Capitulo 14

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SANTUARIO

Sibley condujo a los 3 jóvenes consientes, los cuales llevaban a costas a los 2 inconscientes, por un oscuro túnel por debajo del suelo, el pasadizo era mohoso y desprendía un olor a humedad, tierra mojada y putrefactas raíces, agregando una oscuridad que se cortaba con la iluminación de la pequeña lámpara que llevaba la reina en sus manos.

Al final del oscuro túnel se divisaba una puerta de hierro avejentada por los años y maltratada por los constantes cambios del lugar.

« Aperire ostium»-susurro Sibley con una palma extendida hacia la cerradura de la puerta.

Al abrirse la puerta dejo al descubierto una entrada que no coincidía con el sombrío corredor. Un pasadizo se extendía delante de ellos flanqueados por hileras de columnas a ambos lados, el piso relucía como la plata liquida y las columnas como oro puro.

Delante de ellos un atrio con tres tronos dorados forrados de una tela roja que contrastaba con el oro y la plata. Estatuas de diamante puro, las lámparas que alumbraban el lugar chispeaban llamas violetas de un fuego que nunca se apagaba.

Tan solo era difícil describir el lugar ante el que se encontraban, todo era perfectamente hermoso. Una magia tranquilizadora se desplazaba por el lugar, antigua como la misma tierra, antigua y noble como los caballeros que dieron su vida por protegerla.

Tres ancianos entraron, sus barbas, blancas y largas, y sus capas blancas daban fe de lo sabios y poderosos que eran.

—Bienvenidos sean al Santuario de Raissa—la reina hizo una reverencia— ¿A que debemos su visita su majestad?

—Arsen—fue lo único que salió en un susurro por la boca de la reina.

El rostro de cada uno de los ancianos cambio a una de horror.

—Tráiganlos.

Los ancianos guiaron al grupo hacia una habitación, pero no los dejaron entrar, solo tomaron en sus brazos a Urian y Syla, entraron y serraron la puerta dejando a los demás fuera.

Athan saliendo de su aturdimiento decidió romper el aterrante silencio.

—Sib, ¿Qué está pasando?

Ella miro a los tres jóvenes que tenía delante, les indico que la siguieran y los llevo a una sala donde podrían sentarse. Luego de sentarse abrió la boca para contarles.

—Arsen los enveneno con su magia, lo sé, es algo improbable e ilógico que lo haga desde lejos, pero así fue, es su poder.

—¿Cómo sabe esto usted?—pregunto un Owen desconcertado.

—Yo sé mucho, hijo, pero hay cosas que ustedes no deberían ni necesitan saber.

Ella se levantó para caminar por un pasillo y desaparecer.

Luego de horas de incertidumbre, sin saber absolutamente nada, los tres ancianos salieron de la habitación con dos jóvenes pálidos caminando atrás de ellos.

Al levantar la vista Syla vio a los tres jóvenes que estaban enfrente, pero en especial a Owen, el cual se sorprendió al sentir el profundo y desesperado abrazo de Syla y luego sus descontrolados sollozos.

—Tranquila, todo está bien—fue lo único cuerdo que el joven pudo pronunciar por el aturdimiento.

Urian fue invitado por Muriel a sentarse mientras la reina, que había regresado, le entregaba una infusión de extraña procedencia.

La voz fuerte y retumbante de uno de los ancianos alarmo al grupo que instintivamente levantaron la cabeza.

—Es ahora cuando debemos estar más atento, las fuerzas oscuras se filtran por las rendijas de nuestras murallas, ahora más que nunca debemos reunirnos y prepararnos. Nos queda poco tiempo, ya es tarde para retroceder, la batalla final está cerca.

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