Tic, tac, fuck...

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El pitido ensordecedor en su oído lo tenía aturdido.

Había abierto los ojos de golpe hace unos segundos... ¿O ya habían pasado minutos? Realmente no tenía ni idea, pero tenía los ojos entrecerrados con un dolor palpitante en el lado izquierdo de su frente y todo viéndose borroso.

Le tomó un poco más para que su cerebro procesara lo que estaba sucediendo, el hecho de que no tenía idea de dónde estaba y que estaba amarrado en una dura silla de madera, es decir, teniendo en cuenta que permanecerá sentado por sabrá Dios cuánto tiempo pudieron empatizar un poquito y darle un lugar más cómodo para su culo.

Vale, Harry concéntrate. Entre más rápido ponga a funcionar el cerebro, más rápido puede encontrar alguna manera de salir de ahí.

No sabe qué hora es ni cuánto tiempo ha transcurrido desde que dejó la empresa de Louis, solo recuerda el breve instante en que abrió los ojos y por inercia empezó a forcejear, aún no estaba amarrado así que recuerda escuchar el quejido de alguien al ser golpeado por su codo, luego de eso solo hubo un golpe del cual no recuerda dolor en ese momento... Hasta ahora que lo siente en la cabeza.

Pensó en Louis de inmediato y maldijo internamente. Su novio debía estar increíblemente preocupado, estaba muy seguro que ya debió darse cuenta de lo que sucedía y estaba buscando la manera de encontrarlo, no dudaba de eso, pero el pensar en lo mal que se debía estar sintiendo Louis, lo hacía sentir mal a él. 

Una sustancia caliente y extraña en el lado adolorido de su frente lo hizo pasar su hombro por esta para retirar lo que sea que eso fuera, solo bastó ver el líquido escarlata en la tela de su camisa para saber que era sangre. Bien, contó hasta diez con los ojos cerrados y tomando aire abrió de nuevo sus ojos. El lugar parecía un ático, era pequeño y sin iluminación así que no podía ver mucho, solo podía notar cosas viejas regadas, al mirar por encima de su hombro notó una ventana con una tela un poco traslúcida que hacía vagamente el papel de cortina y gracias a esta el lugar no estaba completamente a oscuras ya que la luz de la luna iluminaba pobremente el sitio lúgubre. Tenía frío, demasiado frío, siempre fue una persona demasiado friolenta y por eso Louis siempre tendía a cargar con chaquetas o abrigos solo por él.

Sus manos estaban amarradas juntas, la cuerda amarrada al brazo derecho de la silla, la misma cuerda iba hasta abajo amarrando sus tobillos, la cuerda le empezaba a picar en su piel. Tal vez podría encontrar la manera de soltarse, el ballet lo había hecho bastante flexible, quizás y solo quizás sus tobillos podrían llegar a sus muñecas de alguna manera. Cuando iba a poner en marcha su primer intento la puerta se abrió.

—Pero si ya estás despierto cariñito. —Canturreó aquella mujer con burla.

Harry quedó atónito al ver su rostro y solo pudo murmurar un: —Que carajos...


—Dime que tienes algo ya rubio. —Presionó el ojiazul exasperado.

—Dame un maldito momento Tomlinson, te dije que no m-... —Se quedó en silencio mirando la pantalla de su computadora. —Por alguna razón no me da la ubicación actual del maldito celular, tuvieron que haberle hecho algo. La última ubicación que registra es a la misma hora del mensaje que se le envió a Anne. 

Louis se acercó para ver la ubicación, era una carretera que dirigía a las afueras de Londres pero no había nada.

—Le enviaré esto a mi hermano para que vayan ahí y busquen en los alrededores. Seguiré intentando dar con el celular. 

Ya empezaba a amanecer, Louis estaba desesperado y lo frustraba todavía más el estar ahí sin poder hacer nada útil para encontrar a su chico. Alex, Anne y los dos guardaespaldas que contrató para ellos y Zayn estaban tratando de encontrar el propietario del auto o alguna pista eficiente.

You and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora