Les haré un pequeño resumen de lo qué pasó después de salir corriendo detrás de Murat: se marchó a Estados Unidos y lo supe porque Edkin me llamó para preguntarme que porque no los acompañe.Le expliqué todo y simplemente me dijo que trate de arreglar las cosas.
— ¡El nuevo campeón es Murat Özer!—decía el presentador al finalizar la pelea. Si, la vi con lágrimas afuera y sorbiéndome los mocos.
Me la pasé llorando y sintiéndome culpable con las dos partes. Seguramente, se fue a celebrar su victoria con algunas mujeres fáciles de la calle.
No puedo negar que puedo sentir celos de alguna que se le pegue a Murat pero Kerem, me sorprendió bastante el beso. Hablando del jefe, me ha dejado muchos mensajes pero ni los he mirado.
— Asya —miré hacia la puerta para encontrar a Annie, la cual se sentó en el borde de la cama para abrazarme—. No quiero verte triste, sabes que lo detesto.
— Es inevitable no sentirme así —confesé.
— Alguien quiere hablar contigo —me susurró para mirar hacia la puerta y encontrar a Edkin recargado en el marco de la puerta.
Fruncí el ceño. ¿Habían llegado de Estados Unidos?
— ¿E-Edkin?—pregunté sin poder creer que habían llegado de Estados Unidos. El, asintió y entró a mi habitación para que Annie saliera, dejándonos a solas.
— ¿Puedo?—señaló el borde de la cama y asentí para que se sentara—. ¿Cómo estás?
— No me siento bien con lo que pasó y se que en parte tengo la culpa pero...—me interrumpió.
— Te creo, Asya —lo miré—. Annie me contó lo que pasó y así como te creo, así creo que Murat está enamorado de ti pero no funciona así con el, por todo lo que ha pasado.
— Había salido con Kerem pero no llegábamos a nada y entonces...apareció Murat —le expliqué—. Kerem, me besó y Murat nos vio. Le cayó a golpes, por suerte, hasta golpeado es lindo.
— Me comentó que te había invitado a Estados Unidos —asentí—. Para mi, es algo nuevo porque Murat nunca ha estado detrás de alguien y pasó lo que pasó, se siente dolido.
— ¿Qué se supone que haga si no me quiere ver ni en pintura?—pregunté.
— Te diría que puedes ir a su casa y hablar con él —dijo con una sonrisa maliciosa—. Acabo de dejar la puerta sin seguro para que puedas entrar.
— ¿Crees que sea lo correcto?, ¿No se va a enojar contigo?—le pregunté y negó con la cabeza.
— ¿Qué esperas pues?—preguntó con una sonrisa.
— Hay un taxi esperándote allá bajo y está pago —dijo Annie mirándome pícara.
Literalmente salí corriendo, descalza y me vine a dar cuenta cuando me monte en el taxi. Una parte de mi estaba emocionada y esperanzada por hablar con Murat, para explicarle todo pero otra parte, no sabía como Murat iba a tomar que fuese a su casa.
La puerta estaba abierta, tal como Edkin había dicho pero Sarah no estaba. Subí las escaleras hasta la habitación de Murat.
Estaba duchándose, lo supe por el sonido de la ducha.
«Piensa»
Decidí quitarme la ropa para quedarme desnuda y entrar lentamente al baño sin que se diera cuenta. La ducha estaba abierta, por lo que, entré para encontrarme con Murat, desnudo.
Sentí calor al verle debajo de la ducha. Sus manos apoyadas en la pared mientras el agua se deslizaba por su cuerpo y su cabeza baja.
«Hermoso culo»
— ¿Qué haces aquí?—preguntó sin moverse. Fruncí el ceño.
— ¿Cómo diablos sabes que estoy aquí?—pregunté y él se volteó para mirarme mientras se echaba su cabello hacia atrás.
«Que su entrepierna no te distraiga»
— Te siento...—me dijo y levanté mis cejas—. ¿Qué quieres?
— Sabes que quiero —le dije y se mordió el labio mientras me miraba—. Quiero hablar contigo.
— No sé que tipo de relación tienes con ese maldito pero no soy plato de segunda mesa y tampoco recojo migajas que otra persona deje.
— No tengo ninguna relación con él —dije mirándolo—. Solo hemos salido a comer y algunas veces al parque pero no ha pasado más nada. No he tenido sexo con el y tampoco pienso tenerlo porque ya estás tú.
— ¿Segura que no ha pasado más nada entre ustedes? —puse los ojos en blanco.
— ¡Maldita sea Murat! —me tomó de la cintura, pegándome a su cuerpo desnudo y mojado.
— Juro que si te vuelve a tocar una hebra de tu cabello, ni el médico chino le arregla la cara —me susurró.
— Perdóname —susurré y sus labios se juntaron con los míos.
Subí mis manos lentamente hasta enredar mis dedos en su cabello y sus manos acariciar mi espalda. Gemí al sentir sus dedos y su lengua atacando la mía.
Tomó mis piernas para cargarme y que las mías se enredaran en su cintura mientras me pegaba suavemente a la pared.
Sus labios buscaron mi cuello, dejando algunas mordidas y besos en el. Lo sentí deslizarse dentro de mi para empezar a embestirme.
Pegó su frente de la mía y sus ojos nunca se despegaron de los míos. Era como mirar a través de los suyos y tratar de descifrar todo lo que quisiera decirme.
Al terminar, nos duchamos y me prestó un polo suyo para acostarme con el, estando con un bóxer blanco.
— ¿En que piensas?—le pregunté y sus ojos se clavaron en mi. Puso un mechón de pelo detrás de mi oreja.
— Nunca imagine que pudiera sentir tanto por alguien y eso en cierta parte me...aterra —susurró y me subí encima suyo.
— ¿El gran Murat Özer con miedo a sentir?—le pregunté divertida y se levantó un poco para besarme.
— Eres adictiva —susurró besándome y sonreí.
— Felicidades por el campeonato, ¿donde está el trofeo?—pregunté buscándolo.
— Mi trofeo está frente a mi y su ropa me estorba —dijo quitándome su polo y dejándome desnuda
— ¿Ah si?—pregunté pasando las uñas por su torso—. ¿Igual con las mujeres que celebraste?
— Claro, con senos al aire y toda la cosa —mi sonrisa se borró—. Es broma, mi celebración ya comenzó desde que llegaste.
ESTÁS LEYENDO
Boxing
FanfictionEl oscuro pasado de Murat Özer, se escondía en el boxeo. La prensa no conocía su historia. Solamente él, por vivirla y su manager. Asya Deniz, era fanática de las peleas, por lo que, una noche acude a una de las que participa Murat, pero ninguno se...