Sus ojos se abrían con dificultad mientras un rayo de sol chocaba justo en su rostro anunciando que un nuevo día llegaba. Talita se llevó las manos a la cara como tratando de quitar el estado de sueño y despertar con rapidez.
Definitivamente ya había amanecido en Archenland y el día estaba radiante pero muy a lo lejos se veían unas nubes oscuras que probablemente en algunas horas mas visitarían Anvard. Talita se pone de pie observando el paisaje pero el recuerdo de lo sucedido la noche anterior retumba en su cabeza en cosa de segundos.
De repente, alguien toca la puerta: Era Lilian, quien como cada mañana, se acerca a la habitación de su hermana a cepillar su cabello y conversar en breve. Pero esta vez llega cargaba un exquisito desayuno en bandeja que dejó sorprendida a Talita.
-Lilian, hoy no es mi cumpleaños-dijo Talita, entre risas, dejándola entrar a la habitación.
-Ya lo sé, hermana -explicó Lilian mientras dejaba la bandeja sobre la cama- Le dije a las damas que no te despertarán hoy, que lo haría yo con un desayuno porque... pensé que estabas triste.
-¿Triste? -preguntó Talita mientras se sentaba en la cama, bebiendo un sorbo de agua, sabiendo a qué se refería- ¿Por qué hoy estaría triste?
-No es necesario disimular, hermana. Se que lo que dijo el Rey Edmund te afectó.
A Lilian le era extraño entrar a la habitación de su hermana y hablar de lo siguiente. Siempre comentaba acerca de sus propios sentimientos pero jamás prestó atención al corazón de Talita hasta ahora. Aquella noche se sintió mal por haber perdido la cabeza ocupada en su relación con Macías, y dejar a Talita solo cargando con espadas y niñerías. Ya no era una niña, era toda una adolescente con un brillante futuro por delante.
-Lilian, no estoy realmente interesada en él -explicó la menor echándose un bocado de uvas a la boca- ¡Solo usaba la estrategia de nuestro padre!
-Tu mirada te delata, hermana. ¿Quién mas que yo, conoce de cerca lo que es el amor?-explica- Ayer, mientras estábamos reunidos, vi como lo observabas. No lo mirabas de cualquier manera, era como si desearas gritar a todo pulmón lo que traes dentro.
Talita se quedó silencio. No lo podía negar. Sus mejillas enrojecieron y solo asintió con la cabeza.
Aquella noche anterior, cuando la reunión terminó, Lilian le pidió al Rey Edmund que se quedará un momento a solas, lo cual él concedió. Cuando los pasos de los demás invitados desaparecían a la distancia, Lilian reprochó con fuerza al Rey. Edmund estaba boquiabierto, nunca había visto a la educada y dulce Lilian levantar la voz de manera molesta. "Al parecer, no es tan diferente a Talita" pensó Edmund. La joven criticaba la manera en que el rey se dirigió a su hermana, pero Edmund se excusaba diciendo que no se prestaría como "marioneta para resolver problemas". Fue un largo debate que al parecer, no llegó a nada.
-Soy una tonta por no haberme dado cuenta que mi hermana menor se había enamorado por primera vez.
-No eres una tonta, hermana -dijo Talita sonriendo para tranquilizar a Lilian- ¡Ni siquiera yo me había dado cuenta!
Aquella mañana se quedaron conversando un largo rato. Se recostaron en la cama y Talita contó con cada detalle como las cosas mutaron de un estado a otro. Lilian también contó su experiencia. Los sentimientos eran similares. Fue tan larga la charla que Talita olvidó que estaba atrasada por su clases de danza. Su hermana le ayudó a vestirse pero no alcanzó a tomar su cabello. La iba a seguir para advertirle pero lo dejó pasar porque se venia hermosa como su pelo bailaba al viento.
La música se alcanzaba a oír en varios sectores de Anvard. Las aprendices, los músicos y la profesora se encontraban en una amplia sala mientras se dictaban las clases. La coreografía de ensayo avanzaba pero una de las bailarinas no iba siguiendo el paso. Talita, agitada, abre la puerta e interrumpe el ensayo con su retraso llamando la atención de sus compañeras y su profesora.
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La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)
Fanfic-¡𝘙𝘦𝘺, 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥! -𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘰́ 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘶𝘭𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴- ¡𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥! 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘰́ 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰�...