Hoseok miraba una y otra vez aquella botella pequeña, si mal no recuerda este era un antídoto que los doctores reales habían hecho para él, hace años que no veía uno igual.
Lo guardo de nuevo en su lugar, miro por la ventana, a lo lejos observo como Tae hablaba con uno de los generales, era más que vidente que este quería su máxima protección. Soltó un vago suspiro y se sentó, miraba con flojera aquel atardecer que cobijaba los grandes jardines del palacio, a lo lejos observo como el rey Yoongi se acercaba, junto a él la Reyna Lissa caminaba, ambos se veían tan bien juntos que le daba un poco de envidia.
Yoongi tomo una flor y la coloco en su oreja de Lissa.
-Esto lo hago por el Reyno cariño, al parecer los dioses se han molestado conmigo.
Lissa tomo la mano de su amado -Lo sé -Beso su palma- pero tengo miedo a que me dejes por ella.
Yoongi sonrió, eso era imposible, cómo dejaría a su amor si ella era la luz de sus días nublados, Taehyung llegó al cuarto de Hobi y le entrego un plato de comida.
-Es mejor que coma algo.
Hoseok miro como Yoongi le daba un beso suave a Lissa, se puso de pie para sentarse frente a Tae, le miro fijamente y hablo.
-¿Es bueno tener pareja?
Taehyung dejo de servir el te y le miro -No estoy seguro.
Hoseok lo pensó un poco más antes de volver a decir algo.
-Quiero irme Tae -Tomo las manos del general- Siento que lo que vendrá en el futuro no será bueno.
Tae asintio -Me temo que no podremos irnos hasta que su padre encuentre la manera de sacarlo de esto.
Hoseok aventó el vaso de té, se puso de pie y comenzó a sacar las ropas que Lissa había dejado.
-No quiero esto, soy hombre, soy un varón, de nada sirve que me tenga aquí.
Tae detuvo aquel coraje y lo tomo entre sus brazos.
-Escucheme muy bien príncipe Hoseok, que no se le ocurra decir esto de nuevo, o su cabeza rodará y decorara las salidas de este Reyno.
Hoseok se quedó callado comenzando a llorar, lo que no sabía es que la tortura apenas comenzaría.
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Dulce Corazón (Yoonseok)
Hayran KurguEl imperio norte a robado tierras del este y oeste pertenecientes al imperio Sur, el emperador reclamará sus tierras y junto a ello posera al más grande tesoro del imperio norte.