Aquella primera vez en la que conocí a Izana fue gracias a Kakucho, viceversa. Era huérfana, mi padre jamás se hizo presente incluso a pesar de saber sobre mi existencia y mamá por otro lado no pudo ser más fuerte que las sustancias, ella murió de una sobredosis cuando apenas tenía veintiocho años y yo apenas cumplía los seis. Luego de ese incidente que cambió mi vida por completo pese a ser un constante sube y baja, llegué por accidente a un hogar de ancianos, enterándome de la cruda realidad del sistema. Un hombre mencionó que no podían llevarme a un hogar de menores puesto que ya no habían cupos para recibir ''una boca más'' la situación era crítica en la ciudad y no podían darse el lujo de llevar a todos los ''mocosos'' a un hogar con todo gratis sin dar nada a cambio por ello, pese a que éramos menores de edad y apenas sabíamos lo que costaba estar vivo en una vida que en teoría nunca pedí tener.
Mientras permanecía en una pequeña sala escuchándose de fondo la charla entre la dueña del hogar y el extraño hombre que actuaba como mi ''tutor'', a lo lejos, a las afueras del lugar divisé a un chico de cabellera albina jugar con la nieve sin guantes, formando pequeñas esferas perfectas con la palma de sus manos. Este vestía un suéter color escarlata, contrastando con el fondo de nieve, pareciendo una típica postal navideña. Mis ojos se posaron en esa imagen en vivo y en directo, siguiendo cada movimiento foráneo hasta que esos ojos se posaron sobre los míos; estábamos haciendo contacto visual directo y fue vergonzoso. Rápidamente bajé la mirada y jugué con mis dedos, ignorando la posibilidad de que él siguiera viéndome. Grave error, porque apenas alcé la vista una vez más, esos ojos seguían viéndome, sumándose a esto un tercer involucrado, ese era Kakucho.
━ ¿Cuál me dijiste que era tu nombre, cariño? ━ Una amable mujer de edad se acercó a mi, inclinándose lo suficiente para ofrecerme el tacto en la muñeca y preguntar con extrema suavidad en su voz por mi nombre.
━ _______, me llamo. ━ Respondí nerviosa, podía sentir seis ojos mirándome al mismo tiempo. Cuando volteé la vista para ver al chico albino y su acompañante estos ya no estaban. Solamente podía ver al hombre de nieve que había quedado con una bufanda puesta.
━ _______, ¿Te gustaría quedarte en este lugar? No es un lugar que debería contar con niños, pero nos hemos hecho responsables de dos menores al igual que tú.
━ ¿Y cuando sea mayor podré quedarme?
Pregunté ingenuamente. Tenía apenas seis años en aquel entonces. Era la edad perfecta para hacer preguntas inocentes.
━ Cuando seas grande vas a querer irte, no me cabe duda de eso. Mientras, puedes tener un techo, comida y nuestra compañía. ━ La mujer sonrió amablemente, llevándome a encoger los hombros con cierto temor.
De pronto la charla acabó y la amable mujer se disculpó para entrar a la oficina con el resto. Fue en ese entonces cuando él se asomó por la puerta, llamándome con su palma.
━ ¿Yo? ━ Me apunté con el dedo, viéndolo a él asentir.
━ ¿Vas a quedarte en este lugar? ━ Preguntó curioso, mostrando por completo la otra mitad de su rostro tras salir del marco de la puerta. Kakucho tenía una cicatriz desde el centro hasta el lado izquierdo de su cara.
━ No lo sé, creo que no hay espacio para mi. ━ Volví a encogerme de hombros, viendo una expresión de decepción en el rostro del pelinegro.
━ Izana dijo que podías quedarte. ━ Murmuró el chico.
━ ¿Izana? ━ Torcí el labio, viendo a Kakucho asentir con insistencia. ━ ¿Quién es él?
━ Es mi amigo, mi mejor amigo. También es el líder, él y yo tenemos nuestra pandilla o equipo, te puedes unir a nosotros, entonces seremos tres. ━ Él hablaba con una inocencia que incluso podía llegar a ser adorable.
━ No lo sé, los grandes deciden si me quedo o no. ━ Apenas pude terminar la oración cuando de pronto tres personas salieron de la oficina, entre ellos estaba la dueña del hogar, la mujer amable y mi tutor.
Ellos dijeron que habían ''buenas noticias'' y esa era que yo iba a quedarme en el hogar durante un tiempo no mayor al año puesto que buscarían concretamente un hogar de menores en situación de riesgo. Todo indicaba que podría quedarme los próximos meses junto a los ancianos, Kakucho y ese tal Izana.
━ Esta será tu habitación, es algo pequeña pero es individual. Los otros dos comparten una habitación juntos y es casi igual que la tuya, ¿Te gusta? ━ La mujer con trato amable mostró la sala en donde quedaría, dándome una especie de ''tour'' por la casa.
━ ¿Ellos llevan poco tiempo en este lugar?
━ Izana fue el primero en llegar, luego le siguió el pequeño Kakucho. Al principio no se llevaban nada de bien pero ahora parecen ser como hermanos, no se despegan el uno del otro.
━ Entiendo...
Extrañamente tuve la sensación de querer sonreír a gusto, ampliamente. La mujer me hizo salir, invitándome al amplio jardín en donde solían hacerse actividades con los adultos mayores. En esta oportunidad, ambos estaban jugando con un par de ramas y piedras, viendo quien arrojaba la piedra más lejos.
━ Izana, Kakucho, vengan a conocer a la nueva integrante de su pequeño grupo. Su nombre es _____ y tiene seis años, un poco menor que ustedes, recíbanla y háganla sentir acompañada, es una nueva amiga.
Durante la presentación Izana mantenía su mirada fija en la piedra que sostenía en su mano mientras que Kakucho me observaba desde atrás, acomodándose la bufanda que llevaba alrededor de su cuello. Era la misma bufanda que tenía el hombre de nieve hace unos minutos atrás.
━ Tú, ¿Puedes lanzar esta piedra más lejos que esa rama? ━ Izana extendió su piedra hacia mi, viendo de reojo a la mujer tomar su distancia para tal vez ''dejarnos a solas''.
━ ¿E-Eh?
━ ¿Eres sorda o qué? Te pregunté si puedes arrojar esta piedra más lejos que esa rama en el suelo. ━ Insistió ahora con más seriedad, Kakucho lo veía a él de reojo, un tanto curioso.
━ Lo puedo intentar, s-sí.
Tomé la piedra y con todas mis fuerzas traté de arrojarla lejos, no logrando llegar ni cerca de la mitad, cayendo incluso hacia adelante por el impulso que había tomado. Mi ropa y mi rostro se cubrieron de nieve y de fondo escuché una dulce carcajada resonar en mis oídos. Cuando alcé la vista pude ver aquella expresión brillante y hermosa que había simplemente observado, a un Izana reír con verdaderas ganas y pureza, siendo detenido por Kakucho quien pensaba que podía ser algo grosero; cuando jamás lo vi así.
━ Eres tonta, además de torpe. _______, ahora seremos amigos los tres.
...
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『Tokyo Revengers』 - 𝕋𝕪𝕡𝕖 𝕠𝕗 𝕓𝕠𝕪𝕗𝕣𝕚𝕖𝕟𝕕, 𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕖𝕤 & 𝕞𝕠𝕣𝕖.
FanfictionSer la novia de 𝙼𝚒𝚔𝚎𝚢 sería... Ser la novia de 𝙳𝚛𝚊𝚔𝚎𝚗 sería... Y mucho más.