Capítulo 15 | penúltimo

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Murat Özer

- ¡Murat!-gritó Edkin asustándome y provocando que me cayera de la cama. Respiré profundo para sentarme en el suelo y mirar hacia la puerta.

- ¿Qué diablos...-pregunté haciendo una mueca.

- ¡Feliz cumpleaños Murat de mi vida!-gritó Edkin con una sonrisa y una pequeña torta de cumpleaños con una vela encendida.

- Creo que no le agrada...-susurró Sarah.

Me subí en la cama para arroparme nuevamente y esta ves de los pies a la cabeza. Edkin me quitó las sábanas.

- No quiero fiesta, no pastel y no mujeres desnudas -dije fastidiado-. Para eso me despiertan.

- No se cumpleaños todos los días -dijo Sarah acariciando mi cabello-. Anda pide un deseo y sopla las velas.

Me senté en la cama y Edkin vino con su sonrisota. Me acercó el pastel.

- Solo deseo una cosa y ustedes saben que es -miré la vela-. Es volver a verla...

Cerré los ojos para soplar la vela con la esperanza de que se haga realidad.

Edkin y Sarah aplaudieron para luego abrazarme. Sonreí después de todo, ellos son mi familia.

- Gracias -les susurré.

- Vete a duchar que iremos a comprarte algunas cosas para esta noche y te cambiaremos el look -lo miré rápidamente.

- No voy a cortarme el pelo -Edkin me interrumpió.

- Murat, no empieces, pues -sonrió-. Es para que Asya te encuentres diferente y aún no se sabe cuando regresa.

Solté un suspiro. La extraño muchísimo.

- Edkin, tiene toda la razón. Debe de verse diferente para Asya, ya verás que le va a encantar -me animó Sarah y asentí para levantarme de la cama.

- Está bien, iré a ducharme pero nada de fiesta.

- ¿Cómo que nada de fiesta hombre? Podremos algunos globos, tenemos que celebrar con una cena especial. Annie viene para acá y quiero verme bien para mi chica -Sarah y yo lo miramos-. ¿Qué?

Reímos.

Entré al baño para ducharme, vestirme de manera sport e irme con Edkin para comprar la ropa de la noche y cambiar el look de mi cabello.

- ¡Listo! -exclamó la chica volteando la silla para que me viera en el espejo.

- ¿Qué me hiciste?-grité asustándolos-. ¡Estoy con el pelo corto! ¡Edkin!

- Justo como lo quería, gracias cariño -le dijo a la peluquera. Lo miré mal-. Se que Asya te hace falta pero mírate, estas bonito pues.

Era extraño verme con el pelo corto. Debo de admitir que me gusta un poco como me queda. Me levanté del asiento para seguirme mirando en el espejo.

- ¿No te gusta?-preguntó Edkin y lo miré por unos segundos-. Te podemos teñir de negro.

- Dejémoslo así, quizás a Asya le guste.

- Esa es la actitud -dijo Edkin emocionado-. Ahora nos vamos a casa que tenemos que prepararnos para la noche.

- ¡Si! Que emoción -comenté sarcásticamente para que Edkin me mirara serio-. Lo siento, ya vámonos.

(...)

Solté un suspiro al mirarme en el espejo después de terminar de vestirme. Deseo que Asya estuviese o que se acordara de mi cumpleaños pero ahora recuerdo que ni la fecha de mi nacimiento le había dicho.

Me senté en el borde de la cama para mirar su lado vacío, sin sus sonrisas, ni su risa. Era todo tan extraño.

- ¿Pasa algo?-preguntó Edkin y quise reírme. Asentí con la cabeza.

- Extraño a Asya -susurré y me dio palmadas en mi hombro.

- Vamos a cenar que la noche promete -dijo saliendo de la habitación.

Bajé las escaleras para encontrarme con Sarah vestida con un vestido de flores. En ese momento entró Annie con una cajita de regalo.

- ¡Feliz cumpleaños insoportable!-me abrazo y me entregó la pequeña caja.

- Gracias, vamos a ver si no me trajiste un ratón muerto con un lazo-comenté abriendo la caja.

Era una pequeña pulseras con algunas iniciales. Era de color rojo con detalles negros. Fruncí el ceño porque me gustaba y estaba muy linda.

- ¿SAE?-pregunté y ella sonrió.

- Sarah, Annie, Asya y Edkin.

- Gracias, está muy bonita -sonreímos.

- Vayamos a la mesa -dijo Edkin empujándome para sentarme.

Al sentarme en la mesa, me taparon los ojos, unas manos pequeñas y suaves como las de...

- Feliz cumpleaños mi amor -me susurró en el oído y me levanté rápidamente para encontrarla allí.

Era mi Asya. La abrace fuertemente para darle vueltas en el aire y llenarle la cara de besos. Esto si que era una sorpresa para mi porque no pensé que estaría aquí.

- Llegaste mi amor...te extrañé tanto -dije besando su cara repetidas veces para escucharla reír.

- También te...-hizo una mueca-. ¿Quien te corto el pelo?

Todos miramos a Edkin para encontrarle silbando.

- Te ves muy bien -sonreí y la abracé fuertemente-. Te tengo tres regalos.

- ¿Regalos?-pregunté curioso y reí un poco. Ella asintió mirando a Edkin.

- Tápale los ojos porque es una sorpresa -Edkin me tapo los ojos y puse las manos hacia arriba-. ¡Baja las manos!

- ¿Cual es el regalo?-pregunté y Edkin comenzó a reírse-. ¡Edkin!

- Tu deseo se hizo realidad -me susurró Asya y Edkin destapó mis ojos.

Entonces...estaban frente a mi.

Me congelé al verla. Mis ojos se llenaron de lágrimas al igual que los de ella. Estaba hermosa y no estaba sola. ¡Tenía una hermana!

Abrí la boca pero no pude decir nada y la cerré mientras me acercaba a ella. Acaricié su rostro y empecé a llorar como un niño pequeño.

- ¿Mamá?-susurré y ella sonrió para abrazarme fuertemente.

Rompí en llanto.

- Mi Murat -susurró despegándose de mi-. Estás todo un hombre, te extraño tanto, perdóname mi amor por...

- No tengo nada que perdonarte, mamá -sonreí mientras nos limpiábamos las lágrimas-. Trate de buscarte pero nunca pude dar contigo.

- Ella es tu hermana, Leyla -señaló a la chica y me abrazo impulsivamente.

- Hola, pequeña -le susurré-. La última vez que supe de ti, estabas en el vientre de mamá.

- Mamá siempre me ha contado de ti -susurró y sonreímos.

- ¿Cuál es el otro regalo, Asya?-le pregunté con una sonrisa. Me pasó una caja pequeña.

- El otro regalo está aquí -dijo señalando su vientre. Fruncí el ceño al ver que todos abrieron sus ojos más de la cuenta.

- ¿Te lo tragaste?-pregunté y Edkin me dio por la cabeza-. ¡Oye!

- ¡Abre la caja rápido! -dijo negando con la cabeza.

Encontré un pequeño aparato con dos rayas. Fruncí el ceño y sonreí.

-¿Me explicas...-me interrumpió.

- ¡Estoy embarazada!-dijo con cierta emoción-. ¡Vamos a ser padres!

Borré mi sonrisa automáticamente y salí corriendo de la casa.

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