Ya habían pasado dos semanas desde la llegada de los narnianos a Archenland y Lilian se dedicó a ayudar a las tropas durante su tiempo libre y reforzó su relación con el Rey Edmund. Se dejaban ver juntos por los pasillos mientras charlaban y eso hizo que la ola de rumores por el castillo se incrementara, asegurando que el Rey tomaría la mano de la muchacha y huirían a Narnia para salvarla de Rabadash. Otros decían que el Rey tendría un enfrentamiento a muerte con Rabadash cuando este llegase. Y así otras tantas fantásticas teorías.
La hermana mayor, como cada mañana, cepillaba el extenso cabello de Talita antes de proceder a hacer su característica trenza. Le encantaba hacerlo a esa hora del día pues la entrada de luz por la ventana daba justo en la cabellera de la colorina y eso provocaba que sus mechones brillaran. Mas de alguna vez la rubia le pidió que usara el pelo al viento, tal como lo usa ella con dos pequeñas trenzas que nacen desde la cien y se encuentran por detrás de la cabeza, pero Talita le respondió que no se sabe en que momento puede ocurrir un enfrentamiento a espadas y ella debe estar lista sin que su cabello sea un impedimento.
-¿Lilian...?
A Talita le pareció extraña la actitud de Lilian aquella mañana, pues mientras le peinaba no se encontraba tarareando alegres melodías o hablando sobre lo lindo que estaba el día: Estaba en silencio, muy calmada, o muy sumida en algún pensamiento inquietante. Al llamar a su hermana, esta ultima volvió a reaccionar de golpe, dando un pequeño sobre salto.
-¿El cepillo jala demasiado tu cabello? Lo haré de manera mas suave, hermana -dijo la princesa, asumiendo que su hermana llamaba su nombre para advertirle eso.
-Estas cepillando bien, Lilian -aclaró Talita mientras miraba a su hermana través del espejo posicionado frente a ella- ¿Por qué estas tan silenciosa? Eso no es normal en ti...
Lilian se asombró con el inesperado comentario de Talita: No se había dado cuenta que estuvo ensimismada por mas de cinco minutos. Por lo general es la mayor quien suele percatarse de los cambios de humor y actitudes poco usuales de la menor, o aconseja de alguna manera cuando hay problemas. Se puede decir que Lilian siempre esta por sobre Talita pero cuando los papeles se invierten, en muy contadas ocaciones, Lilian se siente diminuta y débil.
Talita pensaba que su hermana otra vez se sentía atormentada con el recurrente pensamiento de que jamás tuvo que haberse quedado en Calormen, que tuvo que haber accedido a casarse con el príncipe para evitarle problemas a su país y así un sin fin de pensamientos que viene acarreando desde hace un tiempo.
-Nuestro padre desea que yo contraiga matrimonio con el Rey Edmund -confesó Lilian en voz baja- Me lo comentó anoche y se veía muy decidido en que todo se diese de esa manera. De seguro que en estos momentos ambos deben estar conversando sobre el tema.
Pero esto era completamente diferente e inesperado.
-Claro, ahora entiendo -Talita se levantó de la silla y se puso de pie frente a su hermana- Si tú te casas con el Rey... es probable que Rabadash ya no venga por ti porque ya serías una mujer casada y no habría mano que tomar a la fuerza. A menos de que ese intenso hombre quiera insistir de igual manera, pero yo dudo que haga semejante locura porque...
Talita se detuvo al ver que su hermana se había sentado en una esquina de la cama apoyando los codos sobre sus rodillas y sus manos sobre sus mejillas. "La ultima palabra no la tengo yo... La tiene el Rey Edmund" dijo Lilian. Luego, como si se tratase de un cadaver, dejó caer su torso encima de los cojines y terminó acomodándose en la cama de Talita, como si fuese una pequeña bebé. Talita se sentó junto a ella y acarició su cabello por un largo rato.
-Aunque sea una vez, me gustaría tomar mis propias decisiones -dijo Lilian conteniendo las lagrimas- Ni siquiera decidí ser una princesa, ni tener una vida completamente controlada. Solo nací y sucedió. ¿Sabes, Talita? No sabes cuánta envidia siento de las personas que no son parte de la nobleza. Ellos pueden... casarse con quien quieran. Nadie se opondrá.
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La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)
Fanfiction-¡𝘙𝘦𝘺, 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥! -𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘰́ 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘶𝘭𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴- ¡𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥! 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘰́ 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰�...