Capítulo 5

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Otabek y Yuuri tocaron el timbre de la puerta un par de veces hasta que el padre de Yuri abrio. Quiso cerrar la puerta de inmediato, pero entre los dos pudieron evitar que lo hiciera, la abrieron de golpe y entraron al lugar.

—Están irrumpiendo en mi casa, esto es un delito y llamare a la policía— les grito retrocediendo.

—¿En serio no tienes vergüenza?— grito Yuuri enojado.

—Tranquilízate, recuerda que solo venimos a hablar— interrumpió Otabek.

—¿De qué quieren hablar?— pregunto el hombre algo desconfiado.

—Nada relevante, solo venimos por las cosas de Yuri ya que no pudo recoger nada de aquí cuando se mudo conmigo— respondió el alfa.

—No se llevaran nada, yo gaste dinero en ese mal agradecido así que me pertenecen— dijo molesto.

—Sinvergüenza, todo lo que hay en esa habitación Yuri lo ha comprado con su sueldo— grito el omega.

—Entonces lo pagare, pagare lo que sea que quieras y también lo que me pidas para mantener tu asquerosa presencia lejos de Yuri para siempre— dijo Otabek.

—¿En serio pagaras?—pregunto incrédulo.

—Lo haré... El dinero que desees para mi no es problema dártelo— dijo el alfa con simpleza.

—¿Por qué te tomas la molestia por alguien como Yuri?— volvió a preguntar curioso.

—Porque lo amo... Y pronto será mi esposo— respondió tranquilamente.

El hombre lo miro sorprendido, no sabia como reaccionar hasta que pudo asimilar esas palabras. Soltó una carcajada teniendo una idea en mente.

—No debiste mencionar eso... ¿En serio crees que desaparece ahora que sé que puedo sacarle más dinero?— dijo divertido cruzando los brazos.

—¿Entonces no aceptaras el trato?— pregunto Otabek manteniendo la compostura.

—Por supuesto que no... Sabía que haber criado a ese niño me traería algo bueno— respondió tranquilamente. Otabek asintió con la cabeza, metió sus manos a sus bolsillos y soltó un gran suspiro.

—De acuerdo, te di una opción, pero tú no la tomaste— dijo tranquilamente cambiando su semblante de repente a una cara llena de furia.

De repente lo sujeto del cuello de la camisa y lo estrelló contra la pared bruscamente. Yuuri se puso alerta por si debía intervenir.

—Te ofrecí un buen pago para que vivas bien lo que queda de tu patética vida... Pero tú no aceptaste— grito haciendo presión contra su cuello con ayuda de su antebrazo.

—No voy a permitir que una escoria como tú se aproveche de mi o de mi esposo así que te daré la última oportunidad— dijo sin dejar de mirarlo a la cara.

—Acepta mi trato y te largas o a partir de hoy me encargaré personalmente que cada día que pase se destruya parte por parte tu miserable alma y lo único que suplicaras es que alguien te mate para sacarte de tu sufrimiento porque ni siquiera tendrías las agallas para hacerlo tú mismo— amenazó expulsando feromonas tan pesadas que Yuuri retrocedió por inercia.

El hombre tembló por completo y asintió con la cabeza en repetidas ocasiones, Otabek entonces lo soltó y este cayó al suelo.

—Anda Yuuri, suban por todo lo que haya en la habitación— dijo dándole ordenes a las personas que iban con ellos.

Fue cuestión de unos minutos para que todo estuviera listo, entonces Otabek saco de su bolsillo una chequera y escribió en uno de los cheques una buena cantidad con bastantes ceros. Lo arrojo al suelo y luego se fueron en dirección a su casa.

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