Cap. 1

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Beomgyu estaba sentando en uno de los pequeños cubículos de la pequeña oficina jugando con un lápiz y dando pequeños sorbos a su café.

Beomgyu ya tenía diecinueve años y estaba a casi un año de graduarse, así que por órdenes de la escuela e igual que el resto de carreras, tenía que hacer al menos seis meses de servicio social para tener una pequeña experiencia o darse una idea de lo que sería su trabajo en un futuro.

En realidad, Beomgyu tenía la idea principal de estudiar criminología pero digamos que después de ver varios videos en internet y saber de todo lo que podía encontrar en ello, le hizo darse cuenta que definitivamente no era lo suyo, pero buscaba algo cercano a ello, así es como termino en periodismo y en definitiva era algo que le gustaba, pues pensaba que escribir siempre se le dió bien. Aunque su madre estaba algo desacuerdo en ello, pues según ella ya nadie leía el periódico ni veía el noticiero. Ni siquiera ella, que ya era una mujer mayor, así que posiblemente se moriría de hambre en ese trabajo.

Beomgyu solo podía suspirar y decirle a su madre que el haría algo increíble y le iría muy bien en esa carrera. Aunque otras veces solo podía reír y quedarse callado.

—¿Cómo vas con tu trabajo, Soobin-ssi? —escuchó la voz de uno de sus amigos, rompiendo el silencio que había en la habitación.

—Cuando me dijieron que trabajar aquí sería increíble me imaginé teniendo un montón de aventuras, descubriendo historias y crímenes que dejarán a la gente con la boca abierta ¡pero no! —exclamó—. Me tienes aquí, llendo a tomar fotos a una boda porque pensaron que sería genial salir en el apartado de sociales en el periódico —dijo con cierta molesta aunque seguía escribiendo en su computador.

—El apartado de sociales es horrible, nadie lo leé —contesto el otro chico—. Tengo suerte de que me haya tocado cubrir algo más interesante como un accidente automovilístico, aunque tampoco es como que sea muy agradable —lamió sus labios—. ¿Que hay de ti, Gyu?

—¿De mi? Pues el señor Kim dijo que hoy iríamos a buscar algo interesante para reportar —respondió Beomgyu sin mucho interés—. Espero y sea algo de verdad interesante y no tener que escribir para el apartado de sociales como Choi Soobin —rió suavemente, escuchando un pequeño quejido de su amigo.

—Hey chicos ¿Ya llegó Beomgyu? —inesperadamente un hombre entro a la pequeña oficina que compartían los tres chicos.

—Si señor, aquí estoy —respondió Beomgyu rápidamente.

—Exelente, acaban de reportarnos que ocurrió un asalto cerca de aquí, así que he apartado este caso para ti —dijo con algo de rapidez—. Vamos, tenemos que irnos.

—¿Ahora? —preguntó.

—Por supuesto que si, Beomgyu, vámonos ya —respondió el señor Kim.

—Bien. Uhm, vengo más tarde chicos, no sé tomen mi café —dijo mientras se acercaba al perchero que estaba cerca de la puerta y se colocaba su abrigo. Habia estado lloviendo en la última semana y eso provoca que hiciera mucho frío.

—Muy tarde —respondió el castaño antes de dar un sorbo al café de Beomgyu.

—Jodete Yeonjun —le saco la lengua de manera infantil, sin embargo, después no hizo nada más que salir corriendo de la pequeña oficina hacia el carro del señor Kim, quién ya lo estaba esperando—. Estoy aquí —dijo mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

—Bien, vámonos —Kim comenzó a conducir—. ¿Estás nervioso?

—Le mentiría si dijera que no —respondió—. Aún no puedo creer que este sea, por así llamarlo, mi primer caso.

—El primero de mucho, Beom —el hombre sonrió y Beomgyu no puedo evitar sonreír junto a él.

Cuando llegaron a la escena del asalto, Beomgyu esperaba algo más leve, sin embargo parecía ser algo más grave, pues pudo divisar a lo lejos una ambulancia llevándose a un hombre adulto y por otro lado, unos oficiales llevaban a un joven esposado hacía una patrulla de policía, por lo que veía, ese chico era el asaltante. Era pálido y delgado, su cabello negro tapaba parte de su rostro pero pudo verlo algo mejor cuando el subió su mirada y miro hacia la dirección del auto donde estaba. Ese fue su primera encuentro.

Beomgyu juró que sus ojos se habían encontrado por unos segundos, los ojos cansados de aquel chico, miraban los suyos y viceversa. En aquel instante, en esa mirada apagada, pudo ver un rastro de arrepentimiento por sus acciones. Ahora solo quería saber los secretos detrás de esos ojos cansados.

Un suspiro ondo e involuntario se escapó de sus labios.

—Iré a ver qué pasa ¿De acuerdo? —hablo el señor Kim—. Quédate aquí, vuelvo en un instante.

Choi solo pudo asentir y miro como el señor Kim salía del auto y se dirigía a la escena del crímen. Los ojos de Beomgyu volvieron a buscar al chico de cabello negro, sin embargo, ya no lo encontró, quizás en esos segundos de distracción, el chico ya había subido a la patrulla.

Todo estaba ocurriendo muy rápido, como un simple parpadeo.

Unos pocos minutos después, el señor Kim volvió al auto.

—Bueno, hablé con los policías y esto parece ser más que un asalto —dijo el hombre una vez dentro del auto—. Fue algo así como un asesinato.

—¿U-un asesinato? —sus ojos se abrieron grandes.

—Si, el hombre se negó a darle su billetera y el chico lo atacó, le enterró su navaja en el estómago, luego intento huir pero la policía lo capturó —respondió—. Ahora lo llevarán a investigar.

Beomgyu apretó sus labios.

—Pero el oficial dijo que podíamos ir a hacer el reportaje más tarde —comentó el señor Kim, nuevamente—. Así que, si quiere podemos ir a comprar comida para tus amigos y luego ir a la estación de policía para que hagas tu entrevista.

—Claro —fue lo único que se limitó a decir.

Tal y como dijo el señor Kim, ambos fueron a un restaurante de comida rápida, compraron algunas hamburguesas para sus amigos, las dejaron en el lugar de trabajo y ahora ya se encontraban de vuelta a la prisión dónde se suponía que debería estar el chico que iba a entrevistar para el periódico.

Beomgyu había estado tan perdido en sus pensamientos sobre aquellos ojos color café oscuro, que no sé dió cuenta cuando estaba a unos metros de aquel chico nuevamente y su jefe hablaba con el oficial.

—¿Quieres que te acompañe para que puedas ver cómo funciona esto? —preguntó.

—Creo que puedo hacerlo solo.

—¿Estás seguro? ¿Sabes lo que tienes que hacer y preguntar? —Beomgyu asintió ante las preguntas—. Bien, entonces ve allá. Cualquier cosa puedes llamarme a mi o al oficial ¿De acuerdo?

—Claro, señor —Beomgyu respondió y sin más, comenzó a caminar hacia la habitación donde se encontraba el jóven.

Beomgyu entro en la habitación, era blanca casi gris, algo sucia por algunos lugares. Pero claramente lo que más llamo su atención era el chico que estás sentando frente a la pequeña mesita que estaba en medio de esa habitación para visitas. Seguro que había oído a Beomgyu entrar pero al parecer no le importo, seguía mirando hacia la mesa y jugando con sus dedos.

Sin embargo, su mirada se levantó cuando miro la luz de la cámara de Beomgyu. Y esa fue la segunda vez que sus ojos se encontraron, pudo verlos más cerca y en definitiva, su mirada llena de tristeza y sin esperanza hizo algo moverse en el corazón de Beomgyu.

—Y-yo... Tengo que hacer unas fotos de tí... Es para mí trabajo —intento sonar lo más firme posible pero falló en el intento, sonó demasiado ridículo y poco profesional. Sólo pudo reprocharse a si mismo en su cabeza. Si seguía así tendría que pedir un cambio a la sección de sociales y reemplazar a Choi Soobin.

Después de su pequeño debate mental, Beomgyu guardo su cámara en su mochila y luego saco una libreta con un bolígrafo mordido por la tapa. Apenas lo había comprado y ya lo había mordido ¡Genial!

—¿Quieres saber si yo lo mate, verdad? —el ceño de Beomgyu se frunció suavemente en señal de confusión al oír la pregunta del chico.

Maybe | Taegyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora