HyeriMi cabeza comenzó a doler cual resaca al siguiente día. Apreté los ojos con fuerza y comencé a abrir mis ojos lentamente encontrándome en una habitación, con mi maleta a un lado de la cama.
Frote mi frente recordando todo lo que había sucedido en el vuelo, todos me habían visto, incluyéndome a Nakamoto quien sepa Dios donde estaba en este momento.
La luz me lastimaba, sentía un dolor parecido a la migraña y ya no lo soportaba. Me levanté a cerrar las cortinas, sintiendo un mareo en el intento haciendo que me sujetara del mueble a mi lado y parapadeara con lentitud tratando de recuperar la compostura.Mi cabeza daba vueltas ni siquiera podía mantenerme en pie. Me había dado un ataque más fuerte que los otros, comenzaban a empeorar y eso no era nada bueno. Enloqueceria si seguía así, no podría soportarlo.
Mis brazos ardían al igual que mi cuello, caminé con precaución al espejo y vi los rasguños que yo misma había provocado cuando mi ansiedad había comenzado.Dolían, pero no tanto como la herida que tenía hace unos años la cual dejo una cicatriz bastante grande. Revisé mis manos y una ves más el espejo. Me sorprendí al ver a Nakamoto en el umbral de la habitación con una maletita blanca en manos. Se veía, como decirlo, ¿Distinto? Su cabello alborotado, pantalones grises deportivos y una playera blanca holgada. No era lo que yo conocía en la oficina.
—Veo que ya despertó. —camino hacia mi haciendo que yo diera pasos hacia atrás— levante su manga necesito curarla
—P-Puedo hacerlo sola. —trate de tomar la maletita pero el se quitó levantando una ceja, por favor que no empiece con sus preguntas estúpidas— por favor
—Sientese y obedezca. —señalo la cama, no quería, no quiero— señorita Song
Demandó con voz más ronca haciendo que sintiera un escalofrío en mi espalda, daba miedo, debo admitirlo.
Obedecí, pero no me sentía segura. Se acercó de nuevo a mi, sacando algodones, alcohol y desinfectante de heridas. Colocó un poco en varios pedazos y cuando iba a tocarme yo simplemente me alejé. Suspiro molesto, solo eso podía hacer. Comenzaba a molestarlo con mi comportamiento pero no podia evitarlo.—P-Puedo hacerlo sola. —me miró unos segundos y asintió dándome el pedazo con desinfectante— g-gracias
—¿Lleva algún tipo de tratamiento para la depresión? —me quedé helada ante su pregunta, pero luego recordé que el vio todo— le hice una pregunta, Song.
—N-No. —que respuesta más estúpida acabo de dar—
—¿Esta en medicación por alguna situación? —sus preguntas comenzaban a desesperarme, el lo había visto todo, por qué mierda preguntaba—
Asentí levemente y me queje en cuanto me coloque el desinfectante en la herida. Era soportable pero ardía solo un poco.
Nakamoto no dijo otra palabra, solo comenzó a guardar todo y antes de siquiera salir me miró una última vez, suspiró y dijo.—Esta noche es el desfile de moda con "Jung's Style", si está en medicación no tome alcohol. Pasaré por usted a las siete. —dio otro largo suspiro— le pediré a la recepción que le traigan el desayuno, coma todo, no quiero que se desmaye en pleno evento
Y salió de la habitación. Algo sabía, por eso hizo preguntas capciosas, aturdiendome y déjandome aún más confundida de lo que ya estaba.
La puerta fue tocada un par de veces, suspiré y caminé con calma hasta lograr abrirla y encontrar un carrito con comida de lo más espectacular. Huevos, tocino, pan, jugo de naranja. Me encantó y cabe decir que no dudé en comérmelo.
Ahora solo quedaba esperar que diera la hora para el desfile y que mi fiel amiga me ayudara a escoger el maquillaje para ello, después de todo ella era una experta y no dudaré en decirlo.
—Muy bien, debe ser algo natural. Trata de que los colores combinen con el vestido negro que te compré. —saco su paleta de maquillaje, una de las tantas que tenía— ocupa un tono vainilla, tu delineador y por último resalta tus pestañas con el rimel
—¿No crees que es demasiado?. —ella colocó sus ojos en blanco— bien bien, me lo pondré, pero sigo pensando que es exagerado
—Por cierto, ¿Porque tienes rasguños en el cuello? —odiaba que fuera demasiado atenta con las cosas a su alrededor— ¿Tuviste otro ataque? —no dije nada y luego suspiró profundamente— ¿Él lo vio? —de nuevo me quedé callada— bien, si pregunta deberás darle una explicación. Te ayudó, no es mala persona, trata de confiar
—N-No puedo. —conteste en un susurro sintiendo aquel nudo en mi garganta— tengo miedo, no quiero equivocarme de nuevo.
—Escucha, escogiste mal a ese hijo de puta y por estupidez de parte del juez de mierda, no fue enviado a prisión. Si, tuviste que huir a Shanghai por ello. —de tan solo pensarlo, sentí escalofríos— pero debes tratar de superarlo, pasó hace cinco años, debes tranquilizarte y pensar que hay personas buenas en el mundo
—Pero cuántas, ¿Una en un millón? —Yuqi suspiró rendida— lo siento mucho, pero es un trauma que nunca me va a dejar hacer una vida normal ni mucho menos tener una familia
—Lo sé. —me miró unos segundos y claramente observé como sus ojos se cristalizaban— sino te hubiera dejado y viajado a Nueva York, nada de eso habría sucedido. ¡Lo lamento tanto Hyeri!
—Oye, oye. No es tu culpa, tenías que hacer tu vida y estábamos en la universidad en esa fecha, tenías que aprovechar la oportunidad. —asintio secando sus lágrimas— ya tranquilizarte, me daré una ducha, te pondré en llamada normal y altavoz, para que sigamos con nuestra conversación
Escuché perfectamente como sorbió su nariz y río un poco. La quería demasiado y no quería que se sintiera culpable por una mala desición que yo había cometido.
—El extracto de coco que compré, deja la piel suave. Compraré uno para ti cuando regrese. —ella carcajeo—
—Ni de chiste, mi piel debe estar hermosa para las sesiones de fotos. —su burla se notaba en el tono de su voz— es broma, no negaré tu amable obsequio el cual ocuparé en una sola ducha
—Bien. —un sonido de afirmación se escuchó del otro lado— gracias por todo Yuqi
—A ti, por ser mi amiga Song Hyeri.
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Working with the devil [Nakamoto Yuta]
Hayran KurguTrabajar para la mejor revista de moda de la ciudad es algo maravilloso, hasta que te das cuenta te conviertes en la esclava personal del mismísimo diablo. Subir, bajar, correr de una lado a otro e incluso trabajar en un puesto que...