Desde que Lilian confesó la verdad a su padre pareciera ser que el invierno cubrió con su manto nostálgico a toda Archenland: Llovía de noche y de día. Y es que en la monarquía cuesta muy caro una relación entre una princesa y un plebeyo. En algunas naciones mas radicales, incluso, se puede ordenar la pena de muerte.
Por orden del Rey Lune, hubo una noche en que dos guardias se encargaron de sacar a Macías desde el interior de su habitación y lo expulsaron de Anvard: Ya no tenía permitido entrar, ni por supuesto, seguir siendo el jefe de cocina. Se lo llevaron sin que el joven opusiera resistencia o exigiera alguna explicación pues no la necesitaba. Él sabía que en algún momento le esperaba aquello. Más de alguna vez lo visualizó y así pasó.
Al día siguiente al ver que este no se presentó a trabajar como de costumbre, sus compañeros de labor se preguntaban que había sucedido con él ya que es un joven muy responsable y puntual. Uno de los guardias fue hasta la cocina para aclarar sus dudas o mas bien "desaclararlas" ya que les mintió diciendo que "Macías había presentado su renuncia". Aun así, sus colegas no se creyeron demasiado eso ya que Macías amaba lo que hacía y sabía que jamás se iría sin despedirse.
En cuanto a Lilian; la pobre estaba viviendo un horrible calvario encerrada en su habitación sin tener contacto alguno con Macías, se encontraba sin ánimos de levantarse de la cama o de comer. Su padre le prohibió salir de Anvard creyendo que en algún momento Lilian escaparía con el muchacho. En el patio central todos los soldados del ejército se preguntaban por ella ya que era común verla cada día ayudando a las tropas con hidratación. Lord Croi les explicaba que estaba un poco enferma y estresada con toda la situación que prefería mantenerse a salvo en su habitación. Los soldados le deseaban una pronta recuperación y es que realmente se habían encariñado con la presencia y dulzura que irradiaba la princesa.
Pero Edmund sabía que todo eso era mentira y que Lilian no asomaba sus narices porque estaba hundida en una enorme depresión. Ya habían pasado siete días desde aquella confesión forzada y ya desde el día uno traía un horrible cargo de conciencia donde se cuestionaba una y otra vez si lo que había hecho era lo correcto. Talita lo había empujado advirtiendole que lo que había obligado a hacer era muy perjudicial para su hermana y así fue.
Edmund le comentó a Lucy como se sentía pero ella no le dio demasiada importancia, no intencionalmente sino que traía la cabeza en otro lado luego de que se encontrara una nueva carta de amenaza, justo al día siguiente de la confesión de Lilian a su padre.
Edmund trató un par de veces de conversar con el Rey Lune sobre lo ocurrido con Lilian pero él no parecía estar receptivo a que alguien cuestionara las desiciones que él toma con sus hijas y le desviaba la conversación hacía las cartas de amenazas y cosas relacionadas a estrategias.
-Si me permite darle un consejo, Majestad... Es mejor que no vuelva a tocar el tema frente al Rey Lune -dijo Lord Croi mientras ensillaba su caballo con expertiz- Realmente ha sido un tema muy fuerte para él ya que la alteza siempre ha sido intachable. Esta tratando de manejarlo la mejor manera posible junto con la llegada de la nueva carta de amenaza.
-Pero Lilian no sale de su habitación hace una semana -Edmund también montó su caballo. Ambos se encuentran en las afueras de Anvard y van con destino a la ciudad como lo hacen cada día -¿Cómo se supone que Lilian deje a un lado sus sentimientos?
-Majestad, él no puede dejar tambalear su corona frente a un hecho asi. Sería algo cuestionable entre todos los clanes.
Bueno, Lord Croi piensa igual que su Rey y esta bien, a la larga, por algo tiene el cargo de ser su "brazo derecho".
Los caballos de ambos fueron a paso rápido entre la extensa lluvia que casi inundaba a Archenland. Al llegar, como siempre, Croi se alejó algunos metros para conversar con cada jefe de patrulla. Edmund bajó de su caballo con dificultad ya que la lluvia apenas le dejaba abrir los ojos. Se limpió el rostro con el brazo y comenzó a caminar dentro de un sector residencial. Las calles estaban semi desiertas por la lluvia que azotaba varios días a Archenland. De repente, a lo lejos ve un rostro familiar: Talita saliendo de una casa y despidiéndose de alguien. Guarda algo en su morral que carga en su espalda y cubre su rostro con su característica túnica oscura. Se alejó a paso rápido pero en la dirección que iba, daba justo con la ruta de Lord Croi. Edmund no lo pensó un segundo y prefirió ir corriendo tras ella, a pesar de la lluvia, para detenerla o de seguro que Lord Croi la vería y le avisaría de inmediato a su padre.
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La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)
Fiksi Penggemar-¡𝘙𝘦𝘺, 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥! -𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘰́ 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘶𝘭𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴- ¡𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥! 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘰́ 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰�...