Capítulo 18

723 64 7
                                    

Narra Aidan

Sucedió muy rápido. Sus labios sobre los míos, deslizando su lengua dentro y yo dejándola. Le correspondí al principio, pero luego la aparté. Yo no quise. No quería que sus labios dejaran los míos, pero no estaba bien. Me miró mientras la conmoción recorría su rostro.

—Lo siento, Aidan. Yo no ...—Levanté la mano y me di la vuelta.

—No lo hagas. No te disculpes. Salimos y bebimos demasiado. Es el alcohol, _______, y lo entiendo. Eso nunca volverá a suceder. Lo siento.

—No tienes nada que lamentar. Yo soy la que la cagó.

—No la cagaste. Por favor, no pienses eso.—Dios, esto me estaba matando y mis ojos estaban comenzando a llorar.

—No quiero que las cosas se pongan incómodas entre nosotros por esto.

—No lo estarán. Ve a dormir, fingiremos que esto nunca sucedió. Lo prometo. No será incómodo.

—Buenas noches, Aidan. — Escuché la puerta cerrarse y me di la vuelta, llevando mis dedos a mis labios, que aún latían por su beso.

Me subí a la cama, casi temblando por la sensación que me abrumaba con el mero toque de sus labios. La quería, y si la hubiera dejado continuar, habríamos terminando haciéndolo alucinante. Sé que lo habríamos hecho. No quería detenerla, pero tenía que hacerlo. Ella tenía novio, quizás no un buen novio, pero todavía estaba con el y yo sería conocido como el chico con el que lo habían engañado. Además, ella era mi jefa y necesitaba este trabajo. ¿Y si dormíamos juntos y las cosas cambiaban?

Tenía miedo a las relaciones. Mientras crecía, mi mamá me dio ese miedo con todos los hombres diferentes con los que se acostó y quedar embarazada de cuatro tipos diferentes. No recuerdo que mi mamá tuviera novio. Dijo que las relaciones eran tóxicas para el alma porque cambiaban a las personas. Pensando en ello, mire lo que le hizo a _______ y cómo cambió sus puntos de vista. ¿Creí realmente alguna vez lo que dijo mi mamá? Creo que inconscientemente lo hice y por eso no saldría con nadie. Nunca había dependido de que nadie me cuidara. Yo cuidaba de mi vida y estaba bien con eso.

A la mañana siguiente, abrí los ojos y miré el reloj. Eran las ocho y cuarto. Salté de la cama, me puse un par de pantalón y una camiseta, y volé escaleras abajo para encontrar a Sophie.

—Clara, ¿dónde está Sophie?—Pregunté en pánico.

—Ella ha salido con la señorita _______. Bajaron a la panadería a comprar bagels recién hechos. ¿Estás bien, Aidan?— Me sirvió una taza de café. Me senté a la mesa y puse mi mano en mi frente.

—Si estoy bien. No quise dormir hasta tan tarde—La puerta principal se abrió y Sophie corrió a la cocina a abrazarme.

—Estás despierto.—Ella sonrió.

—Si. Lo siento, Soph. No quise dormir hasta tan tarde.

—Está bien, Aidan. Llegamos tarde anoche.—_______ me dio una pequeña sonrisa.

—Mami y yo caminamos por la calle y compramos bagels con queso crema.

—¿Te divertiste?—Pregunté mientras empujaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Si. ¿Quieres uno?

—Quizás más tarde.—_______ dejó el plato de bagels sobre la mesa.

—Todavía están calientes. Ahí es cuando son los mejores. Deberías comer uno ahora.

—Gracias.

Narra _______

Traté de fingir que no paso nada anoche. Como si nunca lo hubiera besado y que todo fuera un sueño. Pero la verdad es que lo besé y fue un beso que nunca olvidaré. Quería más de el. Necesitaba más de el. No podía negarlo más, lo deseaba. A medida que avanzaba el día, trabajé en mi estudio y no vi a Aidan el resto del día. Cuando subí las escaleras para tomar una ducha y prepararme para la recaudación de fondos, me detuve frente a su puerta y escuché su dulce voz angelical mientras cantaba una canción y tocaba la guitarra. Estaba nerviosa por mañana. Llevaríamos a Sophie a la casa de Gisselle en Vermont. Que Sophie estuviera en el coche facilitaría las cosas, pero el viaje de cinco horas a casa sola con Aidan sería incómodo.

Fui a la habitación de Sophie y entré.—¿Están todas tus cosas empacadas para ir con tu tía Gisselle?—Le pregunté mientras movía el pincel arriba y abajo del lienzo.

—Sí mami. ¿Mira? Ahí está mi maleta.—Señaló la esquina de la habitación.

Me senté en el borde de la cama y le pedí que se sentara en mi regazo. Hizo lo que le pedí y me miró con sus hermosos ojos color café.

—¿Estás segura de que quieres ir mañana? Porque si no, puedo decirle a la tía Gisselle que irás otro día.

—Está bien, mami. No puedo esperar para ver los caballos.—Su sonrisa era amplia.

—Está bien, pero si en algún momento quieres volver a casa, debes llamarme. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.—Envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y me dio un abrazo.

La puerta se abrió y jadeé cuando Aidan entró con su traje de noche.

—Oh lo siento. No sabía que estabas aquí.—Sophie saltó de mi regazo y corrió hacia el.

—Te ves tan hermosa, —dijo.

—Mami mira a Aidan.

—Lo estoy viendo princesa.—Sonreí.

Su traje negro su cabello poco largo castaño caía sobre sus hombros y sus ojos verdes. Dios podía perderme en ellos. Tragué saliva mientras me levantaba y ponía mi mano en mi bolsillo, tratando de controlarme.

—¿Bien?—El sonrió. —¿Qué piensas?

-—Es un traje muy hermoso y te ves muy guapo.

—Gracias. La mejor parte es que.—
Dijo con una amplia sonrisa,

—Estaba en liquidación.—Dejé escapar una ligera risa.

—Mejor voy a cambiarme. Marco estará aquí pronto para recogerte.—
Me dio una pequeña sonrisa cuando salí de la habitación.

🦋⃤🦋⃤🦋⃤🦋⃤🦋⃤🦋⃤

You cɑme to stɑy || Aidɑn GɑllɑgherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora