capitulo 12

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TERENTIA


Syla avanzo unos metros cuando sintió que caía, al volver a sentirse en tierra firme abrió los ojos encontrándose en el bosque de su casa. Junto a ella la vieja Achlys observaba el bosque frente a ellas.

—Has llegado lejos pequeña, tu destino está cerca.

—Me da miedo lo que pueda pasar.

—Todos tenemos miedo, es lo importante de ser valiente, si no tenemos miedo no tenemos valentía.

— ¿Y si todo sale mal? Siento que el destino de nuestro mundo depende de nosotros y eso me presiona.

—Tienes más fuerza de la que crees. Tienes que confiar en ti misma.

— ¿Y si fallo? ¿Qué pasa?

—Todo tiene solución.

Ambas se sentaron en unas rocas que sobresalían del suelo.

—Supongo que has leído los libros.

—Sí, con Urian.

—Entiendes lo que tienes que hacer ¿verdad?

—Es una locura pero sí.

—Debes entender que los sacrificios que se hacen por el bien son recompensados. No te preocupes, por algo estamos cada quien en el mundo, pero depende de nosotros saberlo.

— ¿Crees que podemos ganar? La oscuridad cada vez está más cerca, lo puedo sentir y es demasiado poderosa.

—Si tú crees tener la fuerza suficiente, podrás vencer. Mañana cuando llegues a Terentia encontraras muchas cosas. También a Sibley, ella te ayudara, los ayudara a todos.

—Eso espero.

—Bueno pequeña, nos vemos pronto cariño.

—Adiós.

Achlys desapareció junto al bosque, junto a su hogar.

Syla sonrió. Sonrió porque por primera vez en días se sintió segura de si misma, segura de todo.

Se levantó del suelo y con pasos firmes camino por el sendero.

Tal vez lo que le esperara al final del camino sea bueno.

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Lo de Athan fue diferente, no fue una ilusión, fue la realidad. Cloe.

Cloe estaba frente a él.

—Hola bonito—la sonrisa perversa de ella lo hizo retroceder unos pasos.

«No»se dijo «yo no le tengo miedo»

Avanzo dos pasos hacia ella.

—Hola, Cloe—por más que su vos tembló, no se echó para atrás, ya no huiría—¿Qué te trae por aquí?

—Siempre eh sido tu sombra pequeño—dijo ella muy cerca de él, casi rozándolo—Siempre he estado tan cerca de ti.

Aunque la cercanía de ella lo paralizaba, se negó a correr.

—Supongo que eras tú la mosca que siempre me molestaba.

Ella se acercó aún más y le acaricio el brazo.

—Has cambiado, ya no clamas piedad—ella sonrió—Me impresiona, me agrada—sus labios rozaron los de él.

Athan frunció el ceño y la empujó con fuerza siseando.

—Aléjate Cloe, dime que quiere y vete, no tengo tiempo para ti.

—Um, está bien, mira, digamos que yo tengo algo que te pertenece.

—Espero que sea importante.

— ¿Qué pasa cariño, no soy merecedora de tu presencia?

Él sabía que ella estaba jugando, pero le importo en lo más mínimo.

—La verdad que no, te mereces estar en el infierno.

Ella rió—Está bien, mejor vamos al punto. Tengo la esencia de tu brujo, el que mate, lo recuerdas.

La piel de Athan se erizo. La esencia de Acallé, su antiguo Dawnwarlock, había sido poderosa.

Sabia que los vampiros podían contener las esencia de sus víctimas, pero no creyó que ella tendría la de Acalle.

Él la miro seriamente—No se juega con eso, ¿lo sabes verdad?

—No estoy jugando cariño.

Una luz brillo en su pecho, del lado del corazón formando un circulo de luz, esta luz avanzo hacia Athan y se fundió con él.

—Era solo eso cariño, te lo debía. Nos vemos bonito.

En un suspiro ella desapareció, dejando a un Athan confundido y con excesivas fuentes de energía recorriendo su cuerpo.

Los cinco se reencontraron al final de cada sendero.

Todos se veían diferentes, renovados, rejuvenecidos y más sabios.

Cada uno marcados por lo que sabían y por lo que pronto entenderían.

—Eso fue extraño—la voz de Muriel rompió el silencio en el que estaban sumidos.

—Completamente—hablo Urian—Debemos volver al campamento.

Todos estuvieron de acuerdo y caminaron hacia el campamento donde slogan los esperaba.

Todo comían en un silencio bastante incomodo, el cual Muriel decidió romper.

—Soy hechicera.

Athan se atoro con la comida empezando a toser.—Explícate—dijo con la voz sin aire.

Ante los ojos de los demás ella contó sobre su padre y su secreto.

— ¿Quieres decir qué tienes magia bloqueada dentro de ti?—pregunto una Syla un tanto aturdida.

—Algo así, pero no sé cómo sacarla.

—Sibley te ayudara—anuncio un, antes, muy callado Athan.

—Tu pareces distinto—advirtió Syla mirando al vampiro.

—Podría decirse que tengo más magia de la que debería—un velo sombrío cruzo por los ojos de Athan—vayan a descansar mañana será un día largo.

Todos obedecieron y cada uno se dirigió a su carpa.

.............

Luego de una hora de viaje ante ellos se encontraba la gran fortaleza, el único lugar donde se podía estar a salvo.

—Lhicos—hablo slogan—Les bienvenidos a....

—Terentia—el vampiro lo interrumpió.

—si, eso.

Los seis viajaron entraron por la enorme entrada, la cual solo dejaba entrar a los corazones puros y limpios, dentro de la ciudad, los habitante los observaban asombrados. Más adelante, en las escalinatas de un gigante edificio, los esperaba Sibley, la reina, la protectora, la profetiza. 

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