Capítulo 01

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Asya Deniz

— Me encantó en la forma que presentaste el proyecto y...todo —comentó Kerem con una sonrisa marcando sus hoyuelos a través de la cámara. Sonreí.

— G-gracias, Kerem —susurré tratando de no sonrojarme.

Kerem, es mi socio-jefe. Soy directora de marketing online y estoy asociada con su empresa. Además, hemos salido un par de veces y no puedo negar que es súper guapo, inteligente, exitoso, etc.

Había presentado un nuevo proyecto delante de sus socios más cercanos, el cual podría hacerme ganas más dinero de lo que gano pero sobre todo, hacer que mi socio se sienta orgulloso de mi.

Era viernes por la tarde y estaba en pantalón pijama acompañada de una blusa representable para el proyecto.
Mi pelo estaba amarrado en una coleta y me había puesto un poco de maquillaje.

— Ya que no estamos delante de los socios —se rió un poco—. Déjame decirte que estás hermosa.

— Gracias, aunque realmente no me he bañado —comente para escucharlo reír. Me pegue en la frente al escuchar lo que dije.

— Si eso es sin haberte bañado, puedo imaginar cuando te bañes —levanté las cejas—. Lo digo en el sentido...

— Tranquilo, te entendí y gracias por el halago —comente con una sonrisa.

— ¡Hola! —gritó una voz conocida para mi. Sonreí al saber que era Annie, mi mejor amiga.

— Hola, ¿cómo estas?—pregunté abrazándola. Miró la laptop.

— Hola, Ker —saludó Annie con un ademán de manos.

— Hey Annie, ¿como van los ligues?—le preguntó de manera divertida.

— De la misma forma que está tu cabello, horrible —le pegue en el hombro—. Auch.

— Regreso mañana pero nos veremos el lunes para hacer otra reunión pero esta vez, estaremos todos en la oficina —me informó—. Luego, no se si quieras ir a...

— Ella acepta —dijo Anne y golpee su hombro nuevamente para escuchar a Kerem reír—. Me está doliendo

— Nos vemos el lunes, Kerem —comenté para hacerle el adiós con las manos y cerrar la llamada. Miré a Annie—. ¿Acaso no recuerdas que es como mi jefe?

— Acéptalo, estas loca porque te pida ser su novia, tener sexo con el y ver que pasa después —dijo y no podía negar que tenía razón.

— Bueno...—me interrumpió.

— Tengo boletas vip para una pelea de boxeo —comentó emocionada y me miró—. Y este domingo, es domingo de chicas.

— ¿Sabes quienes van a pelear? —su sonrisa se borró.

— En verdad, no pero vamos averiguarlo —chilló emocionada y sonreí.

——

Miraba atentamente y emocionadamente la pelea con mi mejor amiga, Annie. Nunca había visto a este hombre que estaba luchando pero era demasiado atractivo con aquellos brazos y tenía un tatuaje de un pájaro en su torso izquierdo. Por un momento pensé que iba a perder porque estaba aferrado a una esquina mientras que el oponente le estaba matando, literalmente.

— ¿Qué esperas Murat?—le gritó un hombre de algunos treinta y tantos, que me imagino que es su manager porque lo miró rápidamente—. ¡Acábalo!

Solo esa frase bastó para que este chico se transformara y empezara a golpear a su oponente sin piedad, dejándole tendido en el suelo.

El árbitro contó hasta diez para darle la victoria al tal Murat. Todo el público gritaba muchas cosas incoherentes.

— ¡Vamos a conocerlo! —gritó Annie llevándome de las manos por un pasillo.

— Una por una, chicas —dijo el hombre que le había gritado al otro. Miré a Annie la cual estaba como embobada por este.

Puse los ojos en blanco y chasqueé mis dedos delante de ella para que reaccionara mostrando las boletas.

— Ella ira primero —dijo y el hombre abrió la puerta.

— Espera no...—sentí como Annie me empujó dentro del camerino.

Me quedé en silencio observando como estaba de espaldas sentado. Movía su pierna derecha rápidamente tratando de controlar algún nervio.

— Ho..la —dije en voz baja y el iba a hablar pero se giró para verme.

Sentí un escalofrío con su mirada, la cuál recorrió todo mi cuerpo. Era bastante atractivo, llevaba un poco de barba, su pelo marrón estaba amarrado en una coleta y sus ojos eran del mismo color de su pelo de, los cuales eran intimidantes y penetrantes. Tragué fuerte.

— ¿Qué quieres?—preguntó para seguir en lo que estaba haciendo—. ¡Demonios! —gritó asustándome.

— Creo que lo estás haciendo muy brusco..—dije al ver que se curaba una herida.

— ¿Como es que dices que debe de ser?—preguntó y me acerqué más a él.

— ¿Puedo? —le pregunté nerviosa señalando el algodón que estaba en sus manos. El dudó por unos segundos para luego asentir.

Tomé el algodón para exprimir un poco porque tenía demasiado alcohol y decidí tocar su pequeña herida en su ceja derecha para confirmar el color de sus ojos. Sentía su mirada encima de mi.

Luego de limpiarle, le puse un poco de antibióticos que encontré en el botiquín, para que esta noche se pueda cicatrizar. Sonreí satisfecha.

— Listo —le susurré y lo miré porque sentía sus ojos encima de mi—. Mañana haces lo mismo, te limpias la herida y te pones la cremita.

— ¿Y si quiero que me la pongas tú?—preguntó y levanté mis cejas—. Puedo ir a tu casa, si a tu novio no le molesta.

— No...—solté una risa—. No tengo novio. Veo que eres muy directo eh.

Saco un pedazo de papel y de una gaveta un bolígrafo para apuntar algo. Me pasó el pequeño papel para tomarlo entre mis manos.

Era su número de teléfono para que le enviara mi ubicación.

— Si fuera tu novio...—miré sus ojos avellana—. No salieras de mi cama. Nos vemos mañana.

Sentí mis mejillas arder ante su comentario. Espera, ¿se acaba de auto invitar a mi apartamento?

Annie me dará un premio por ligarme a un sexy boxeador pero, no le puedo decir porque comenzará con sus preguntas y hasta es capaz de ir mañana a mi apartamento.

Salí del camerino y sentía mucho calor pero sobre todo, me da mucha curiosidad porque detrás de aquellos ojos marrones, siento que esconden muchas cosas.

— ¿Estás bien?—preguntó Annie y aclaré mi garganta para responderle.

— Si, si. Es tu turno —le respondí.

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