Capitulo 7

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Y como es de esperarse cuando se toma una decisión que te da miedo, las cosas no suceden. Hace una semana que no se absolutamente nada de Norman. No lo he visto y no me ha enviado ni una margarita siquiera. Decididamente cansé al hombre y no quiere saber más nada de mí. Idiota, Idiota… ¡Si no fuera tan miedosa!

Para colmo de males, el primo de Summer está en la ciudad. Hemos tenido una cita espantosa hace un tiempo. El muchacho es simplemente un imbécil. Pero no cesa en sus intentos y cada vez que viene a visitar a la familia, quiere verme. He inventado todas las excusas que conozco y logré evitarlo en varias oportunidades. Mucho trabajo, virus estomacales, toda mentira es bienvenida. Pero esta vez, no logro convencer a nadie.

Summer me llama tres veces al día para insistirme que acepte, que me hará bien salir. Ella no sabe lo que pienso de su primo, no quise herir sus sentimientos diciéndole que mi cita con él fue la peor que tuve; y que en un momento desee ir al tocador y simplemente ahogarme con la cabeza metida en el inodoro. Por nada del mundo repito esa horrible experiencia.

Mi celular suena sobre la mesa del atelier. Sé que es ella y eso aumenta el mal humor que siento cuando me interrumpen cuando estoy en medio de una pintura. Respondo sin mirar la pantalla.

-          Summer, por decimonovena vez te lo digo… ¡No.Voy. a. Salir. Con. Tu. Primo! ¿Cuándo vas a entenderlo? No quiero cenar, almorzar, ir al cine ni tomar un café… ¡No quiero verlo! ¿Qué parte de mi negativa te cuesta entender? – le digo casi gritando.

-          Me alegra mucho saber que no vas a salir con el primo de Summer… seria un duro golpe para mí… - una voz masculina me responde al otro lado de la línea.

-          ¿Nor…man? – Susurro en voz tan baja que casi ni yo misma me escucho.

Es él. La desaparecida estrella Norman Reedus está llamándome. Mi corazón se salta varios latidos y me cuesta respirar. Me siento como una niña en la mañana de navidad recibiendo los regalos. La felicidad que siento de saber que él no se olvidó de mí tan rápidamente me da la fuerza necesaria para decidirme totalmente y aceptar de una vez esa cita que tenemos pendiente desde hace tanto.

-          Sip, el mismo… ¿Cómo estás, Emma?

-          Yo… Bien. ¿Cómo conseguiste mi número?

-          Lo tengo hace mucho, Em. No te olvides que la gente que trabaja para mí te investigó…

-          Nunca me habías llamado… - murmuro.

-          No… estaba esperando que lo hicieras tú. Pero ya ves, otra vez me rindo ante ti… - su voz es divertida y sé que esta sonriendo del otro lado.

-          …

-          ¿Emma? ¿Estás ahí? –pregunta confuso.

-          Si…pero no sé que responder a eso…

-          No respondas, no importa… ¿Estas ocupada? ¿Quieres saber porque te llamo?

-          Estaba pintando, pero no hay problema… Dime…

-          ¿Pintando? ¿Cómo cambiando el color de tu sala o una obra de arte?

-          Un cuadro…

-          ¡Wow, no sabía que pintabas! Yo también…

-          Si, sé que pintas y haces fotografías… Pero no deberías sorprenderte, tú no sabes nada de mí, Norman…

-          Si… por eso justamente estoy llamándote…

-          No entiendo…

-          Mira, Emma… Realmente me interesas como persona. Me intrigas y quiero conocerte. He insistido con una cena como nunca lo he hecho en mi vida y tú no estás dispuesta a aceptar – suspira.

-          Norman, yo…

-          No, espera… -me interrumpe - Entiendo que no quieras esa clase de relación conmigo y no voy a insistirte más. Ni siquiera vamos a hablar de eso. Me gustaría que seamos amigos. Yo puedo llamarte y tu a mí. Nos contamos cosas, nos conocemos…yo puedo contarte eso que no sale en ninguna revista y tu puedes decirme que pintas, en donde trabajas y todo lo que quieras que sepa… No me digas que no quieres ser mi amiga sin darme una oportunidad. Tal vez mas adelante podemos salir a cenar o al cine, pero como los amigos que vamos a ser. Así no te sientes incomoda conmigo… ¿Quieres?

-          Yo… no sé… - tartamudeo.

-          Por favor, Emma… Soy sincero contigo, solo quiero tu amistad. Si descubres que soy un idiota y no te intereso ni como amigo, lo dejamos y no vuelvo a molestarte. Lo prometo… -su voz se va apagando en las últimas palabras.

-          Okey, seamos amigos… - susurro - ¡Oh, Dios! ¡Soy amiga de Norman Reedus! – Bromeo fingiendo un grito histérico de adolescente.    

-          Bueno, tal vez hay partes de tu personalidad que no quiero conocer… - Ríe al otro lado del teléfono y me contagia.

Y así, la ilusión de la cena con Norman se me escabulle como arena entre los dedos. Tardé demasiado en decidirme y la oportunidad paso de largo. ¡Bienvenido amigo, Dixon! Solo eso me queda…   

Por Esos Ojos... (Those Eyes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora