Monos, muchos monos

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MIZTLI

"Am, ¿puedo ayudarte?" sobre de su cabeza se encontraba lo que parecía un hombre, o al menos así sonaba, traía una vestimenta algo anticuada, por no decir extraña. La luz de dentro la deslumbraba, sumado a la posición en la que se encontraba que no ayudaba mucho a poder ver a detalle al individuo.

Se levantó lo más rápido que pudo, sentía la cara roja de la vergüenza y sin pensarlo comenzó a hablar "me perdí intentando volver al campamento con mis amigos y encontré este lugar y pensé qué tal vez podría pasar la noche aquí, está bien si no puedo, me iré de inmediato" habló tan rápido que ni ella misma estaba segura de que sus palabras tuvieran coherencia.

Estando de pie pudo observarlo mejor, media una cabeza más que ella, llevaba unas botas negras, pantalón abombado rojo con una tela tricolor amarrada a la cintura, lo que parecía una túnica de color amarillo, una pechera de cuero y una bufanda larga roja. Además de una ornamenta con dos plumas largas rojas. Su cabello parecía dorado y bastante abundante, tanto que hasta parecía tener en el rostro. Hablando de rostro, tenía una ligera coloración alrededor de los ojos y una nariz peculiar. En general su rostro le recordaba al de un mono, pero al mismo tiempo no llegaba a verse tan ¿animal?

El extraño sonrió divertido "¿Qué harías si te digo que no?" el tono no era serio, pero tampoco estaba segura de que fuera broma.

"Pues, usaría el plan c"

"¿Qué es?"

"Dormir... debajo de una de las estatuas que están en el camino de piedra" no sabía porque había dicho eso, sonaba tonto y muy triste, a veces se sorprendía de lo mucho que hablaba antes de pensar.

El extraño comenzó a reír, no sabía si de ella, de su idea o de la situación, pero igual quería que se la comiera la tierra 'hubiera sido mejor que el lugar estuviera abandonado' pensó nerviosa mirando el suelo para no tener que seguir haciendo contacto visual con la persona frente a ella.

La risa se detuvo con un suspiro de alivio "si no te molestan los monos, puedes quedarte" abrió la puerta, se hizo a un lado para dejarle entrar. No era la respuesta que Miztli esperaba, estaba segura de que el hombre la sacaría a patadas de su templo, pero la sonrisa que le mostraba era sincera, así que haciendo una ligera reverencia entro.

Su comentario sobre los monos también la había tomado por sorpresa, hasta que frente a ella pasaron corriendo un grupo de 10 que casi la tiran al tropezarse con ella; el extraño volvió a reír, Mao no le tomo importancia estaba más interesaba viendo a los animalitos jugar y notando que habían aun más de ellos por todo el edificio.

Guil había dicho que esto era un templo abandonado de monos, o tal vez "esperó no haber interrumpido nada" comentó ella mirando de nuevo a su anfitrión, volteo justo a tiempo para notar que él la estaba observando a detalle, cuando sus miradas se cruzaron el solo desvió la mirada simulando no haber hecho nada.

La curiosidad se instaló en su cabeza, pero tampoco era como que pudiera interrogar a un extraño que acaba de conocer por analizarla, ella también se fijaría demasiado a quien dejara entrar a su casa. Nunca se está lo suficientemente preparado.

"Estábamos viendo una serie, pero de todas maneras pensaba pararme por algo de comer" comentó mientras cerraba la puerta detrás de ella.

"¿Usted y los monos?" miro sorprendida a su alrededor, el templo por dentro se veía muy bien cuidado, no había nada roto y tenía bastantes muebles dentro pareciendo más una casa que un templo.

Él rio de nuevo antes de darle una palmada sobre su hombro "usted suena muy formal, puedes hablarme de tu o por mí nombre" puso sus manos tras su espalda, su expresión como si se acabara de dar cuenta de algo importante.

El templo en la montaña [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora