Capítulo 06

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— ¿Q-qué haces aquí?—le pregunté tratando de que ignorara lo que acababa de decir.

— Vine para hablar contigo, sobre lo que pasó esta mañana —dijo soltando un suspiro.

— No quiero hablar contigo —dije mirándolo y manteniendo las ganas de besarlo.

— Yo hablaré pero con la caja de chocolate —dijo Annie quitándosela de las manos.

Murat y yo miramos a Anne para que se fuera lentamente con la caja de chocolates.

— Vine aquí para hablar contigo, maldita sea —dijo Murat serio y levanté mis cejas.

«¿Qué tal si jugamos un poco?»

— Dije que no —contesté y apretó sus dientes.

— Dije que si —dijo Murat.

— Dije que no —me cruce de brazos. Soltó el oso de peluche y las rosas.

— Será a mi manera entonces —dijo y fruncí el ceño.

— ¿Cuál...—Murat me cargó para ponerme en su hombro—. ¡Ah bájame carajo!

— Te bajaré pero en mi casa —dijo y abrí la boca para gritar.

Golpeaba su espalda y su trasero mientras gritaba que me bajara pero todo...fue en vano. Me monto en el auto para ponerme el cinturón. Intente abrir la puerta pero le había puesto seguro de niños.

«Vaya suerte tienes»

Llegamos a su casa y vuelve para cargarme hasta entrar en ella. Me baja en cuanto llegamos al living.

— Murat, ¿que diablos quieres?—le pregunté enojada y el soltó las llaves en el comedor.

— Quiero hablar contigo sobre lo que ocurrió, tratar de que me entiendas aunque no sé qué diablos me sucede contigo —se acercó a mi y retrocedí—. No quiero lastimarte...

— Tampoco quería decirte algo para que te pusieras como un animal..—dije de manera obvia—. No tengo nada de que hablar contigo porque lo único que quería saber terminó lastimándome físicamente.

— Será a mi manera, nuevamente —dijo cargándome nuevamente y solté un chillido.

— ¡Murat bájame maldita sea!—chillé.

Subió las escaleras para entrar a su habitación y tirarme en la cama. Se subió encima de mi tomando mis muñecas entre sus manos para pegar su frente contra la mía.

«¿A quién engaño?»

Sentí como el tiempo se detuvo al mirar sus ojos marrones. Nuestras respiraciones mezcladas y posiblemente sea su paquete lo que siento en mi estómago.

Su agarre se relajó a medida que me miraba. ¿Realmente quería hablar conmigo sobre lo que pasó?

— ¿Qué quieres decirme?—le pregunté en un susurro

— Quiero hacerte mía —dijo para besarme desesperadamente.

Quisiera resistirme pero era inevitable hacerlo. Mis manos sueltas se enredaron en su cabello para profundizar nuestro beso. Las manos de Murat acariciando mis piernas y sus besos llevándome al cielo.

« ¿Cómo Murat me hace sentir así?»

Dimos vuelta para que Murat me quitara el top y mi sostén, dejando mis senos ante sus ojos. Se levantó para besarme mientras yo le quitaba su T-shirt. Tomó mis senos en sus manos para masajearlos y acariciarlos con su lengua, provocando un suspiro de mi parte.

Dimos vuelta para que Murat me quitara el short rápidamente seguido de mi braga para luego verlo terminar de quedarse desnudo ante mi.

Posó encima de mi, para besarme desesperadamente y entrar en mi provocando un gemido de mi parte.

Sus embestidas pasaron de lentas a rápidas en cuestión de segundos y la habitación estaba llena de nuestros gemidos.

— No es justo que tengamos sexo para luego hablar —susurré con la respiración agitada mientras Murat se acomodó en la cama mirando al techo.

— Descubrí la manera de hablar contigo —comentó mirándome y le halé el pelo—. ¡Maldita sea!

— No es una manera de hablar con alguien, sacándolo de su casa a la fuerza, eso fue un secuestro...—dije mirándolo.

— No quería, no quiero lastimarte —comentó y abrí la boca.

— ¿Me estás cambiando el tema?—pregunté divertida.

— ¡Maldita sea! Voy...—lo interrumpí.

— Ya puedes hablar —dije finalmente acostándome y posando mi cabeza en su torso.

— Todo esto, que estés aquí y que no quiera lastimarte, es algo raro y diferente para mi —susurró—. No quiero lastimarte y no...creo que esté preparado para contarte lo que pasé, por lo que me he convertido. Nunca he hablado tanto con alguien pero tú...no se que diablos tienes.

— No quisiera que te sientas presionado pero, ¿puedo preguntarte algo?

— Adelante.

— ¿Consideras que una chica sea fácil porque se acostó contigo cuando tú fuiste quien te auto invitaste a mi apartamento y me besaste?—pregunté rápidamente.

— No considero que una chica sea fácil porque quiera sexo con alguien —contestó—. Quería verte desnuda desde que te vi.

«¿Porque es tan directo?»

— Tengo muchas preguntas pero quiero que te sientas cómodo cuando me vayas a contar todo, pero quiero que sepas que aveces es bueno hablar de aquello que no se ha sanado —le susurré—. Debes de sanarte y comenzar a sonreír a pesar de todo.

— ¿Qué has sanado?—me preguntó y tragué saliva.

— Cuando me cuentes, hablaré yo —le dije y puso los ojos en blanco.

— Mañana, entonces. ¿Vas a trabajar?—me preguntó—. ¿No tienes hora de almuerzo?

— ¿Estas invitándome a comer?—pregunté emocionada—. Murat inventándome a comer, esto debe de ser una broma.

— Si sigues hablando, no te contaré nada —sonreí.

— ¿Qué te motivó a llevarme flores y...—me interrumpió.

— No me gustan las cursilerías pero es la única manera de que las chicas se fijen en ti —abrí la boca—. Eres la primera, no jodas.

— Apuesto que fue Edkin...

— ¿Acaso no duermes?—preguntó cambiando de tema y reí.

— Llévame a casa —me abrazó y metió un pie entre los míos—. Murat...

— No iras a casa, no te llevaré a casa —me susurró y sonreí maliciosamente.

— Murat...

— ¡Maldita sea! Duérmete.

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