Capítulo 3

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—Yuri, nos alegra que estés bien— dijo su madre al ver que estaba una enfermera aún adentro.

—No te preocupes, pronto te darán de alta y volveremos a casa— dijo su padre.

Yuri mantuvo la cabeza agachada, estaba buscando la fuerza para hablar.

—No voy a volver a casa— dijo en voz baja.

—¿Qué dijiste?— pregunto su madre.

—Que no volveré a casa— grito enojado.

—¿Podrías irte? Queremos un poco de privacidad— dijo el hombre hacia la enfermera. Ella obedeció en silencio.

—¿No volverás? ¿Pretendes vivir bajo un puente? Nos necesitas— dijo su madre.

—Prefiero dormir bajo un puente que volver con ustedes... Ya no lo soporto— dijo enojado.

—Eres un mal agradecido— le grito su padre tratando de golpearlo.

En ese momento entró Otabek de golpe al escuchar todos los gritos, se movió rápido impidiendo que golpeara a Yuri.

—Ponle un dedo encima otra vez y juro que voy a hacer que te arrepientas el resto de tu vida— dijo amenazante apretándole el brazo.

Lo soltó dándole un empujón haciendo que retrocediera. En ese momento entró Yuuri, solo se acercó a Yuri para tomarle la mano.

—Puede que Yuri no haya querido presentar cargos, pero yo no estoy seguro de querer dejarlos ir— dijo Otabek.

—Será mejor que se vayan y no lo vuelvan a buscar si no quieren conocer de lo que soy capaz— advirtió poniéndose delante de ellos.

La pareja se miró al mismo tiempo y salieron del lugar, Yuri no quería mirar a nadie y simplemente se quedó quieto, el par decidió dejarlo a solas.

Casi al final del día, los doctores tuvieron que darle el alta médica y fue el momento en que tuvieron que hablar con él.

—Yuri... Estoy muy orgulloso de ti, por fin decidiste por tu bien— dijo Yuuri tomando su mano.

—Aún siento que puedo vomitar— dijo tragando saliva.

—Es momento en que tienes que salir del hospital, puedo llevarte a mi casa y después decides a donde ir— dijo Otabek.

Yuri asintió en silencio y entonces se pusieron en marcha. El camino era silencioso, los omegas estaban en el asiento de atrás mientras que Otabek conducía. Yuri miraba a través de la ventana, se sentía tan tranquilo por primera vez en su vida y todo gracias a seguir los consejo de Yuuri y Otabek.

Ya no tenía nada que perder...

—Me casaré contigo— dijo de repente sorprendiendo a Yuuri.

—¿Estas seguro? Puedes pensarlo mucho mejor— dijo Otabek mirándolo por el retrovisor.

—Lo haré... Es lo único que puedo hacer para agradecerle, director— respondió tranquilamente.

Otabek asintió con la cabeza y continuo manejando. Llegaron al edificio y subieron por el elevador en silencio hasta que entraron al departamento de Otabek.

—Puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en el sofá— dijo Otabek.

—No puedo dejar que duerma en el sofá...— trato de hablar, pero Otabek no lo dejo.

—Acabas de salir del hospital, necesitas descansar bien así que no quiero que discutas— dijo el alfa.

Yuri asintió en silencio y entro a la habitación para prepararse para dormir.

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