You cɑme to stɑy || Aidɑn Gɑllɑgher

Capítulo 16

Narra _______

Entré a la ducha y suspiré mientras pensaba en Cameron y nuestra pelea de anoche. Hoy no estaba de humor para hablar con el, pero sabía que pronto haría estallar mi celular. Después de cambiarme, bajé a la cocina y me serví una taza de café.

—Buenos días, Clara.

—Buenos días, Señorita _______.

—¿Ya se han levantado Aidan y Sophie?

—Claro.— Aidan sonrió mientras ella y Sophie entraban a la cocina.

—Hola mami.

—Buenos días, cariño.—La levanté y le di un beso.

Los tres fuimos y nos sentamos en el comedor a desayunar.

—Aidan, la recaudación de fondos es mañana por la noche es de etiqueta. ¿Tienes un traje formal para ponerte?—Me miró mientras se mordía el labio inferior. Dios, era tan hermoso y sexi.

—No. Nada formal. Llamaré a Jenny más tarde y le preguntaré . Estoy segura de que tiene algo de su novio que pueda prestarme.—Metí la mano a mi cartera y saqué mi tarjeta de crédito.

—Toma esto y ve a comprarte un traje nuevo hoy.

—No, _______. No puedo.

—¿No puedes o no quieres?—Pregunté mientras ladeaba la cabeza.

—No dejaré que me compres un traje para la recaudación de fondos. Eso es ridículo. Puedo comprar mi propio traje. Gracias.

—Toma la tarjeta. Ahora.—Ordené

—No es tema de discusión. Además, creo que Sophie necesita ropa nueva—Ella le guiñó un ojo.

Sophie río.

—Quiero ir de compras contigo y mirar trajes bonitos para adultos, Aidan.

El miró a Sophie y luego a mí con los ojos entrecerrados. Cuando tomó la tarjeta de mi mano, nuestros dedos se tocaron ligeramente y sentí mi cuerpo temblar.

—Cómprate un traje, un reloj y un par de zapatos. Recuerda, cantaras frente a una gran multitud.

—¿Puedo ir, mami?—Sophie preguntó inocentemente.

—Lo siento, cariño, pero esto es solo para adultos. Francesca vendrá a jugar contigo mañana por la noche mientras no estemos.

—Bueno. Me gusta Francesca.—Ella sonrió.

—Pero no tanto como tú, Aidan. El se acercó y le tocó la mano.

—Aww, bebé. Te quiero.—Se inclinó y tocó la nariz de Sophie con la suya.

Escucharlo decirle esas palabras a mi hija fue agridulce. Aidan fue un regalo del cielo y estaba feliz de haberlo encontrado.

—Gracias, Sophie, por portarte mal en el restaurante.— Me dije para mí misma y luego me dirigí a la oficina.

(...)

Finalmente cerré el negocio y estaba extasiada. Para celebrarlo, Marco y yo fuimos al campo de golf.

—Cameron me dijo que la banda todavía estará allí en la recaudación de fondos, pero que no tocarán hasta después de que actúe Aidan.

—¿Qué?

—¿No lo sabías?

—No. El no me dijo eso. Pero últimamente no nos hemos llevado bien.

—¿Por qué no te has llevado bien? Además de que el es un idiota y todo eso.—Miré la sonrisa de satisfacción en su rostro y rodé mis ojos.