So hot

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Louis tenía la costumbre de abrazar con fuerza al dormir con alguien, así que se avergonzó un poco cuando al despertar en un cuarto desconocido tenía a Anne entre sus brazos, completamente dormida.

Se sentó en la cama sintiendo la resaca de golpe y miró su pecho desnudo, su camisa estaba en el suelo cerca de sus converses. Caminó en silencio hasta salir de la habitación y fue hasta la cocina, todo estaba en silencio y el sol estaba oculto entre nubes.

Se tomó el atrevimiento de tomar agua y rebuscar por una aspirina la cual encontró. Moría del hambre, quizás podía prepararle algo a Anne.

Puso a hacer el café ya que no encontró té, él amaba el té.

La puerta de la cocina se abrió lentamente y ahí, frente a él, estaba el hijo de Anne quien lo miraba con curiosidad. Lucía tierno recién levantado y sus rizos estaban desordenados, vestía un suéter gris un poco grande, sus ojos verdes brillaban en la poca luz de la mañana. La noche anterior no pudo verlo bien, así que lo hacía ahora y joder, era precioso. Eran probablemente de la misma estatura, su tez era más blanca que la suya y la de Anne, pudo divisar varios tatuajes, su cabello era marrón, un poco largo que le cubría las orejas, labios rosaditos y gruesos, era delgado pero no demasiado, sus piernas eran gruesas y podía jurar que si apretaba sus muslos dejaría una marca de inmediato, sus piernas eran lindas.

Harry era precioso.

Ladeó la cabeza al ver que él también estaba solo mirándolo, Harry pensó que Louis parecía un cachorro al ladear la cabeza así. Harry no tenía que repararlo mucho, sabía que el hombre era todo un dios griego y demasiado excitante para él y sus hormonas adolescentes, lo había stalkeado un par de veces en Instagram. Sin embargo, verlo sin camisa en vivo y en directo, en su cocina, con todos sus tatuajes relucientes, joder, era demasiado para su mente.

Louis era tan sexy.

Se dió media vuelta torpemente y corrió a la habitación de su madre, se subió en la cama metiéndose bajo las sábanas y empezó a despertarla.

—Buenos días Hazz. —Balbuceó sin abrir los ojos y lo abrazó.

—¿Por qué tu increíblemente sexy jefe está en nuestra cocina, mami?

Abrió los ojos de inmediato, trató de hacer memoria y sonrió. —Seguro tenía sed, creí que se había marchado.

—Ya ves que no. ¿Ese hombre es de este planeta? Porque te juraba que no he visto alguien tan hermoso como él, sus ojos son perfectos y su cabello es muy lindo.

Anne se sentó en la cama riendo. —No estés acosando a mi jefe, niño.

Harry vió la camisa negra y sonrió, se apresuró a tomarla para probársela, sintiendo el perfume de Louis. Le quedaba grande igual que la remera que tenía, pero le quedaba linda, dió una vueltita frente al espejo y su madre reía.

—¿Y como les estuvo anoche? —Preguntó dejando la camisa en el borde de la cama. —¿Si fue algo de amigos o...

—No pasó nada, pervertido. Solo tomamos, bailamos y reímos mucho, él me trajo a casa y yo no podía ni subir las escaleras, él estaba menos borracho, pero supongo que prefirió quedarse y no conducir así.

Asintió volviendo bajo las sábanas. —Ya, ¿Él te gusta?

—Joder, no me gusta mi jefe Harry. Solo fue una cita no cita de amigos.

Continuaron hablando de cómo pasaron la noche y cuando Harry se refirió a Louis como "el hombre más erótico del planeta con solo respirar" este entró a la habitación tocando la puerta que estaba abierta. Harry agradeció no haber dicho su nombre pero aún así se avergonzó y se escondió en el cuello de su madre quien no dejaba de reírse.

You and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora