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Su llegada a Forks fue tranquila, las tres personas del auto estaban preocupados e inquietos, no sabían lo que pasaría con aquel chico, que hasta el momento lo consideraban familia; el chico perdió todo lo que amaba, incluyendo su madre.
Por fin llegaron a casa, todos los recibieron con un cálido abrazo y una mirada de alivio hacia los dos padres, la niña estaba bien, sin contar con la triste mirada que tenía.
—Me alegro que estén aquí, no saben cuanto los hemos extrañado- Esme le dio una sonrisa cálida y materna.
—Hola mis ojitos disparejos- Rasalie cargo a la pequeña, no tan pequeña por cierto. —Vaya, si que has crecido.
Reneesme llegó después de una hora junto con Jacob, en la tarde eran sus salidas a la Recerva; al ver a su hermana "menor" corrió para envolverla en sus pequeños brazos.
Ambas se habían extrañado demasiado, ese lazo que las unía era muy fuerte, por lo tanto, se podría decir que eran inseparables. Las dos niña se fueron a jugar al patio junto con Jacob, después se le unió Leah y un tímido Seth; este último todavía tenía vagos recuerdos de lo sucedido anteriormente, pero sin duda decidió participar en el juego de las niñas, príncipes y princesas.
«Dentro de la casa Cullen»
—Ahora que ya no están las niñas, ¿qué te dijieron?- Carlisle parecia ser el más preocupado por la salud de su nieta.
—Ella está bien, lo que sucedió simplemente fue un intento de su lobo por comunicarse con ella; dijieron que estaría bien, el linaje se su lobo es antiguo, por esa razón es diferente a cualquier lobo. - Jasper parecía tranquilo con todo, aunque había algo que lo seguí atormentado.
—¿Cazadores?- La palabra que dijo Edward retumbaron en la cabeza de Jasper.
—Si, el lugar donde estábamos fue quemado por una cazadora de lobos con el apellido Argent. - Jasper miró con cierta molestia a su hermano, no le gustaba que se metieran en su cabeza.
—Argent- Carlisle parecía saber algo que los demás no. —Ese apellido me suena conocido.
Carlisle se paro de su asiento y subió a su estudio en busca de algo, al parecer era un libro, cundo lo obtuvo bajo con ellos, era un libro algo viejito, con pasta dura. Sin más que decir busco en cada página de manera rápida, y se detuvo donde había un gran símbolo de un lobo con varias flechas.
—Es una familia de cazadores, y hasta ahora creo que lo siguen siendo, existieron desde la bestia de gévaudan, fue un suceso donde miles de personas, mayormente niños murieron, sin embargo aun no se sabe el nombre de aquel hombre que había sido convertido; borraron cada recuerdo de esa persona, "damnatiomemoriae", la condena de la memoria.
Sin conocer a la familia, ya sabrían que sin duda sería un peligro para ellos, si cazadores de lobos, ¿También habría de vampiros?, esa pregunta rozó por algunas cabezas de aquel aquelarre, pero lo olvidaron, durante toda su existencia jamás habían escuchado sobre caza vampiros, o al menos no por dónde vivían.
La noche callo y está vez Edward, Bella y Ness, se quedarían a dormir en la casa Cullen. Kate ya tenía un cuarto para ella en la casa, quería hacer una pijamada con su hermana y su tío Emmett, pero sus padres les dijieron que tenían que dormir, ya que mañana sería un día largo.
Kate se sentía inquieta, sabía que algo iba a pasar, pero no sabía cuando, ni porque sentía eso. Se acostó en su cama y tanto como Alice, Jasper entró a su cuarto a dejarle un beso de buenas noches.
—¿Te sientes bien cariño?- Jasper había sentido las emociones de su hija, sabia que algo le pasaba, pero no sabía el que.
—Creo que no, papá siento que algo va a pasar, algo está mal. -Kate no entendía porque tenía ganas de llorar, era algo que nunca le había pasado.
—Si te parece mejor corazón, podemos dormir contigo si gustas. - Alice era una excelente madre, era comprensiva y trataba de entenderla siempre, la ayudaba y protegía de todo.
Ambos padres se colocaron en cada lado de Kate, aunque no dormían se quedarían con ella hasta el amanecer; todo transcurría tranquilo, ellos hablaban sobre trivialidades, un pequeño sollozo hizo que se ambos se quedaran callados, era Kate, en ese momento empezó a susurrar, para ser vampiros con una audición impresionante, los susurros de la niña eran casi inauditos, no sabían lo que decía y permanecían en silencio, hasta que la oyeron gritar.
Todos los de la casa Cullen entraron en el cuarto de la niña, estaba llorando y solo abrazaba sus rodillas, Jasper y Alice intentaban ver que era los que le sucedía; Jasper estaba preocupado, jamás había sentido tanto temor de parte de ella, algo le pasaba y no tenía ni la más mínima idea de que era.
Edward leyó o vio sus pensamientos, sabía que lo que le había sucedido, era una pesadilla o eso creía.
—Fue una pesadilla sobre una casa en llamas- dijo —También había un hombre lobo quemándose, a su alrededor habían adolescentes y un chico con el nombre de Derek.
—¿De cuentos años se veía Derek?- Alice sabía lo que le pasaba, pero no estaba segura de eso.
—De unos 19 años; ¿Lo conocen?- preguntó.
—Si, toda su familia fue quemada cuando nosotros estábamos ahí. Pero tenía 16 años.
—No fue una pesadilla- Ahora Alice estaba más convencida de lo que pensaba —Fue una visión, me pasaba cuando era niña, las cosas que siempre veía era mediante mis sueños, después mi don se desarrolló y ahora me llegan en cualquier momento.
—Hay que llevarla con Eleazar, es muy esencial saber sobre sus dones para estar preparados por si le vuelve a suceder algo así. - Kate ya se había dormido en el regazo de su padre, estar con él y con Alice, la daba cierta tranquilidad.
Y si, mañana sería una día demasiado largo, que más da, un vieja hasta Alaska no les vendría mal.
