque sí, me había enterado de que Naboo ya lo conocía de sobra. Todo lo que habíamos hecho lo había hecho para animarme, y no le podría estar más agradecida, pues lo había logrado. En su presencia me resultaba imposible no sonreír, era como una acción instintiva, pero me gustaba.
Avanzamos un poco más en el bosque hasta que llegamos al fin. Estaba nerviosa sobre lo que pensaría, no quería que se decepcionara con la sorpresa, ya que lo había llevado kilómetros por el bosque con los ojos vendados.
Inspiré con fuerza para relajarme y giré la cabeza hacia él a la vez que soltaba su brazo, el cual había agarrado para evitar que se chocara con alguna rama.
—De acuerdo... Ya puedes quitártela.
Mordí mi labio con nerviosismo mientras veía como se iba quitando poco a poco la venda; la incertidumbre me carcomía.
Narra Anakin
Me quité la venda lentamente y abrí los ojos, encontrándome con lo último que me habría imaginado ver. Estábamos en un parte profunda del bosque, pero esta estaba iluminada por miles de luciérnagas brillantes que volaban sobre y entre nosotros. Alumbraban las flores y todo a su alrededor, aportando un paisaje de ensueño.
Desvié mi vista hacia la chica a mi lado y observé como se mordía el labio, nerviosa, mientras miraba a su alrededor.
«¿Le habrá gustado?»
Oí su voz en mi cabeza y la miré con ternura al notar que estaba nerviosa por mi reacción a su sorpresa. Se la veía tan vulnerable mirando todos lo rincones del bosque, como si quisiera asegurarse de que todo estaba bien.
Sonreí y me acerqué hacia una luciérnagas apoyadas en las flores.
—Es increíble... Nunca había visto nada parecido —murmuré. Toqué las flores viendo como algunas de las luciérnagas se apoyaban con tranquilidad en mi mano.
—Supuse que siendo un Jedi ya lo habrías visto todo.
Me giré hacia ella y negué.
—Te sorprenderías de la cantidad de cosas que no conocemos —dije con amargura.
Por supuesto esto tenía que ver con las impotentes reglas de los Jedi, como querían que no fuéramos humanos, que no sintiéramos.
—Cuando era niño, siempre soñaba con poder convertirme en un Jedi algún día —empecé, mientras dejaba que algunas luciérnagas repasarán en la palma de mi mano—. Pero nunca habría esperado la cantidad de sufrimiento y dolor que eso me causaría. No es un regalo, es una condena que se nos impone a aquellos que somos sensibles en La Fuerza, no nos dan elección.
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Dark Side [Anakin Skywalker]
FanficLa línea entre el odio y el amor, entre la oscuridad y la luz, es muy fina. El mundo se ve como blanco o negro sin saber que en realidad hay gris; un balance sostenido entre el bien y el mal. «Una vez fui tu aprendiza, Maestro, el único que me alejó...