YutaUna semana había pasado desde que Hyeri salió de la cirugía. Una maldita semana en la que no había despertado, conectada a máquinas y en revisión todos los días.
Su amiga había llegado hace unos días y ahora mismo estaba llorando y rezando para que ella despertara. El doctor había dicho que debíamos tener paciencia ya que la cirugía había salido bien y gracias a Dios no había lastimado un órgano importante.
—¿Quien era ese tipo? —pregunté haciendo que la pelirrosa me mirara unos instantes y quitara las lágrimas de su rostro— ¿porque la lastimó de esa manera?
—Es un enfermo mental que Hyeri tenía como novio. —veía su desesperación en el rostro— lo conoció en la Universidad y por mi culpa, le dejó todas esas cicatrices y traumas.
—¿Porque por tu culpa? No la veo molesta contigo. —negó repetidamente— al contrario siempre habla maravillas de ti
—Cuando yo me fui a Nueva York, estábamos en tercer año de universidad, empezó a andar con él y comenzó su infierno. —escuché perfectamente como si voz se cortó y como comenzaba a sollozar— cada noche me llamaba llorando, diciendo que ese maldito la había abofetado o golpeado o simplemente humillado. Decidió dejarlo y demandarlo pero cuando lo hizo las cosas se pusieron peores. —dio un suspiro largo y y siguió— No supe como estuvo la situación, solo sé que cuando me llamaron, me dijeron que ella estaba en el hospital y con quemaduras de segundo grado, costillas rotas, golpes en el rostro. —sorbió su nariz— hicimos otra demanda, pero el maldito de Kim compró a los jueces y ella tuvo que huir a Shanghai y luego a Nueva York, hasta que la encontró aquí
—¿Cómo se llama el desgraciado? —por un momento jure que sus ojos cambiaron, estaban llenos de coraje—
—Kim Taehyung. —pronunció finalmente— un maldito cobarde que sólo busca su beneficio propio y que es un golpeador y abusador
—¿Y los padres de Hyeri? ¿No dijeron nada en cuanto ella se fue a Shanghai?? ¿O siquiera cuando estaba golpeada? —de nuevo silencio— oye te estoy hablando
—Hyeri es huérfana, creció en un orfanato y años después yo la conocí. Cuando fuimos mayores de edad, le ayude a tener mi apellido y que así fuéramos como hermanas. —mostró su identificación, Song Yuqi— sólo quiero que despierte y que ya supere lo que pasó aquí, deberá entrar a terapia de nuevo solo así podrá olvidar.
Apreté mi puños del coraje y juraba que si veía al maldito de Kim o es así como se hacía llamar lo mataría. Lastimó a Hyeri, df la peor manera, física y mentalmente.
Dejo sus traumas grabados en ella, cada golpe, cada cicatriz para nosotros son sólo marcas, pero para ella son recuerdos que la hacen vivir en un infierno todos los días. Ahí me remordió la conciencia, de cómo la había tratado en estas tres semanas. Me arrepentía de lo que le hice aquella noche y por haberla dejado sola sin supervisar.Ahora, si yo me sentía así, ¿Como puede ese desgraciado caminar por las calles con toda la tranquilidad del mundo? Oh no, haría que sufriera y no importaba como.
—Yuta. —salí de mis pensamientos en cuanto me llamaron y logré visualizar a Sungchan con una canasta con comida en las manos— traje algo para que almorzaran, esto es de mi parte y esto de Yoonoh
—Gracias Sungchan. —tome una canasta y Yuqi otra— ¿sabes algo del maldito?
—Por lo que sé, está en juicio. Pero se necesitan testigos, más de los que ya hay. —seguramente había comprado a los jueces este pedazo de mierda— Yoonoh y la señora Kang ya testificaron, pero dicen que también faltan pruebas
—Como no van a hacer falta si ni siquiera han venido a tomarle foto de sus heridas. —reí con burla— Yuqi, ¿tienes algo que Hyeri te haya dado o que simplemente pueda ayudar con el caso?
—No yo no, pero se que ella llevaba varias cosas en su equipaje cuándo llegó a Nueva York. —chasqueo la lengua— las evidencias que había dado a la policía, sacó copia de cada una de ellas, pero~ creo que debemos esperar hasta que despierte y que nos diga dónde están, porque ella desmepaco sola
—Bien entonces, debemos esperar. Sungchan, ¿cuántos juicios faltan para que el maldito pueda quedar libre? —sólo esperaba que varios—
—Yuta, el juez es amigo de él. Dudo mucho que sean muchos juicios. —maldito bastado de mierda— sin pruebas quedará libre y lo más probable es que venga por ella
—Bien, creo que debemos llamar a alguien y que busque todo. —saque mi teléfono y marque el numero que tanto estaba buscando—
Primero uno, luego dos y al final sonaron los tres tonos y una voz adormilada contestó del otro lado.
—¿Hola? —sonreí en cuanto contestó— ¿jefe?
—Soyeon, necesito un favor. —mirándolos a ambos—
La chica inmediatamente aceptó ya que no le había dicho de la situación de Hyeri y parecía que en tan sólo dos semanas ya eran amigas del alma.
—¿Sabes cuál es la contraseña de su apartamento? —Yuqi asintió junto de mi— bien. Soyeon
—Me estoy vistiendo, no sea impaciente. ¿Cómo está Hyeri? —suspiré debido a su lentitud— voy en camino, le llamo cuando llegue
Colgó la llamada y yo simplemente suspiré debido a que el tiempo corría y no estábamos suficientemente preparados.
—¿Y bien? —preguntó Sungchan a mí lado— ¿Que te dijo?
—Está en camino al apartamento de Hyeri, en cuanto llegue me va a llamar para que le diga la contraseña. —pase una mano por mi cabello— ¿sabes en que prisión esta Kim?
El chico frente a mi asintió y luego yo también. Iré a darle una pequeña visita a ver si aun tengo el don de dar escarmientos.
—Iremos a darle una visita al idiotita. —mire a Yuqi— le mandaré un mensaje a Soyeon para que te marque a ti. No dudes en contestar para que le digas la contraseña
—Esta bien. —asintió— mucho cuidado Yuta. Kim es demasiado inteligente
—Lo tendré, avisame en cuanto Hyeri despierte. —hizo un sonido de afirmación— Vamos Sungchan
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Working with the devil [Nakamoto Yuta]
Fiksi PenggemarTrabajar para la mejor revista de moda de la ciudad es algo maravilloso, hasta que te das cuenta te conviertes en la esclava personal del mismísimo diablo. Subir, bajar, correr de una lado a otro e incluso trabajar en un puesto que...