Día cálido como no se sentía hace varios meses; los rayos de sol entraban por las ventanas, brotaban las primeras flores de los árboles, los pájaros revoloteaban cantando de un lado a otro y el tranquilo mar humedecía la blanca arena.
Sus ojos comenzaban a abrirse lentamente mientras imágenes varias y fuera de foco se acumulaba en su cabeza: Choques de espadas, gritos y sosteniendo la mano de alguien. Le costó varios segundos porque la luz del sol abordó toda la habitación y era extraño porque se habia acostumbrado al clima de Archenland. Al estar apegado a grandes montañas, los días solían ser frío. Aún su vista no consigue enfocar con claridad pero es fácil identificar que aquella habitación en la que acaba de despertar, es diferente a la que se le asignó en Anvard. Poco a poco, Edmund empieza a sentir el peso de su cuerpo sobre una cama e inconscientemente mueve sus extremidades... se sienten doloridas y pesadas. Su vista se mantiene arriba, donde cuelga un candelabro acompañada de una bella decoración. Se ve muy narniana. Empieza a mover su mano derecha porque siente que alguien esta aferrada a ella. Quizá se trataba de Lucy.
-Hermano ¿Estás despierto? -pregunta una voz femenina pero adulta. No venía de Lucy.
El rey mira hacia a su lado derecho e identifica a su hermana Susan, quien dormitaba sobre un asiento y con su cabeza apoyada en la cama. Al ver que su hermano finalmente despertó, se pone de pie y se acerca a él, como tratando de comprobar que todo es real.
-¡Por la melena del León! -exclamó Susan. Su grito retumbó por todas las paredes del castillo- ¡Por fin despiertas, Ed! ¡He estado muy preocupada! ¡Ya pensé que no despertabas!
-Susan, hermana. -musitó Edmund- Viniste...
-¿Vine? -Susan no entendía el comentario-¿A qué te refieres con que vine, querido hermano?
En cosa de segundos, Peter y Lucy entran corriendo a la habitación, esperando ver a Edmund despierto después de escuchar la voz de Susan. Al entrar expectantes, ambos sonrieron de oreja a oreja al ver a su hermano despierto. Cada uno le saludó alegremente y se acomodaron en sillones al rededor de la cama.
-Esto es Cair Paravel -Finalmente se dio cuenta. Edmund pensó en voz alta- ¿Por qué estoy en Narnia?
Los tres hermanos se quedaron en silencio y se miraron el uno con el otro. Quizá esperaban un simple"Hola", o más bien un "Ah, por fin en casa", comentario habitual cuando regresaba devuelta de un largo viaje. No le prestaron mucha importancia, quizá aun seguía aturdido por el duelo.
-Hermano, llevas casi cuatro días durmiendo -comenzó a explicar Lucy- Tu duelo contra Rabadash fue admirable pero tus estrategias para vencerlo fueron tan peligrosas que terminaste muy herido y derramando mucha sangre.
Rabadash, lo había olvidado. Las imágenes se cuelan como película: Sus manos ensangrentadas, los tarkanes y el cálido regazo de alguien. Toda esa situación se dio porque efendió a la Princesa Talita y Archenland.
-Cuando confirmé que mis sospechas eran ciertas y Lord Croi era el traidor gracias al admirable trabajo del ratón Rin -continuó Lucy- Él estaba muy herido y lo envié de vuelta a Narnia con un águila. Esta ave se encontró con el Señor Tumnus, quien le informó a Peter todo lo sucedido.
-Me preocupé mucho, hermano -continuó Peter- Que mandé a llamar a un Grifo y le pedí que me llevara hasta Anvard lo más veloz que pudiera. Fue ahí cuando me encontré un escenario atroz: Te habías enfrentado a Rabadash, pero lo venciste con inteligencia. Era la primera vez que te veía tan mal y herido ¡Incluso mucho mas que en combates anteriores en donde ambos nos hemos visto involucrados!. Te cargamos sobre el lomo del grifo y él te trajo a Narnia, donde Tumnus te recibió con muchas faunas que limpiaron y curaron tus heridas con expertiz.
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La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)
Fanfiction-¡𝘙𝘦𝘺, 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥! -𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘰́ 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘶𝘭𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴- ¡𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥! 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘰́ 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰�...