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Max ya tenía seis meses de nacido, y era el niño más amado y consentido por sus papás. Fluke se deshacía en amor hacia su pequeño cada vez que lo tenía en brazos. Había regresado hace un par de meses a su trabajo como principal forense en la jefatura y vaya que tenía trabajo que hacer. Por su esposo sabia sobre los casos de los asesinatos y por su amigo toda esta historia de los príncipes y demás.

Cuando revisaba los cuerpos de las personas asesinadas, encontraba una sustancia muy rara que no sabían con exactitud que era, solo sabían que estaba compuesta por sangre de razas puras y algunas partículas de hiervas que supuestamente estaban extintas desde hace años. Era muy astuto en cuanto a su trabajo se trataba y lo hacía muy bien.

Fluke y Ohm formaban una hermosa familia, ambos provenían de buenas y acaudaladas familias, pero eso nunca tuvo que ver con su ahora posición o con ser unos de los mejores en lo que hacen. Jamás dejaron que sus apellidos o procedencia influenciara en su vida laboral o personal. Ellos escribían su propio destino y seguían su propio camino.



-¿Cómo se portó mi bebé hoy? –Fluke llegaba a su mansión en busca de su pequeño y siempre lo recibía la nana con el niño en brazos- ven con papi mi amor –lo cargo y lo lleno de besos sacándole pequeñas risitas tiernas-

-Señor la comida ya está lista, cuando lo indique, el comedor ya está listo

-Gracias, el señor Ohm está por llegar, lo esperare un momento, mientras tanto este jovencito y yo lo esperaremos en la sala, ¿verdad mi amor? Si, si, vamos, esperaremos a papá

A la media hora Ohm llegaba a su casa y se encontraba con una de las mejores escenas que le gustaba ver, a su esposo cantándole a su hijo entre sus brazos

-Son lo mejor que la vida me pudo dar –abrazo a Fluke y le dio un beso en los labios y cogió a su hijo entre sus brazos para llenarlo al igual que su esposo de besos- los amo

-Y nosotros a ti mi amor, ¿paso algo en la oficina? Cuando salí me dijo uno de los oficiales que estabas en una junta muy importante, así que decidí venirme a casa por mi cuenta

-Lo siento cariño, fue de última hora –dio un pesado suspiro- algunos integrantes de El Consejo fueron a hablar con los jefes sobre la investigación de los asesinatos de los Raza Pura, creo que esto se está poniendo cada vez más peligroso. Asesinaron un integrante del Consejo y están furiosos por que no se ha sabido nada sobre el responsable

-Ohm, tú crees que...

-No lo creo, estoy seguro. Ese tal Decha es el culpable de todo esto, pero no lo podemos acusar sin pruebas concisas y sobre todo creíbles. Gulf está vuelto loco, temo que se pueda poner mal o le llegue a pasar algo

-Yo también temo lo mismo que tú. No entiendo, si Gulf dice que Mew es el amor de su vida y sobre todo pasaron todo lo que pasaron en aquel tiempo, por qué no estar a su lado o por qué no el mismo Mew se hace cargo de él y se lo lleva a vivir a su mansión

-Lo mismo le dije a Gulf, pero no quiso hablar más del tema, de hecho, últimamente ha estado algo pensativo, sin ánimos, como triste. Nunca lo he visto de esa manera

-Hablare con él, sé que algo le pasa y sabiendo cómo es, estoy seguro que todo lo que siente se lo está guardando como siempre

-Tienes razón, pero véanse aquí en la mansión o en otro lugar, no vayas a su departamento. Ese tal Decha tiene gente rondándolo o no quiero que se expongan ¿de acuerdo?

-Si cariño, así lo hare. Ahora vayamos a comer, ya está todo listo

-Vamos



Después de varios días inconsciente, por fin Earth había despertado. Al principio se sentía desorientado y sin fuerzas, pero gracias a los atentos cuidados que Mix le daba, poco a poco se fue recuperando.

-Ya estas mejor, ¿por qué sigues en cama? Ya pasa de medio día

-Solo estoy descansando un poco anciana

-Has descansado lo suficiente, arriba, tienes que continuar con tus cosas, vamos

Earth solo rio y se levantó de la cama quitándose la camiseta para colocarse una camisa limpia

-¿Dónde está?

-En su recamara, lo mande a descansar un poco –Ratana miro fijamente a Earth quien ahora se abrochaba la cremallera de su pantalón- hasta cuando seguirás así con él

-Sabes qué debo hacerlo

-No, eso lo decidiste tú, lo que yo te dije fue que ese no era el momento para decírselo. Sus padres recién habían muerto, él estaba muy chico y no entendía nada aún. Fuiste tú quien lo alejo haciéndole creer otra cosa

-Teníamos que protegerlo, no tenía opción y lo sabes

-Ahora la tienes. Ya no es un niño y está en todo su derecho a saber la verdad. No seas cobarde y enfréntalo. Además, ya no le puedo seguir dando las infusiones, es un Omega fértil y si lo sigo haciendo puedo dañar su cuerpo, ya no lo haré más

-¡Está loca! estamos en medio de una batalla. Si despierta su celo como es, no podrá controlarlo, mucho menos yo lo podré hacer

-Pues tendrás que hablar con él y te sugiero que lo hagas lo más pronto posible el celo le llega en dos semanas

-¿QUÉ?

-Como lo escuchaste, tienes que hablar

-Y qué demonios le digo "oye Mix yo soy tu Alfa, pero te lo hemos ocultado para protegerte de un grupo maniático que asesino a tus padres y también querían hacerlo contigo. Te estamos drogando para calmar tus celos y no te des cuenta de que somos destinados" me odiaría y con justa razón. Haaaaa maldita sea, soy el peor de los Alfas –dio un manotazo a la pared- Debí haber dejado que supiera toda la verdad desde un principio, tomarlo y llevármelo lejos de aquí, dejando atrás todo y a todos. Tal vez, tal vez, ya tendríamos una familia

Earth se lamentaba con amargura, tristeza y dolor el no poder decirle la verdad a su Omega, pero bien Ratana lo dijo una vez, La Madre Luna tiene el tiempo exacto para cada cosa y para cada persona, poniéndolas en el momento justo. Se seguía lamentando de todo, rascándose su cabeza con frustración y cuando se giró, vio al pequeño Mix con lágrimas en sus ojos y con una mirada que él nunca olvidara

-Mix...

-Cariño...

Los dos voltearon así el Omega

-Me mintieron, todo este tiempo me han mentido, jugaron con mis sentimientos de una cruel manera, ¿por qué? ¿Quién les dio el derecho a hacerme esto? ¿he?

-Mix, escúchame...

-¡NO! Eres un maldito cobarde, un miserable

Mix solo voltio con su abuela con ganas de gritarle, pero se contuvo y solo se marchó envuelto en llanto

-Mix, Mix...

-Déjalo, ya no hay nada más que decir, por el momento. Dejemos que se calme, si hablamos con él ahora de nada servirá

Dio un grito de furia y tiro todo lo que había en esa pequeña mesa de noche golpeándola con sus puños varias veces

-Conseguí lo que tanto quería, hacer que me odiara, ¡maldita sea! Y no lo soporto, no lo puedo hacer, no cuando lo amo con todo mi ser, cuando mi corazón le pertenece a él desde que lo vi por primera vez y cuando mi mente no deja de pensar ni un solo instante en él. No querrá saber ya nada de mí, nada

Ratana coloco una mano en el hombro de aquel dolido Alfa tratando de reconfortarlo

-Todo a su tiempo, y el suyo ya llego... 

NUEVA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora