Capítulo 14

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— Perfectamente bien —dijo besándome nuevamente.

— Hola, estoy aquí —dijo Edkin y nos separamos.

— ¿Cómo estás, Edkin?—le pregunté y me tomó de las manos.

— La llevaré al trabajo y me encargaré de que Kerem no le ponga un dedo encima —le dijo a Murat y este asintió. Reí.

Nos montamos en el auto de Edkin para llevarme a la empresa. Estacionó el auto para quedarnos en silencio.

— Annie y yo estamos viviendo juntos —soltó y lo miré rápidamente—. Lo hice porque sabes que no ha conseguido trabajo, la quiero y la amo. No pienso dejarla sola.

— Annie, ha pasado por muchas cosas y al igual que yo, no tiene, literalmente a nadie...—bajé la mirada—. Solo a nosotros y no quisiera que juegues con su corazón.

— Eso no va a suceder —me susurró mirándome y le di un abrazo.

— Gracias —le susurré y nos despegamos—. También por lo de ayer, Murat cedió al instante.

— Hablando se aclaran muchas cosas, cuando se enoje, déjalo que se calme y luego hablas, le explicas —me comentó y tomé los documentos—. ¿Estás segura?

— Creo que en mi vida entera, nunca había estado tan segura como ahora lo estoy —solté un suspiro—. Creía que Kerem era el hombre perfecto pero ya ves que nunca terminamos de conocer a las personas y Murat, es como un huracán en mi vida.

— Aquí te espero, entonces —dijo y asentí.

Entré a la empresa y me dirigí inmediatamente a la oficina de Kerem, el cual estaba trabajando en su ordenador pero al verme, se detuvo rápidamente.

— Buenos días, Kerem —dije sentándome frente a su escritorio. Me miró por unos segundos.

— Hola, Asya. Pensé que no te vería más por aquí después de lo qué pasó —dijo con cierto, ¿dolor?

— Pues, tus suposiciones serán ciertas, esta será la última vez que me verás —dije poniendo el documento en su escritorio y frente a sus ojos—. Renuncio a ser tú socia, renuncio a trabajar contigo.

— ¿Renuncias por ese boxeador?—preguntó mirándome fijamente y asentí.

— Renuncio por mi, por nosotros y porque siempre tuve una imagen perfecta de ti pero tú mismo te encargaste de arruinarla —dije con honestidad.

— Creo que no puedo aceptar tu renuncia porque se quedaron unas reuniones pendientes en unas pequeñas ciudades de aquí —dijo y abrí los ojos más de la cuenta—. Estaba por llamarte para que supieras que te debes de ir mañana porque no pienso romper ese contrato por tú estar teniendo sexo con tu... Mulan.

— Se llama Murat y está bien, viajaré a dónde tu quieras con todos los gastos pagados pero quiero mi liquidación completa —dije con una sonrisa—. Otra cosa, ¿puedes darle mi trabajo a Annie?

— ¿Crees que lo acepte?—preguntó Kerem y asentí.

— Necesita el trabajo y para que no te quedes sin empleada, hablaré con ella para que tome mi lugar, ¿okay?

— Siempre me ha encantado eso de ti, le encuentras solución a todo, mi Asya. Te enviaré todo por correo.

— Hasta nunca, Kerem.

— Espero la invitación de la boda —hice una mueca.

——

— ¿Dónde está?—le pregunté a Sarah y me hizo señas de que estaba arriba, en la habitación. Asentí y subí las escaleras.

Entré a la habitación para encontrarle acostado en la cama viendo tv. Al verme, la apagó y me acerqué para subirme encima suyo.

— ¿Cómo te fue?—preguntó dándome un beso en los labios.

— Bien, pero necesito hablar contigo —dije y su sonrisa se borró enseguida.

— ¿Tengo que partirle la cara
nuevamente?—preguntó y negué con la cabeza.

— Aceptó mi renuncia con calma y hasta me sorprendió pero...tengo que viajar a unas ciudades por reuniones pendientes, mañana —informe y se quedó mirándome en silencio.

— ¿Cómo?, ¿por cuanto tiempo?, ¿porque tienes que ir?, ¿irán juntos?—me iba a poner loca de tantas preguntas.

— Tranquilo, no iremos juntos. Tengo unas reuniones pendientes de mi trabajo y me tengo que presentar —soltó un suspiro—. No se por cuantos días o semanas estaré allá pero le propuse que le diera mi puesto a Annie porque está sin empleo y lo necesita.

— Lo único que me tranquiliza es que no estarán juntos y...¿cómo te sientes?—me quede en silencio por unos segundos.

— Algo rara —reímos—. Pero aquí con Sarah y la casa, me acostumbraré, incluso, puedo trabajar por mi propia cuenta.

— ¿Interrumpimos?—preguntó Edkin y miramos hacia la puerta.

— Ni que estuvieran teniendo sexo —dijo Annie entrando. Me levanté para abrazarla.

— Tenemos que hablar, ya que, estamos todos —dije mirándolos.

— Asya tiene que irse de Estambul —dijo Murat mirando a José.

— ¿Pero no acabas de renunciar?—preguntó Edkin mirándome y asentí.

— Tengo que viajar por unas reuniones pendientes —miré a Annie—. Le pedí a Kerem que te diera mi puesto porque se que están viviendo juntos porque no tienes empleo.

— Deja de arruinar las sorpresas —le dio por el hombro a Edkin.

— Estoy feliz por ustedes —confesé mirando a Annie.

— ¿Cuando te vas?—preguntó Annie y miré a Edkin.

— Mañana —respondí y su sonrisa se borró.

Murat me abrazo por detrás.

— Alguien me va a dejar solo —me susurró y lo miré.

— No estarás solo, mi corazón estará contigo —dije dándole un beso

— Asya va a dormir conmigo hoy —dijo Annie y tiró de mi brazo. Murat la miró mal.

— Dormirá conmigo —Murat me atrajo hacia él.

— Eres insoportable —dijo y Edkin la abrazo de la cintura.

— Mira quien habla de insoportable —dijo Murat divertido y Annie le sacó la lengua—. Asya, es mía y de nadie más.

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