Capitulo 46 - Final - Parte 1

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Lentamente me volteo para que estemos frente a frente. Sus preciosos ojos se fijan en los míos y ese brillo tan especial que amo tanto como a él, me hace sonreír.

-          Hola — susurra suavemente con sus labios contra los míos. Me besa dulcemente y yo me derrito en sus brazos.

-          Hola... - Respondo en un suspiro - ¡Me engañaste! — lo respondo bromeando y golpeando su pecho.

-          Sip... Quería sorprenderte... ¡Y lo conseguí! — contesta orgulloso de sí mismo — Tu amas las sorpresas.

Debo reconocer que eso es verdad, aunque me haya hecho pasar un mal rato el día de hoy. Nos acercamos a la mesa que ha preparado para los dos y desliza mi silla para que pueda sentarme. Nunca olvida ser un caballero. Eso es una de las tantas cosas que amo de este precioso hombre.

Delante de mí, un generoso plato de Pansottis a la Genovesa. Obviamente mi plato preferido. A Norman no se le escapa un solo detalle.

-          Realmente quería hacer algo especial para ti esta noche. Ya no tenemos tanto tiempo como antes para estar juntos — suspira — Esto de que mi serie tenga tanto éxito me tiene corriendo de un lado al otro; y la clínica y el refugio te absorbe muchas horas del día, mas ahora que vivimos lejos — toma mi mano sobre la mesa y acaricia mis nudillos cariñosamente -. Mingus vive con nosotros... Así que pensé en esto. - dice señalando a su alrededor — Estar realmente solos... sin nadie mirando o molestos camareros interrumpiéndonos. ¿Te gusta?

-          ¡Me encanta! — asiento entusiasmada y sonriendo como una tonta.

-          Antes que la cena se enfríe, tengo algo para ti...

Veo como mete su mano en el bolsillo de su pantalón y saca una pequeña cajita negra. Mi corazón comienza a correr en mi pecho. Él la deja al lado de mi plato y me mira expectante. Realmente está ocurriendo esto. Siento las lagrimas de emoción agruparse detrás de mis ojos, amenazando con arruinar mi maquillaje.

He pensado mucho en el matrimonio últimamente. Siento que estamos listos para dar ese paso. Quizás no llevemos demasiado tiempo juntos, pero nuestra historia fue tan intensa desde el comienzo, que el tiempo dejo de tener significado. Estoy completamente enamorada y cada día estoy más segura que es el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida.

Quiero ver crecer a Mingus, quiero que tengamos nuestros propios hijos, quiero acompañar a Norman en su carrera que no para de crecer. Quiero reír y llorar a su lado y pelearle a la vida cada batalla que nos tenga preparada. Solo con él, de su mano hasta mi último suspiro.

Con su dedo índice golpea la cajita y arquea una ceja, sonriendo e invitándome a que la abra sin palabras. La tomo con dedos temblorosos y suspiro cuando comienzo a abrirla. Este es uno de los momentos más importantes de mi vida... el hombre que amo más que a mi vida me... ¿¿Regala un colgante??

Mi mandíbula cae abierta y espero que la decepción no se haya dibujado en todo mi rostro. La joya es preciosa... nuestras iniciales entrelazadas con un exquisito zafiro azul. Es un regalo muy dulce y delicado. Pero yo esperaba...

-          ¿No te gusta? — interroga Norman con el ceño fruncido.

-          ¡Oh! Si... no... - tartamudeo nerviosa - ¡Me encanta! ¡Muchas gracias! Es solo que... - respiro profundamente — No me he sentido bien hoy. ¿Puedo?... ¿El tocador? ¿Dónde está?

-          Por el pasillo... pasando la puerta de entrada — señala Norm sin dejar de fruncir el ceño - ¿Te acompaño?

-          ¡No! — grito mientras me levanto de la silla medio tambaleando, medio tropezando — No hace falta... - le sonrío para tranquilizarlo.

Casi corro por el pasillo. No quiero que vea mi llanto. ¡Soy tan idiota! No es como si estuviera rompiendo conmigo, ¿verdad? Solo es que yo estaba esperando un compromiso mayor para el que quizás él no está preparado todavía. Y si es eso... ¿Por qué la angustia de mi pecho no me deja respirar?

Cuando llego a la puerta del estudio, la abro y salgo. Sin pensarlo me subo al auto y arranco el motor. Cuando me empiezo a alejar, veo a Norman salir corriendo por la puerta totalmente confundido y sus pies se clavan en el suelo. No puede entender que estoy haciendo y no lo culpo... Yo tampoco lo hago.

Conduzco a casa violando todas y cada una de la leyes viales... ¡Ni siquiera me he puesto el cinturón de seguridad! Las lágrimas no cesan de correr por mis mejillas. Sé que estoy reaccionando de manera exagerada pero realmente no puedo controlarlo. No es su culpa que yo tenga expectativas de las que no está ni enterado.

Entro y doy un portazo que hace temblar los cuadros de la pared cercana. Sé que no va a tardar en llegar detrás de mí. Es obvio que su auto no estaba descompuesto, era una mentira para su sorpresa. ¡Ay, Dios! ¡Lo deje plantado con todo el trabajo que se tomó para darme una noche especial!

-          ¡Estúpida!... ¡Estúpida! — grito mientras golpeo fuertemente el piso con los pies - ¡Eres tannnn estúpida, Emma!

Sigo mi paseo idiota por toda la sala mientras me insulto con cada adjetivo peyorativo que se me ocurre. No sé que voy a hacer a partir de ahora. Norman no es tonto y no voy a poder engañarlo. Después de la escena que he montado, tendré que darle explicaciones.

Él está parado en el arco de divide nuestra sala del hall de entrada. Su hombro apoyado contra el marco. Sus tobillos cruzados y sus brazos sobre su pecho. Ni siquiera lo oí entrar. Me mira interrogante y siento que su mirada me quema. No parece enojado, más bien divertido con toda esta situación. 

-          ¡Bien! — grito y alzo mis brazos y los dejo caer en señal de exasperación - ¡Se que estoy actuando como una lunática, no necesitas decirlo! Pero es que yo... yo pensé — me remuevo nerviosa — Pensé que ibas a proponerme matrimonio... - susurro las últimas palabras.

Se separa del marco de puerta y se queda allí, con las manos en los bolsillos. Me mira fijamente por unos segundos. Parece que quiere hablar pero no lo dejo.

-          ¡No digas nada! — le digo y le muestro la palma de mi mano en señal de que detenga sus palabras — No es que esté obsesionada con el tema o algo así... solo lo he pensado. Y cuando... Cuando vi la cajita realmente me entusiasme... y luego no supe como...

Lentamente se aproxima a mí con una sonrisa en sus labios que no entiendo. Las palabras me abandonaron y no sé qué hacer. Solo lo miro como un pequeño conejito asustado a los faros de un automóvil. Me toma de la cintura y me aproxima a la pared más cercana. Su boca cubre la mía en un beso dulce e invasivo, al que me rindo de inmediato. Su cuerpo se alinea perfectamente con el mío, presionando mi espalda contra el yeso.

De repente siento algo frio y metálico deslizarse por mi dedo anular. Lo toco con el pulgar y siento que es un anillo. Me quedo paralizada.

-          Solo tenias que esperar a que terminara la cena, Em... - susurra sonriendo contra mis labios.  

Por Esos Ojos... (Those Eyes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora