Capitulo 18

869 59 7
                                    

El resto de la tarde transcurre tranquila. Tomamos la merienda como Mingus quería, con muchas Oreos que ha comprado Norman. He revisado a Eye y está totalmente recuperado. Ahora corre junto a Betty por la sala jugando con el ratón de peluche que ella tanto adora. Y aunque mi pequeña no ve, es capaz de ganarle la carrera.

Norman sonríe mucho y me toca cada vez que puede. Una mano en mi cintura, un pequeño roce en mis nudillos con la yema de sus dedos, una ayuda para colocar mi pelo que se escapa detrás de mi oreja. Es un sutil coqueteo que me pone la piel de gallina.

Ninguno de los dos ha dicho nada respecto al beso. Luego de las risas conjuntas cuando vimos que Mingus nos descubrió, solo hicimos como si nada hubiera pasado. Aunque las mariposas en mis estomago no me dan tregua.

La hora de la cena se acerca y los chicos quieren pizza. Mingus salta en el sillón enumerando por lo menos diez ingredientes extras que quiere que pidamos. Como la última vez que cenamos juntos, nos acomodamos en el sillón frente a la tele. Cuando la comida llega, Norman insiste en pagar y aunque trato de imponerme, debo reconocer que me encanta su lado caballero.

Hemos dejado que Mingus elija la película, así que nos tocará ver Transformers 4. No es mi género favorito, pero la voy a ver con los dos hombres que más quiero… así que me importa muy poco. Me he prometido no quedarme dormida en esta ocasión, pero los chicos no aguantaron.

Los observo dormir. Mingus con la cabeza en el regazo de su padre es la imagen más tierna que he visto en mucho tiempo. Ellos se aman tanto y de una forma incondicional. Ese amor que todas las personas deberíamos experimentar aunque sea una vez en la vida. Será que nunca fui muy cercana a mis padres y que hace bastante tiempo que no sé nada de mi familia, pero esta escena me emociona muchísimo.

Cuando la película termina, enciendo la lámpara y apago la televisión. Tengo sed, así que voy a la cocina por un vaso de agua. Veo sobre la encimera nuestras tres tazas sucias de la merienda y por un momento me encantaría que realmente fuésemos nosotros tres… que esta fuera nuestra familia. Juntos en las pequeñas cosas de todos los días.

Lo siento llegar aunque no lo veo. Cuando su mano se posa en mi cadera, el calor en mi cuerpo estalla. Pega su pecho a mi espalda y su boca se acerca peligrosamente a mi cuello. Cada centímetro de mi piel está alerta y su aliento debajo de mi oído me hace estremecer.

-          Emma… - susurra.

-          ¿Qué estamos haciendo, Norm? – murmuro con mi voz ronca.

-          Yo estoy intentando quererte… ¿Y tú que estás haciendo? – dice y deja pequeños besos allí donde mi cuello se une a mi hombro.

¡Dios Mio! Quiereme…Y yo solo quiero quererte a tí. Pero hay muchas cosas que no están claras y no podemos hacer como si nada pasara. No es justo para ninguno de los dos, ni para MIngus.

-          Espera… yo… quiero que hablemos… - logro articular en un suspiro.

Como si mi cuerpo le hubiera dado un descarga eléctrica, Norman se separa de mi y tomándome de los hombros me voltea hacia él. Por unos segundos interminables solo me mira a los ojos.

-          ¿Vamos a hablar de Cecilia? – Niego con la cabeza fervientemente – Entonces vas a decirme cual es la historia con el idiota ese…

-          ¿Qué idiota? – le pregunto y sonrío al verlo a la defensiva.

-          El idiota que estaba en tu casa y te lleva de paseo por ahí… El que te toma de la mano… - sus dientes están apretados.

Me resulta muy gracioso ver al hombre rudo y rebelde tan celoso. Y no puedo negar que me hace feliz producir ese efecto en él. Norman Reedus celoso por una don nadie… Increíble. Le señalo una silla en la isla de la cocina para que se siente y yo hago lo mismo.

-          Paul, el idiota para ti, es…

-          Tiene cara de estúpido, ¿Qué quieres que te diga? – dice y se encoge de hombros.

-          No es ni idiota ni estúpido… estuvo cinco años en mi puesto en la Clínica. Si él es estúpido, yo también lo soy…

-          Bah… - dice y me hace señas con la mano, desestimando lo que digo.

-          Norman… - lo reprendo.

-          Okey, okey… estoy celoso, ¿Está bien? – baja la vista, avergonzado – No se manejar bien esto que siento aquí… - se señala la boca del estomago – porque nunca lo había sentido antes…

-          Norman… - le digo y tomo su mano sobre la mesa – Conocí a Paul cuando tenía 18. Él era mi jefe, nos enamoramos. Estuvimos juntos 5 años… – Norman abre los ojos como platos, sorprendido – Se enamoró de otra, me engañó y me dejó. Se fue con ella a Beverly Hills, se casó al tiempo… y no volví a saber de él hasta ahora…

-          Y vino a recuperarte… - murmura.

-          No, quiere ser mi amigo porque volvió a New York y no tiene a nadie… Nada mas…

-          Vino a recuperarte… - repite, sin mirarme.

-          Mira, si su intención es esa… no lo va a conseguir. Yo no me siento de esa manera con él. Es mi amigo, como tu… - sonríe de costado y me mira incrédulo.

-          Bueno… como tu antes de… de que nosotros… ahí en la puerta… - tartamudeo nerviosa y me muevo inquieta en mi silla.

-          ¡Te entiendo, tranquila! – se ríe a carcajadas – Mira Emma, de verdad necesito aclararte lo de Cecilia…

-          Pero yo no quiero, ya te lo dije… Siento que lo haces presionado y no quiero saberlo… ¿Puedes entenderlo de una vez?

-          Es eso, ¿O tienes miedo de lo que te diga? – miro hacia mis manos que están en mi regazo - ¿O también estas celosa?- susurra.

Me quedo helada. ¡Por supuesto que estoy celosa, Idiota! No quiero decírselo ni tampoco mentirle. Nunca lo he hecho. Le he ocultado cosas, si… como lo que siento por él. Pero nunca le mentí en una pregunta directa. Lo miro a los ojos intensamente.

-          No respondas, no hace falta… - murmura sonriendo -. Pero tengo que pedirte algo. Si no quieres que te explique qué pasa con Cecilia, vas a tener que confiar en mí sin esas explicaciones.

Asiento en silencio. No sé porque deseo tanto confiar en él. Es casi una necesidad para mi… Quiero creer en lo que me diga y en lo que siento, más que en ninguna otra cosa.

-          Yo no estoy con Cecilia… Fuimos novios, pero hace tiempo que nos separamos. Hay ciertas cosas pasando que me impiden dejarla totalmente. Estoy tratando de solucionarlo todo.

Me acaricia la mano y mi cuerpo se estremece. Siempre lo hace con cada uno de sus roces.

-          Quizás me lleve unos meses, pero cuando lo haga… Voy a venir por ti. Para terminar lo que empezamos esta tarde en tu puerta – me dice con voz sexy y me guiña un ojo- Me gusta ser tu amigo… pero quiero más. Y por cómo reacciona tu cuerpo cuando te toco, se que tu también lo quieres...

No puedo hablar cuando su boca se acerca lentamente a la mía. Deja un suave beso en mis labios. Solo puedo asentir y sonreír tímidamente. Es todo lo que quiero…

  

Por Esos Ojos... (Those Eyes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora