Capitulo 4

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Estoy sentada frente al representante de Norman y me está hablando de contratos de confidencialidad y otros temas que no entiendo. ¿Acaso me transporté a 50 sombras de Grey? Yo solo quiero devolver los diez mil dólares al imbécil de Norman.

En el momento que se fue de mi casa y descubrí su “regalo” me comunique con el número de teléfono en su tarjeta. Y aquí estoy, tres días después prometiéndole a este hombre calvo y gordito que no voy a ir a los medios de comunicación. Me sorprende que haya conseguido todos mis datos para redactar tantos papeles que debo firmar. Parece que si le cuento algo a cualquiera sobre lo que paso esa noche puedo perder mi casa, mi auto y hasta a Betty.

Esto es tan estúpido. Yo solo quería ayudarlo y ahora solo me compliqué la vida. Espero que luego de firmar todo esto, Norman desaparezca de mi vida. No tengo más tiempo para perder con él.

Los días en el Animal Medical Center están tranquilos, las urgencias no son graves y ya ha llegado un nuevo fin de semana de descanso. Es sábado por la noche y saldré a cenar con Kaley y Summer. Nuestra famosa amiga terminó con la filmación de “The Weeding Ringer” que se estrenará el próximo año, y quiere festejar.

A las ocho nos encontramos en el Balthazar. Este restaurant me gusta  mucho porque aunque es una de los más caros en New York, no es pretencioso y no me siento tan fuera de lugar. Las chicas me obligaron a usar un vestido, aunque saben que los odio. Debo reconocer que no se me ve mal, es negro, corto y ajustado. Me lo prestó Kaley y creo que es de Gucci o Dolce & Gabbana, la verdad que no presté atención a la marca porque no me interesa. También me dio una chaqueta blanca para completar el vestuario. Me he maquillado un poco más de lo normal para acompañar mi vestido y me he recogido el pelo en un rodete despeinado.

La comida es deliciosa como siempre en este lugar. Kaley y Summer comen ensalada, pero yo no puedo resistirme a las pastas. Si salgo a comer, es para aprovechar… para comer una aburrida ensalada de hojas verdes, lo hago en casa.     

Después de una hora y media de divertida conversación, estamos listas para irnos. Voy al tocador mientras Kaley paga la cuenta. En una de las mesas cercanas a nosotros me parece ver a uno de los amigos de Norman que estaban la otra noche en el bar con él. Creo que es Aaron.

En el pasillo a los baños no hay nadie, lo que me da la esperanza de no  tener que esperar demasiado. De repente, una mano me sujeta por la muñeca. Me congelo y despacio me volteo. Norman. Norman Reedus frente a mí y en traje. Calor, Calor…

-          Hola, Emma… - me saluda con una media sonrisa en sus labios, sin soltar mi muñeca.

-          Hola, Norman… - murmuro.

-          Wow, ¡Esto sí que es un cambio a las pantuflas de Bob Esponja…! - me dice al tiempo que recorre mi cuerpo con la mirada, aun sin soltarme la muñeca.

-          Bueno, si… no creo que me dejaran entrar aquí con ellas… - suelto mi brazo de su agarre. Su mano sobre mi piel comienza a quemarme y me siento nerviosa - ¿Qué necesitas, Norman? Si piensa en emborracharte y pedirme que te lleve, siento desilusionarte pero hoy no tengo el auto y he bebido también. Así que debes hablar con Kaley… ella puede ayudarte, hoy es la conductora… Pero por favor, dale tu dirección con anticipación, para evitarte problemas… - trato de bromear y sonreír para ocultar las emociones que me produce este hombre.

-          No necesito transporte… - me sonríe también y su rostro está peligrosamente cerca del mío – Quiero pedirte perdón… el otro día en tu casa me pase de la raya…

-          Si, lo hiciste… te dije que no iba a decir nada y que no tenía nada que mostrar a los periodistas… y aun así me dejaste un montón de dinero…

Por Esos Ojos... (Those Eyes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora