Capítulo 16 | último

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Asya

Borré mi sonrisa al ver a Murat salir corriendo de la casa. Todos me miraron y no sabía que hacer. Decidí salir de la casa para encontrarle con las manos en la cabeza mientras miraba el cielo estrellado.

Tengo miedo de su reacción, miedo de que no acepte esto que ha llegado de repente a nuestras vidas y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Solté un sollozo para que se diera vuelta rápidamente.

— Hey, ¿porqué lloras mi amor?—preguntó tomando mis manos y las besó para luego mirarme a los ojos.

— Es que, ¿no quieres ser papá?—le pregunté en un susurro y subió mi barbilla con su mano.

— ¿Quien diablos te ha dicho que no quiero?—preguntó con una sonrisa—. ¡Es uno de las mejores noticias que me han dado en la vida! Salí corriendo porque...porque no sabía que hacer.

— Entonces...—me cargó para darme vueltas en el aire y hacerme reír con todos los besos que me daba en la cara.

— Serás una rica madre —me susurró y sonreí para pegar nuestras frentes.

— ¿Llego tarde a la fiesta?—preguntó una voz masculina, era Liam Hunter.

— ¿Quien diablos eres tú?—preguntó Murat soltándome para acercarse rápidamente a él.

— Murat, Murat tranquilo —me puse enfrente suyo y el me miró confundido—. Es un amigo de mi infancia que me encontré en dónde estava y vino a pasarse unos días.

— Está embarazada de mi, ¿okay? Y nos vamos a casar para que...—abrí los ojos más de la cuenta.

— ¿Qué acabas de decir? —pregunté sorprendida.

— Feliz cumpleaños y no estoy enamorado de Asya —Murta lo interrumpió.

— Corrección, para ti es Asya Özer —reí porque no aguanté.

— Murat deja los celos  —dijo Edkin saliendo con todo el que estaba dentro de la casa.

— Soy Liam Hunter, amigo de Asya  —dijo recalcando la palabra amigo y mirando a Murat pero sus ojos se enfocaron en Sarah—. Vine a pasar unos días y a disfrutar de Estambul.

— Bienvenido —le dijo Edkin con una sonrisa y Murat lo miró mal.

— Di unas palabras por tu cumpleaños —le dijo Sarah a Murat.

— ¡Atención! Me falta un regalo —gritó Murat y todos le prestamos atención.

— Ya te di todos...—me calle al ver a Murat arrodillado frente a mi—. ¿Que vas hacer?

— Nunca pensé que la vida me iba a dar a una persona tan especial como tú lo fuiste, eres y serás, Asya. Llegaste a mi vida, de repente y sin avisar. Todo fue tan extraño que incluso hasta yo me pregunto, ¿como me autoinvite a tu apartamento?—reímos—. Sentí una conexión contigo desde el primer día y nunca me había pasado. Me enamore de alguien por primera vez en la vida y ahora que te tengo, me has enseñado muchas cosas de las cuales, no imaginaba pasar con alguien...

— Murat...—dije cuando mis ojos se llenaron de lagrimas.

— Eres la luz que necesitaba en mi vida y ahora que me darás el mejor regalo del mundo, no puedo negar que siento mucho miedo de no ser el mejor padre pero te aseguro que haré todo lo posible por ser el mejor —rompí en llanto—. Quiero que hagamos esto juntos y...

— Nunca había hablado tanto —dijo Edkin y reímos.

— Quiero casarme contigo y hacerte cinco hijos más —dijo siendo directo y abrí la boca al escuchar su propuesta—. ¿Aceptas?

— ¡Si! ¡si! —exclamé y me lance a sus brazos para besarle mientras todos aplaudían.

Cenamos todos como una familia.
La familia que Murat anhelaba tener y la que yo no había podido disfrutar.

Tres meses después.

— ¡Que vivan los novios!—gritó Edkin para tomarnos una foto familiar.

Si, Murat quería boda y eso hicimos. Por todo lo alto, con presa y todo incluido. Estaba casada con el amor de mi vida, cosa que para mi era imposible de encontrar.

Sarah y Liam, son parejas y viven muy felices.

— Muchas felicidades —dijo alguien a nuestras espaldas.

Era Kerem y venia de la mano de una chica muy linda.

Annie lo había invitado a escondidas de Murat, ya ustedes saben el motivo pero ya todo eso ha cambiado.

— Gracias, es muy linda —dije refiriéndome a la chica que tenía al lado. Ella me mostró una cálida sonrisa.

— Te ves preciosa con esa pancita, ¿cuantos meses tienes?—preguntó con emoción la chica.

Acaricié mi vientre un poco abultado para sonreír.

— Cuatro meses.

Luego de la celebración, Murat y yo nos fuimos a Francia para nuestra luna de miel. Entramos al hotel y subimos a nuestra habitación de donde se podía ver la torre Eiffel.

Sentí a Murat abrazarme por detrás. Empezó a repartir besos en mi cuello.

— ¿En que piensa la señora Özer?—me preguntó y volteo para rodear su cuello con mis manos.

— Nunca pensé que te querías casar conmigo —dije divertida y reímos.

— ¿Quien lo invitó?—preguntó serio y solté una carcajada.

— No fui yo, te lo juro —le dije mientras me reía de su cara.

— Ahora te vas a reír después de que lo invitaste —comentó serio y solté otra carcajada para verlo sonreír—. Amo tu risa.

— Y yo tu cara de celoso —dije para darle un beso en los labios.

Empezó a besarme lento y sin prisa, porque no había. Correspondí a sus besos. Mis manos empezaron a quitar los botones de su camisa blanca para dejar su torso desnudo.

Me tomó en sus brazos para llevarme a la cama y depositarme suavemente en ella. Mordí mi labio inferior al verle el bulto en su entre pierna. Murat soltó una risita.

Repartió besos en mi cuello para levantarme y quitarme el cierre del vestido, dejándome en ropa interior, la cual desapareció minutos después para quedarme completamente desnuda.
Me encargué de que Murat quedara desnudo para que hiciéramos el amor, en Paris.

Acarició mi mejilla y vi sus ojos brillar con la luz de la luna.

— Gracias...—susurró y entrelace nuestras manos.

— ¿Porque me agradeces?—le pregunté.

— Gracias por sacarme del pozo oscuro en el que estaba y de alguna u otra forma, le diste sentido a mi vida —sonreímos—. Te amo, Asya.

— Hey, falta el Özer —dije haciendo un puchero chistoso.

— Así me gusta, Asya de Özer —besó mis labios—. Te amo y siempre te amaré

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